El partido del Kremlin, Rusia Unida, clamó hoy victoria en las elecciones legislativas, pero su mayoría constitucional en la Duma o cámara de diputados aún está en el aire tras el escrutinio de 21% de los votos emitidos estos últimos tres días.
«Permítanme felicitarlos por una clara y limpia victoria», dijo Andréi Turchak, secretario general de la formación gobernante, en la sede del partido en Moscú.
Al acto acudieron varios de los cabezas de lista del partido presidencial, pero estuvieron ausentes los ministros de Defensa, Serguéi Shoigú, y de Exteriores, Serguéi Lavrov.
Por su parte, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, destacó que los resultados de las elecciones a la Duma o cámara de diputados determinarán «el destino del país, su estrategia de desarrollo, su soberanía, su economía y la protección social de sus ciudadanos».
Según la Comisión Electoral Central (CEC), Rusia Unida suma 43,31% de los votos tras el escrutinio de 21% de los votos. Los comunistas serían el segundo partido más votado con casi 23%.
Estos resultados garantizarían la mayoría absoluta al partido presidencial. Esto ya que además de liderar por listas de partidos, sus candidatos ganarían en más de la mitad de las 225 circunscripciones mayoritarias.
A su vez, los expertos pronosticaron que con el 45% de los votos y la victoria en 190 de las circunscripciones, Rusia Unida renovaría la mayoría constitucional. Esto es más de 300 de los 450 escaños en la cámara baja.
«Lideramos claramente tanto por listas como en número de circunscripciones. Nuestro objetivo es la mayoría constitucional que, según nuestros datos, la lograremos. Esperemos a que lleguen los resultados», aseguró Serguéi Permínov, subsecretario general del partido.
Comicios anteriores
En 2016 los gubernamentales lograron más del 54,20% de los votos. Esto les permitió sumar 334 escaños y aprobar leyes sin la necesidad de pactar con la oposición sistémica en el Parlamento.
Según esos datos oficiales, en la Cámara Baja entrarían cinco partidos frente a los cuatro de la legislatura anterior: los gobernantes y comunistas, el Partido Liberal Democrático (PLDR) del ultranacionalista Vladímir Zhirinovski; el partido de nuevo cuño Gente Nueva y los socialdemócratas de Rusia Justa.
Pocos minutos antes del cierre de los colegios en la parte europea del país, los comunistas denunciaron el fraude en varias regiones del país, desde la parte europea a Siberia y el Lejano Oriente, y exigieron la persecución penal de los «falsificadores».
Tanto la CEC como el Ministerio del Interior restaron importancia a las infracciones, aduciendo que no influyen en el resultado final de los comicios.
Según la CEC, un 45,15% de los 110 millones de votantes rusos acudieron a las urnas, dos puntos y medio menos que hace cinco años.
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