El 28 de agosto, el gobernador del estado de Illinois, Bruce Rauner, promulgó una ley que permite a los médicos recetar cannabis como una alternativa al uso de opioides para aliviar el dolor.
Y es que los fallecimientos causados por el abuso de estas sustancias altamente adictivas y otras derivadas del opio, incluyendo la heroína, contribuyeron al aumento de muertes por sobredosis en Estados Unidos.
De las 72.000 personas que se estima perdieron la vida en 2017 debido a una sobredosis, más de dos de cada tres fueron víctimas de opioides, según un informe publicado en agosto por los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC por sus siglas en inglés, el principal instituto de salud pública a nivel nacional en Estados Unidos.
De hecho, más estadounidenses mueren actualmente por sobredosis que por armas de fuego o accidentes de tráfico.
El CDC estima que más de 700.000 estadounidenses han fallecido por sobredosis de opioides desde 1999, incluyendo figuras famosas como el cantante Prince.
La muerte de la estrella del pop en 2016 fue causada por una sobredosis accidental de un opioide sintético, fentanilo, una sustancia 50 veces más potente que la heroína.
En promedio, cerca de 200 estadounidenses fallecieron cada día del año pasado debido a una sobredosis.
De acuerdo a la Administración para el Control de Drogas, DEA por sus siglas en inglés, no se ha informado de ninguna muerte por sobredosis de cannabis en Estados Unidos.
Dolores
El número de muertes por sobredosis de opioides en Illinois en 2017 fue 1.947, el séptimo a nivel nacional.
Pero Illinois no es el único estado buscando una solución relacionada con la marihuana para combatir la crisis de los opioides.
Nueva York, Georgia y Pensilvania adoptaron programas similares, con la esperanza de que el cannabis contribuya a paliar sus crisis de salud pública.
Hasta el momento estas iniciativas son limitadas y solamente se permite a los médicos recetar marihuana para casos de dolor crónico.
Estas reglas parecen restrictivas en comparación con el amplio acceso a los opioides en Estados Unidos: el último informe oficial de 2017 señala un promedio de 58,5 recetas médicas de opioides por cada 100 habitantes.
Aunque distintas leyes y asociaciones médicas lograron reducir esa cifra (en 2012 el promedio era de 81,3 recetas por cada 100 personas) el promedio sigue siendo más del doble que en 1999, según el CDC.
Y también ha habido un peligroso efecto secundario: los adictos que no tienen acceso a recetas médicas compran versiones baratas e ilegales de opioides o heroína.
El número de muertes por heroína se quintuplicó entre 2010 y 2016 en Estados Unidos, de acuerdo al CDC.
Marihuana medicinal
Ciertos expertos creen que algunos pacientes con dolor crónico pueden beneficiarse de las propiedades analgésicas del cannabis.
En Estados Unidos esta sustancia ya se usa para tratar el dolor, nausea, espasmos musculares y epilepsia.
Al menos 30 estados y el Distrito de Columbia legalizaron la utilización de la marihuana medicinal. Y otros nueve estados permiten su consumo con fines recreativos, aunque la ley federal sigue criminalizando el consumo de marihuana.
Algunas investigaciones indican que los estados que permiten el consumo de marihuana han registrado una disminución en la recetas y muertes por opioides, en comparación con otros estados con normas prohibitivas.
Un estudio de la Universidad de Pensilvania de 2014 señaló que 13 estados con leyes favorables al cannabis registraron una reducción en sus tasas de mortalidad por opioides entre 1999 y 2010, en comparación con otros estados sin esa normativa.
Uso recreativo
El estudio es parte de un creciente número de investigaciones que asocian el acceso a la marihuana medicinal con una disminución en las recetas de opioides.
Cuadro
Sin embargo, en abril de este año investigadores de la Universidad de Kentucky apuntaron otro hallazgo importante: el uso de cannabis recreativo también está acompañado de una disminución en las recetas médicas de opioides.
«Encontramos quela implementación de leyes favorables al uso de la marihuana medicinal está asociada a una caída del 6% en las recetas de opioides en Medicaid (un programa estatal y federal que subsidia costos médicos a personas de bajos recursos)», señaló a la BBC Hefei Wen, profesora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Kentucky.
«La aplicación de leyes favorables al uso recreativo de marihuana, que se dio en todos los casos en estados que ya permitían el cannabis medicinal, estuvo asociado a una disminución de 6% adicional en las recetas médicas de opioides», destacó.
