Guardias libios mataron a tiros a seis migrantes africanos este viernes en un centro de detención de Trípoli, informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y denunció las «terribles» condiciones de vida en el complejo superpoblado.
Medios libios informaron mediante videos que cientos de migrantes habían escapado del centro.
Un responsable del Ministerio de Interior, citado por la agencia libia de prensa, afirmó que se habían evadido 2.000 personas.
El incidente se produjo en el centro de detención Al-Mabani de Trípoli, donde unos 3.000 migrantes están retenidos, dijo a la AFP el jefe de la OIM, Federico Soda. «Los guardias mataron a seis migrantes en total», explicó.
«No sabemos qué provocó el incidente, pero está relacionado con el hacinamiento de los inmigrantes en el centro. Viven en condiciones terribles y tensas», afirmó. «Muchos migrantes escaparon durante el caos», agregó.
Detenciones arbitrarias
Según el responsable de la OIM, el centro de detención de Al-Mabani tiene capacidad para 1.000 detenidos, pero más de 3.000 estaban hacinados en él, incluidos unos 2.000 que permanecían fuera del edificio principal dentro del perímetro del complejo.
«Su detención es arbitraria. Muchos de ellos tienen papeles en regla pero están atrapados en el país», señaló.
Imágenes difundidas por la prensa local muestran a varias decenas de migrantes corriendo por las calles de Trípoli, algunos con las manos levantadas hacia el cielo, poco después de escaparse. Varios de ellos parecen menores.
Un testigo declaró a la AFP que había visto a unas 500 personas migrantes avanzando por una avenida comercial cercana al centro de detención.
Tras esto, al menos 140 personas fueron detenidas por las autoridades y reunidas en un puente de la capital, desde donde las embarcaron en autobuses, al parecer para volver a llevarlas al centro, constató un periodista de la AFP.
«Crímenes contra la humanidad»
Libia es un importante punto de paso para decenas de miles de migrantes, en su mayoría procedentes de países de África sahariana, que intentan llegar a Europa cada año a través de la costa italiana, a unos 300 kilómetros del litoral libio.
Varias oenegés denuncian regularmente las condiciones en los centros de detención en Libia, donde contrabandistas y traficantes se han aprovechado en los últimos diez años de la inestabilidad que siguió a la revuelta de 2011 y han convertido al país en el eje del tráfico de personas en el continente.
A principios de octubre, una operación «antidrogas» de las autoridades libias en una barriada de Trípoli, que involucró sobre todo a migrantes indocumentados, dejó un muerto y al menos quince heridos, según la Misión de apoyo de Naciones Unidas en Libia (Manul).
Al menos 5.000 personas, incluyendo mujeres y niños, fueron detenidas, según la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), que denunció «detenciones masivas y aleatorias».
«Estamos cada vez más alarmados por la situación humanitaria de los solicitantes de asilo y de los refugiados en Siria», sobre todo tras esta operación, que «sembró el pánico y el miedo entre los solicitantes de asilo y los refugiados de la capital», declaró por su parte en un comunicado Ayman Gharaibeh, director de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para Oriente Medio y África del Norte.
Amnistía Internacional, en tanto, criticó el «recurso a la fuerza mortífera ilegal y a otras formas de violencia durante esta redada sin precedentes».
Tragedias
El lunes, una misión de investigación de expertos de la ONU publicó un informe en el que denunció «crímenes de guerra» y «crímenes contra la humanidad» cometidos en Libia desde 2016, especialmente contra migrantes.
Libia es escenario de numerosas tragedias relacionadas con la migración irregular. El martes, se encontraron los cuerpos de 17 migrantes en la costa de ese país, tras el naufragio de su embarcación.
El número de migrantes fallecidos en el mar durante su travesía hacia Europa se duplicó con creces este año en comparación con el mismo período de 2020, según datos de julio de la OIM.
En septiembre, la OIM contabilizó 1.369 migrantes ahogados en el Mediterráneo en lo que va de año.
Libia intenta pasar la página de una década de caos desde la caída en 2011 del régimen de Muamar Gadafi, derrocado y muerto después de ocho meses de revuelta popular en la estela de la Primavera Árabe.
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