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Tom Hardy, un moderno Don Quijote en la nueva entrega de Venom

Por EFE
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Como si de un Don Quijote moderno se tratase, el actor británico Tom Hardy se vuelve a poner en la piel del periodista Eddie Brock y del supervillano Venom en Venom: Let there be carnage («Venom: habrá matanza») la segunda entrega de la saga de Marvel que llega a España este viernes.

La figura de Cervantes y su célebre novela han servido de inspiración a esta cinta del actor y director Andy Serkis y cuenta con una pequeña referencia en el film, ya que, según explica Hardy en una entrevista con Efe, la pareja formada por Quijote y Sancho y la de Eddie y Venom comparten la misma esencia.

“Los dos eran seres muy diferentes. Uno es un realista y otro un fantasioso, pero siguieron yéndose de aventuras juntos porque coexistían el uno con el otro”, relata Hardy.

Venom es un simbionte -un ser de color negro, y textura viscosa que se “hospeda” en seres ajenos- y llegó a la Tierra durante un ataque alienígena, donde, tras ser capturado por unos laboratorios para hacer experimentos, acabó fusionándose con el cuerpo humano del reportero Eddie Brock durante una de sus investigaciones.

Venom: Let there be Carnage

De este modo, Venom le proporcionó a Brock superpoderes y habilidades especiales, comenzando así su peculiar y tormentosa relación de amor-odio, que en la primera película ya le costó el amor de su particular Dulcinea: Anne Weying (Michelle Williams).

Venom: Let there be Carnage continúa el hilo conductor que se vislumbró durante la escena postcréditos de la primera entrega, donde se presenta el personaje del asesino en serie Cletus Kasady, interpretado por el actor Woody Harrelson, y que toma un papel antagónico en esta segunda parte como “Carnage”.

A juicio de Hardy, el tópico de que segundas partes nunca fueron buenas no se cumple en Venom: Let there be Carnage, pues considera que se trata de una película “mejor que la primera” y confía en que los espectadores también piensen lo mismo, tras los “tomatazos” lanzados por la crítica con el debut de “Venom”.

“Estoy muy orgulloso de ella y de lo que Andy Serkis y el resto del equipo ha conseguido hacer con la visión de la película”, que profundiza más en la parte emocional de los personajes de Hardy y Harrelson.

Antes del rodaje de la primera parte, Hardy ya contactó a su buen amigo Serkis para conversar sobre el “imaginario” de Venom, por eso no dudó en volver a recurrir a él años más tarde para proponerle, en esta ocasión, tomar las riendas de su secuela.

Serkis no dudó en aceptar el proyecto, pues, según comenta a Efe, al leer el guion, sintió que era la “pieza correcta para juntarse” con Hardy, de quien alabó su actuación en la primera entrega.

Además, añade que sentarse en la silla de director es mucho más sencillo siendo actor, puesto que puede crear “una atmósfera donde los actores se sienten cómodos a la hora de trabajar”.

La pandemia del coronavirus obligó a paralizar el rodaje de una película que llega un año más tarde de lo previsto inicialmente, pero Hardy admite haber aprendido mucho durante todo el proceso, como que “la comunicación es clave” y que quizás lo que se tiene pensado no es lo que acaba saliendo.

En cualquier caso, Venom y Hardy están de vuelta tres años después con una nueva entrega de aventuras quijotescas, aunque en vez de enfrentarse a los molinos de La Mancha, deberán hacerlo con supervillanos alienígenas con las calles de la ciudad estadounidense de San Francisco como telón de fondo.

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