Wen y su colega Jason Hockenberry estudiaron cuatro estados que implementaron normas favorables al cannabis entre 2011 y 2016 (Colorado, Washington, Alaska y Oregón).
«Vale la pena destacar que nuestro estudio solamente indica una correlación, no una causalidad«, agregó Wen.
El estudio atrajo sin embargo la atención de los medios de prensa porque 11 estados consideran someter a votación nuevas normas sobre el consumo de cannabis en las elecciones de noviembre.
«La crisis de los opioides es un problema complejo y no creemos que ninguna medida única sea una solución mágica«, señaló Sheila Vakharia, una de las directoras de Drug Policy Alliance o DPA, una ONG que lidera el esfuerzo por reformar normas federales sobre el uso del cannabis.
«Pero hay pruebas robustas de que el cannabis es un tratamiento efectivo para el dolor crónico en los adultos, y algunos estudios indican que el acceso legal a la marihuana puede ayudar a combatir los problemas creados por los opioides», agregó Vakharia.
El DPA destaca que, según algunos estudios, las inhalaciones de marihuana pueden potenciar los efectos analgésicos de los opioides, permitiendo controlar el dolor con dosis menores.
Otro efecto observado fue una reducción en la ansiedad y los síntomas de abstinencia relacionados con el consumo de opioides.
Estos estudios han llevado a algunos políticos como la senadora Elizabeth Warren, una figura importante del Partido Demócrata, a apoyar abiertamente el uso del cannabis medicinal para combatir el dolor crónico.
El estado que representa Warren, Massachusetts, está entre los 10 primeros en muertes por opioides en el país, pero experimentó una reducción del 8% en esos fallecimientos en relación al año previo.
Massachusetts legalizó el uso medicinal del cannabis en 2016 y el uso recreativo en 2016.
Anticannabis
Sin embargo, el uso de la marihuana aún es ilegal a nivel federal.
La normativa vigente, que data de 1970, establece que la marihuana «no tiene un uso medicinal aceptado» y señala que esta sustancia tiene «un alto potencial de abuso y dependencia física o psicológica».
En meses recientes, el fiscal general Jeff Sessions amenazó con aplicar leyes federales en los estados que legalizaron la marihuana. Sessions dijo en abril que la marihuana «contribuyó a la crisis de los opioides».
Algunos académicos que no necesariamente comparten la opinión de Sessions también se oponen al uso de la marihuana para solucionar el problema de los opioides.
En un editorial publicado en la revista «Addiction» este año, un grupo multidisciplinario de expertos en Europa y Estados Unidos calificó el incremento en el acceso al cannabis como «prematuro».
«Helado»
El argumento del editorial es que la correlación entre el uso de cannabis y la reducción de muertes por sobredosis de opioides necesita ser investigada en mayor profundidad y no debe sustituir otras medidas como el acceso a centros especializados de tratamiento.
«Hay una correlación positiva entre las ventas de helado y la muertes por ahogamiento, pero eso no significa que comer helado cause luego ahogamiento. Lo que sucede es que las ventas de helado aumentan en los meses de calor, cuando la gente va a la playa o a las piscinas», señaló el editorial.
Deborah Hasin, profesora de Epidemiología en la Universidad de Columbia y una de las autoras del editorial, señaló a la BBC que se requieren más estudios para entender cómo el uso del cannabis puede influenciar el consumo de opioides.
«La marihuana podría jugar un papel en la reducción de la crisis de opioides si los individuos con dolor crónico comenzaran a usar cannabis y a reducir o abandonar simultáneamente el uso de opioides. Algunos clientes de los dispensarios donde se puede comprar marihuana medicinal señalan que efectivamente han reducido el consumo de opioides, pero otras personas siguen utilizando ambos», afirmó Hasin.
«Si bien algunos medios de prensa, médicos y autoridades muestran entusiasmo ante la idea de que la marihuana pueda reducir el número de recetas o sobredosis de opioides, los estudios que existen actualmente no permiten identificar las causas de cambios en el comportamiento individual», agregó Hasin.
«También existe la preocupación de que un aumento en el consumo de cannabis pueda llevar a un incremento de problemas relacionados con la marihuana, sin aliviar la crisis de los opioides. Así que aún no hay una respuesta clara a este problema», alertó.
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