Después de casi dos años de estar luchando para sostenerse contra la pandemia del covid-19, adoptar la práctica del “intraemprendimiento” puede ser una herramienta sumamente útil para las empresas. Aunque no se trata de un concepto nuevo, ha cobrado mayor fuerza en estos tiempos en los que se requiere mayor audacia y creatividad en las compañías.
Fue el empresario y especialista Gifford Pinchot quien en 1985 definió el concepto. “La actividad de intraemprendimiento es capaz de desarrollar un comportamiento emprendedor, bajo el respaldo de la empresa, a través del descubrimiento, evaluación y explotación de nuevas oportunidades de negocio”, explicó.
Desde entonces el intraemprendimiento, que son los emprendimientos que se realizan dentro de las empresas, ha sido fomentado por diversas organizaciones. Los gigantes tecnológicos como Apple, Google, Facebook y Amazon lo han hecho casi desde sus inicios. Los medios han documentado cómo dentro de las políticas de Google está liberar un porcentaje del horario laboral a los trabajadores que quieran emprender internamente.
Si los proyectos innovadores que proponen esos empleados salen adelante, ellos pueden llegar a obtener beneficios adicionales. De hecho, gracias a la implementación de esa estrategia surgieron aplicaciones de gran éxito, como Gmail y otros productos, que Google decidió apoyar y que son fruto de las ideas e iniciativas de los propios trabajadores.
La experiencia de Google es tan solo una pequeña muestra del potencial del intraemprendimiento. Así que si antes era importante, ahora es esencial para la supervivencia de una empresa desarrollar una actividad emprendedora en su propio seno para innovar o reformular el modelo de negocio. Y es que esta práctica busca, precisamente, acelerar el crecimiento de la compañía más allá del crecimiento orgánico normal.
Para lograr ese objetivo, las empresas deben apoyarse en los empleados que tengan ideas productivas, deseos de hacer cosas diferentes, mejorar las ya existentes o hacer cambios radicales. Es decir, contar con las habilidades de los intraemprendedores, que constituyen parte fundamental de la fuerza vital de una compañía que requiere adaptarse a cambios cada vez más constantes, como la crisis provocada por la pandemia.
A través del intraemprendimiento las compañías encuentran, por ejemplo, mejores formas de atender a los clientes o mejores productos, lo cual les permite generar mayores ingresos, descubrir nuevos mercados o posibilidades de comercialización y lograr una mejor imagen ante los consumidores.
Al final, es una vía para alentar el desarrollo empresarial que tanto necesitan los países en este momento. Además, permite poner a prueba el talento humano al dejarlo innovar dentro de la misma compañía. De manera que reformular el modelo de negocio, poniendo en práctica el intraemprendimiento, contribuye a que los procesos se vuelvan más productivos, más novedosos, en un entorno de “ganar-ganar” para empleados y empresas.
Entonces, ¿vale la pena crear un negocio dentro de un negocio? Las compañías lo dirán.
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