Apóyanos

Después de la tempestad y el mayor gasto, llega la calma y la necesidad de equilibrar las cuentas públicas

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Mientras que usted tuvo que apretarse el cinturón, cuidar cada moneda y reducir los gastos en el último año, los gobiernos aumentaron sus transferencias y subsidios para evitar que la rueda de la economía se detuviera del todo y tratar de mantener los beneficios sociales alcanzados en las últimas décadas.

La pandemia del covid-19 tuvo fuertes repercusiones sobre las cuentas fiscales en América Latina. Los déficits fiscales aumentaron debido al mayor gasto para reforzar los servicios de salud y las transferencias directas para apoyar a familias y empresas, además de la menor recaudación por la recesión y los perdones impositivos.

Como el Estado somos todos, después de la tempestad llega la calma y con ella la hora del ajuste fiscal. En 2020 se sumaron más de 10 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) a los ya crecientes niveles de endeudamiento en la región, según cifras de un informe de CAF -banco de desarrollo de América Latina. Lo peor de la pandemia ya pasó, sin embargo, la población más vulnerable y la reactivación económica todavía requieren de una participación decidida de los gobiernos para recuperarse.

«La estabilidad fiscal y monetaria han sido los pilares para impulsar la implementación de medidas anticíclicas que han fomentado el crecimiento económico del Perú en los últimos 30 años. La sostenibilidad fiscal es la clave, más que estar endeudado. La deuda pública pasó del 89% en finales de los 80’s a 19% en 2013 y 27% del PIB antes de la pandemia. Sincerar las cuentas, priorizar los gastos y reducir los mismos son los pasos a seguir», afirmó Brigitt Bencich, ex viceministra de Economía del Ministerio de Economía y Finanzas del Perú.

Los gobiernos se encuentran en la encrucijada de mantener las transferencias, priorizar el gasto sin olvidar la inversión, que es la que impulsará la reactivación económica, y a su vez buscar mayores fuentes de ingresos para estabilizar la deuda. Transparencia, compromiso, prudencia, eficiencia y estabilidad, son algunos de los ingredientes de la receta, que no aplica por igual para todos los países de la región.

Confianza y credibilidad son las variables que más valoran los mercados. Las reglas fiscales, marcos presupuestarios de mediano plazo y consejos fiscales independientes son algunos instrumentos que cobran relevancia en este momento para restaurar la sostenibilidad de la deuda sin generar un retiro prematuro de los estímulos, que pueda desinflar la recuperación económica.

«La crisis generada por la pandemia puede ser una oportunidad para adoptar mecanismos explícitos para proteger la inversión pública, basándose en las reglas fiscales existentes. La inversión será un componente decisivo tanto para la recuperación de la actividad y del empleo en el corto plazo como para impulsar el crecimiento a mediano plazo y elevar el bienestar», explica Adriana Arreaza, directora de Estudios Macroeconómicos de CAF y autora del informe.

Como el nivel de endeudamiento en la región no es igual, el espacio fiscal y el objetivo de sostenibilidad puede variar. En ese sentido, las metas de los balances estructurales deberán adecuarse a las prioridades de los países y, en algunos casos, incorporar o adecuar los objetivos para la trayectoria de la deuda.

Desde el comienzo de la pandemia los ministros de Finanzas y Economía han priorizado los recursos para acelerar el gasto y ahora están liderando reformas fiscales para mantenerlos y recuperar la sostenibilidad fiscal. El Congreso de Colombia acaba de aprobar una reforma en este sentido y Ecuador la está discutiendo.

«Creemos que una reforma fiscal debe cumplir con los principios de simplicidad y equidad, buscando que aquellos que más tienen y que menos fueron afectados durante la pandemia sean quienes aporten más. Los focos de atención serán impuestos directos, ajustando el esquema para asegurar una mayor progresividad, acorde con la distribución del ingreso. El objetivo es que la reforma tributaria tenga un impacto de recaudación del 0,7% del PIB, en medidas permanentes y también se contemplan algunas medidas temporales», aseguró Luis Alberto Fierro, viceministro de Economía de Ecuador.

Por su parte, Alberto Barreix, exlíder principal fiscal del BID, planteó algunas opciones que tienen los países para aumentar sus ingresos: «Por una parte está el IVA general y el que compensa con parte de los recursos a las familias de bajos ingresos; luego está considerar cambiar el impuesto al ingreso personal incluyendo las rentas de capital;reforzar el cobro del impuesto predial, subir transitoriamente la renta de ganancias a las empresas; y finalmente considerar el impuesto al patrimonio».

Para darse el lujo de gastar más de lo que se recibe sin fallecer en el intento, se requiere de financiamiento a largo plazo y tasas bajas, que permitan priorizar recursos para el gasto social. Esta es la premisa actual de los gobiernos de la región, en la que algunos tienen un mayor margen de maniobra que otros, pero en el que todos los ciudadanos pueden apoyar a los más vulnerables en la medida de sus posibilidades mediante impuestos.

Nicolás Abrew, ejecutivo principal de comunicación en CAF

Visiones del Desarrollo es una sección promovida por CAF -banco de desarrollo de América Latina- que analiza los principales temas del desarrollo de la región. Los artículos que contiene se publican simultáneamente en los principales medios de América Latina.

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional