Lograr la elección directa de gobernadores y alcaldes y la consiguiente aprobación de la ley de transferencia de competencias del poder nacional a los estados y municipios fue una batalla larga y dura en el viejo Congreso de la República, especialmente en la década de los ochenta. La formación mental y política de los jefes políticos de entonces era el obstáculo fundamental. Quienes tuvimos la responsabilidad de ser los primeros gobernadores elegidos directamente por el pueblo sabemos lo difícil que resultó al principio, pero lo satisfactorio del desarrollo del proceso. Salimos adelante a pesar de la activa oposición de algunos ministros que se resistían a entregar competencias para trasladarlas a los estados. Tuvimos el respaldo pleno del Presidente de la época, Carlos Andrés Pérez.
En el estado Zulia, en poco tiempo, asumimos entre otras funciones lo relativo al control y administración del Puente sobre el Lago, de la vialidad interna e interestadal, de los tres aeropuertos comerciales de la región, del Puerto de Maracaibo, de todo lo concerniente a la cultura, al deporte, a la problemática indigenista, a la educación y a la salud, a la minería y, en fin, se introdujo un nuevo sistema con la estrecha colaboración de los alcaldes más allá de sus militancias políticas e ideológicas. Los resultados estaban a la vista. Lo mismo sucedía en el resto de las entidades federales de la nación.
Sin ánimo de ser pretencioso. recuerdo que fui electo por primera vez con 38% de los votos y reelecto tres años después con alrededor del 70%. Estos resultados sellaron un compromiso existencial de por vida. Es indispensable estar completamente a la orden de la lucha que pareciera avecinarse para no regresar al nefasto centralismo que creíamos superado.
La pandemia, el largo encierro de casi dos años y el desbocado desarrollo de las redes e Internet, hacen difícil determinar las verdades, las mentiras y las exageraciones que circulan a diario. Pero hay un hecho cierto. A pesar de las maniobras y manipulaciones del último proceso electoral, el Zulia le dio un golpe certero y maestro al oficialismo madurista con la elección de Manuel Rosales, y entre otras cosas, el triunfo en la alcaldía de la capital. La reacción, informan, no se ha hecho esperar. El centralismo retoma a la macha competencias en áreas fundamentales como el puente, el aeropuerto de La Chinita y del Centro de Artes de Maracaibo Lía Bermúdez. Todo esto sería muy grave de ser cierto. El llamado es a cerrar filas para impedirlo, exigirles firmeza a las autoridades recién electas y ponernos a la orden para todo lo que sea necesario.
“El Zulia por las noches relampaguea”. El relámpago del Catatumbo brilla de manera permanente. Zulianos, ni un paso atrás.
@osalpaz
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