El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó sobre que los centros de transito de la ciudad fronteriza de Pacaraima, entre Venezuela y Brasil, se encuentran «al límite de su capacidad» debido a la llegada de migrantes venezolanos.
El organismo internacional se refirió al aumento del número de familias venezolanas que están cruzando cada día la frontera con Brasil por Pacaraima. Además, a la necesidad de que se amplíe la ayuda humanitaria.
Según la Unicef, debido a esta situación, el porcentaje de migrantes que viven en la calle se ha multiplicado por 15 entre los meses de junio y agosto. Esto luego de la reapertura de la fronteras. Este hecho hace que las condiciones sanitarias en las que viven este grupo de personas se deteriore cada vez más.
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En este sentido, aseguran que en la actualidad, 2.065 personas viven en las calles de la ciudad de 19.000 habitantes mientras esperan la documentación para continuar su viaje al interior de Brasil. «Esta es una situación no vista desde los momentos más agudos de la salida de la migración venezolana en 2017 y 2018».
Asimismo, destaca que una de las razones del hacinamiento de migrantes en la zona fronteriza se debe a que deben esperar más de una semana para la regularización.
«Los refugiados y migrantes están esperando más de una semana para la regularización. Esto con un acceso muy pobre a servicios adecuados de salud, agua y saneamiento» dice Unicef.
«La situación es especialmente grave para los niños no acompañados, separados e indocumentados», destacó el organismo.
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