Mario Kreutzberger, el popular Don Francisco que condujo durante más de 50 años el programa de variedades Sábado Gigante, siente que ha cumplido con su misión de informar, entretener. Así lo dijo en una entrevista con Efe a raíz de su libro autobiográfico Con ganas de vivir, que presentará en la Feria del Libro de Miami.
«Siento una gran satisfacción de haber cumplido con la misión de un conductor, que es entretener, informar. Ese es el mejor pago, que me recuerden como una buena persona. Y he sentido de parte de la gente que cumplí», confesó el presentador, quien en 2015 bajó el telón de Sábado gigante. El programa de variedades se alzó como el show de más larga duración en la historia de la televisión según el Guinness World Records.
Siete años después, la gente lo sigue reconociendo con solo oírlo hablar y lo para en la calle. Todo gracias a un programa que durante sus 53 años de existencia representó el talento de mucha gente y que desde sus inicios en blanco y negro supo adaptarse a las nuevas tecnologías y conceptos.
«Me fui en el momento exacto. Seis años después la televisión tuvo un bajón muy alto», ahondó el chileno, próximo a cumplir 81 años, sobre los cambios en la industria televisiva. En ese entonces la televisión empezaba a perder terreno frente a las plataformas de streaming.
Acababa así un proyecto televisivo que, al mismo tiempo que satisfacciones, le supuso un sacrificio familiar muy grande. En especial tras la decisión de exportar el programa a Estados Unidos, donde debutó en 1986 desde Miami (Florida). El show dio a pie a un periodo en el que el presentador tenía que viajar cada semana entre Chile y Estados Unidos.
Así se lo hizo ver su esposa, Teresa Muchnik, con la que está próximo a cumplir 60 años de matrimonio. En más de medio siglo de emisiones solo dejó de hacer el programa una sola vez: cuando falleció su madre, Anna Blumenfeld.
El campo de concentración
El final del longevo espacio televisivo no significó que Don Francisco abandonar las pantallas. Luego dio el salto a la cadena hispana Telemundo, y desde febrero de este año presenta en CNN en Español el espacio de entrevistas Reflexiones con Don Francisco.
Como dijo anteriormente, el programa en el canal de cable fue resultado de un proceso personal que estuvo marcado por las ocho décadas que cumplió el año pasado y en medio del confinamiento por el covid-19.
«Nunca había estado en mi casa como estuve, siete meses sin salir«, dijo el chileno, quien aprovechó ese momento para empezar la escritura de su libro de memorias «Con ganas de vivir», publicado por Penguin Random House. Aunque ya ha escrito libros como su autobiografía Entre la espada y la tv (2001), el de este año es el que le permite ir por primera vez como autor a la Feria del Libro de Miami.
Hasta unas seis horas diarias de escritura e investigación que le descubrieron, el ingreso de su padre, Erich Kreutzberger, en el campo de concentración de Buchenwald tras la llamada Noche de los cristales rotos, que tuvo lugar en la Alemania nazi el 9 de noviembre de 1938, con ataques sistemáticos contra los judíos y sus negocios.
La reclusión de su padre en ese campo de concentración, uno de los más grandes del régimen nazi y en el que se estima murieron más de 56.000 personas, fue una revelación para él, quien siempre pensó que su progenitor estuvo en el de Bergen-Belsen.
Una vez puesto en libertad, Erich Kreutzberger emprendió un largo viaje huyendo de la Europa de la Segunda Guerra Mundial. Finalmente se asentó en Chile, donde poco después nacería su hijo Mario.
El pequeño Mario estaba predestinado a seguir los pasos de su padre en la confección textil. A sus 19 años viajó a Nueva York para convertirse en técnico modelista. Sin embargo, descubrió ahí la televisión, una especie de radio pero que podía verse y escucharse. El aparato sería el eje de su vida.
Hora de ceder el testigo de la Teletón
Con más de 160 países visitados a través del segmento «La cámara viajera» de Sábado Gigante e incontables entrevistas a líderes mundiales, personalidades y actores como Anthony Quinn, Mario Kreutzberger es recordado también por la Teletón.
Al cabo de 43 años de fundar y ejercer como presentador de ese evento benéfico, Don Francisco siente que ha llegado el momento de ceder el micrófono a otra persona con nuevas ideas.
«No queremos ser el Blockbuster de la solidaridad. Queremos ser el Netflix y Disney de la solidaridad«, precisó, en un juego de palabras que apela a la compañía de alquiler de películas en formato físico.
Señaló que la edición de este año, que se celebrará los próximos 3 y 4 de diciembre, será posiblemente la última en la que participe. A su juicio, las nuevas generaciones tienen que tomar la posta.
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