Sin luz seremos conducidos indefectiblemente a la servidumbre de la arbitrariedad y actuaremos como los falsarios seriales, configurados a los antivalores de la fuerza y el fraude. La Unión Europea observó que el régimen socava la democracia, no hay Estado de Derecho y viola sistemáticamente los derechos humanos. Nosotros no caímos en el juego narrativo y discursivo burdo de la farsa electoral, hemos tropezado demasiado con la misma piedra. Al contrario, buscamos el discurso de la verdad con otras practicas, posibilidades y horizontes.
La narrativa totalitaria se finca sobre una falsa y única verdad enunciada por ellos. No nos interesa porque habla desde algo que nos oprime y no nos libera. La narrativa que estamos construyendo nos impele a ir por el camino trazado por la verdad y denunciar que la realidad es distinta a los que ellos imponen. El disminuido terreno electoral con condiciones adversas, sin soberanía nacional y popular, lleva a una normalidad democrática que no es tal, pero la narcodictadura se recubre con esa hoja de parra, cortesía de los cohabitadores.
El pueblo habló con su sonoro silencio. La falsa oposición tiene 23 años doblándose y quebrándose, es hora de pasarle factura y pasarlos a retiro. Necesitamos un cambio estratégico, una ruptura con esa dirigencia incoherente que perdió el poder de convocatoria y jamás convocó a asumir el poder. Hemos sido tolerantes con un liderazgo mediocre.
Urge un nuevo comando político del coraje ante tanta fragmentación, dispersión, desorden y vacío de liderazgo. Dos opciones: designarla mediante primarias o tomando las riendas, muchos piensan que cuando no hay democracia debe actuarse con rapidez y asumir en el momento. No ha habido articulación frente a un enemigo despiadado y fuerte que maneja las reglas a discreción. Votar mal es reforzar la autocracia. Se requiere de liderazgo creíble que construya el camino democrático, sepa librar luchas y proponga tesis de cambio que seduzcan mente y corazón de los ciudadanos que lo han dado todo. Lo electoral es una fuerza para combinar con otras. El camino electoral es parte de una estrategia, no la única estrategia.
No nos queremos unir con los que no tienen el mismo propósito: alacranes y corporación G4. Preconizamos una unidad sin apetencias de cargos y cálculos personales. Primero lo primero, que es mantener capacidad crítica frente a las farsas montadas por el narcorrégimen, dominado por el sistema de mafias que no van a entregar nunca el poder, porque sepultaron desde el principio la alternabilidad democrática. La corporación G4 se hizo parte del sistema que combaten.
Es momento de grandeza y desprendimiento. Estar al lado de la población con sentimiento genuino de solidaridad corresponde a un auténtico político, para combatir su desolación, no se le puede abandonar.
Nuestro candidato es la libertad y cada una de nuestras acciones deben estar dirigidas a deslegitimar y desestabilizar al ecosistema criminal. Nuestros principios y valores que yacen en lo más profundo de nuestro ser lo traducimos en acciones concretas que reflejan amor a la patria que nos parió y a estar comprometidos con su destino histórico libertario que le corresponde.
Mensaje a la diáspora: nunca olvidar que te fuiste para defender a Venezuela y nunca desentenderte de la patria querida. Requerimos de una conducción nueva, no tutulada por el régimen, eso sí, que rinda cuenta de sus ejecutorias.
No nos sumaremos jamás a la narrativa falsa de que con elecciones estos delincuentes organizados salen del poder. Rechazamos desde ya la movida cantada del referéndum revocatorio producido por el mismo Maduro, la historia es conocida. Lo deja correr, lo atrapa y lo aborta cuando le dé la gana. Hay un vacío de representación política, diría más, en ausencia de democracia y de Estado de Derecho es legítimo actuar sin la representación legal, por ello hay que considerar no realizar primarias para elegir al nuevo liderazgo. Se asume y ejerce en el momento oportuno. No podemos actuar con las reglas democráticas frente a unos forajidos que juegan sin reglas para mantenerse en el poder y se llevan por delante cualquier referencia legal, que hoy no existe y desconoce.
Necesitamos cambio de principios y valores, y no mero cambio de actores. Los principios modelan la acción, no los discursos cantinfléricos y vacíos. Debemos saber distinguir lo que es opinión de lo que es un estado de ánimo superficial y cambiante.
¡Libertad para Javier Tarazona! No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados ¡
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