El costo de la electricidad y el Internet, así como la calidad de tales servicios, es crucial para evaluar la rentabilidad de la minería de un criptoactivo. Y mientras más poder de minado se quiera tener, mayor será el consumo de energía y esto es precisamente unos de los puntos que más se le cuestiona a este tipo de actividad. Al extremo de que el Bitcoin es acusado de “despilfarro” energético cuando otras industrias tienen, sin duda alguna, un peor desempeño.
Ahora, ¿ese señalamiento tiene fundamento o no? Lo cierto es que no está claro cuánta energía usa exactamente el Bitcoin y así y todo se le acusa de ser un negocio que consume mucha electricidad. El Centro de Finanzas Alternativas de la Universidad de Cambridge (CCAF), que estudia el floreciente negocio de las criptomonedas, calcula que el consumo total de energía de Bitcoin está entre 40 y 445 teravatios por hora (TWh) al año, con una estimación central de aproximadamente 130 teravatios por hora, según un artículo publicado por la BBC a principios de este año.
El medio lo compara con el consumo de electricidad de Reino Unido, que es un poco más de 300 TWh al año y con el de Argentina, que usa aproximadamente la misma cantidad de energía.
No obstante, un experto en el tema de Bitcoin, precisamente nacido en Argentina, opina lo contrario. Julián Drangosch, profesor en la Universidad Tecnológica Nacional de ese país, aseguró en una entrevista con el portal CriptoNoticias que “hasta las secadoras consumen más energía que Bitcoin y no se les juzga”.
El también integrante de Bitcoin Argentina considera que una de las razones por las cuales se le critica al Bitcoin el gasto energético que implica su minado es porque “el consumo de energía es mal entendido”. Por eso recordó que el consumo energético de ese criptoactivo es lo más importante de la red, pues es lo que permite garantizar que sea incorruptible.
Dicho esto, otra de las críticas es que la electricidad que usan los mineros de Bitcoin proviene de fuentes contaminantes. Al respecto, el equipo del CCAF encuestó a las personas que administran la red de ese criptoactivo en todo el mundo sobre su uso de energía y descubrió que aproximadamente dos tercios proviene de combustibles fósiles
En contraste, el Consejo de Minería de Bitcoin señaló que 56% de los mineros utiliza energía sostenible y es muy probable que el emigre a donde pueda tener acceso a las energías renovables más baratas y eficientes, que sería la hidroeléctrica.
Es más, mineros de Bitcoin podrían comenzar a utilizar energía nuclear para suplir sus instalaciones, lo que contribuiría a disminuir las emisiones de carbono y el gasto de recursos. Ejemplo de ello es la Alcaldía de Miami, que está en conversaciones con la corporación Florida Power & Light para permitir que los mineros de Bitcoin se asienten en las cercanías de una planta nuclear local y se suplan de esa energía, que además resulta más barato producirla.
El Nuclear Energy Institute, citado en el informe de la consultora ScottMaddenque, indica que producir energía nuclear cuesta 3 centavos de dólar por kilowatt por hora (Kw/h), mientras que el costo promedio del servicio eléctrico residencial en Estados Unidos es de 13,90 centavos de dólar por Kw/h, según la Energy Information Administration, una entidad gubernamental estadounidense.
Esto resulta muy valioso para la minería de criptoactivos, en vista de que es una opción que le permite garantizar las operaciones y, al mismo tiempo, alinear el negocio con los criterios de sostenibilidad.
El empresario Anthony Scaramucci, fundador y gerente de SkyBridge Capital, así lo ve. Para él, la minería de Bitcoin será enteramente verde porque usará únicamente energías renovables para el año 2030. Ya veremos…
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