El diecinueve fue un siglo de guerras en Venezuela. Imperaba en la región un clima de guerra auspiciada por montoneras y caudillos. Todos descendientes de la guerra para conquistar la independencia.
La lucha independentista duró 14 años, desde 1810, con la Campaña de Coro, hasta 1823, con la Batalla Naval del lago de Maracaibo. Historiadores versados de la talla de Elías Pino, Edgardo Mondolfi Gudat y Edgar Esteves González, coinciden que, a partir de 1830, en Venezuela comienza otro periodo de guerras internas, “fratricidas, luego de una tensa calma de siete años”.
Destacan la Revolución de las Reformas; más tarde la Revolución de Marzo; luego la Guerra Federal; y posteriormente, en 1868, José Tadeo Monagas enarbola el estandarte de la Revolución Azul, “para sucederse dos años de anarquía”, a juicio de Esteves González.
Lo que se creía el fin
Para poner fin a las hostilidades en el país, Antonio Guzmán Blanco, brillante estratega político, aprovecha el terrible escenario y en 1870, encabeza la Revolución de Abril, para hacerse del poder.
«Su dominio personal durará 19 años”, pero emerge la Revolución Legalista de Joaquín Crespo, secundada de la Revolución Liberal Restauradora de Cipriano Castro, y contra esta, surge la Revolución Libertadora que, del seno de ambas, irrumpirá el general Juan Vicente Gómez, cuyo vasto predominio se enquistará en Venezuela 27 largos años.
Desde la toma de poder del general José Antonio Páez, en 1830, hasta la muerte del Benemérito Juan Vicente Gómez, en 1935, se suceden 105 años de ásperas luchas armadas.
Apunta Esteves González, que el método para hacerse del poder era simple: “Consistía en una revolución dirigida por un jefe militar de algún prestigio”.
El estado de atraso de la población hizo posible la encarnación del caudillismo. Asimismo, el analfabetismo y la pobreza facilitaron las revueltas armadas “toda vez existía un permanente descontento general en el país”.
Lo que nos legó la guerra
Tras separarse la Gran Colombia, compuesta por Venezuela, Ecuador y Colombia, la deuda contraída por la nación durante la guerra de Independencia fue repartida proporcionalmente entre los tres países que la formaban. La parte que le tocó pagar a Venezuela alcanzó la cantidad de 34 millones de pesos (28,5%), a Colombia el 50% y a Ecuador el 21,5%. Con esta deuda externa se inició la República Independiente en 1830.
A partir de 1831 la República contrajo nuevas deudas, debido a las guerras civiles; las condiciones desfavorables en que fueron negociados los empréstitos; las reclamaciones injustas y exageradas que hacían gobiernos y súbditos extranjeros; el peculado y la corrupción administrativa, que sirvió para que gran parte de los empréstitos fueran a parar a manos de los gobernantes de turno.
La falta de cumplimiento de los pagos y las injustificadas reclamaciones de daños sufridos por empresas extranjeras, hicieron aumentar considerablemente el monto de la deuda, que a finales del siglo XIX superaba los 350 millones de bolívares.
Este escenario fue propicio para que durante el gobierno de Cipriano Castro, barcos de guerra de Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y Estados Unidos, establecieron un bloqueo de nuestras costas, apoderándose de buques venezolanos. Además, desembarcaron tropas en La Guaira y Puerto Cabello, demandando el pago inmediato de la deuda. Fue éste el más grave conflicto internacional que ha tenido la república.
La deuda pública en Venezuela a finales de 1898 sumaba 197,5 millones de bolívares, cinco veces los ingresos públicos de año fiscal 1898-1899.
Luego de la firma de los protocolos de Washington en 1903, dio por concluido el bloqueo y la intervención extranjera contra Venezuela. El gobierno de Castro se comprometió a destinar el 30% de sus ingresos por concepto de impuestos de aduanas, al pago de la deuda, y se establecieron comisiones mixtas para justipreciar las reclamaciones.
Para comienzos del siglo XX la deuda interna venezolana se cifraba en alrededor de 53 millones de bolívares y la externa en 151,6 millones, por el solo concepto de intereses vencidos se adeudaban Bs. 26 millones, cifra extraordinariamente elevada para la época y, en especial, para una economía corno la nuestra.
Fue Hugo Chávez el artífice
El economista Luis Vicente León afirma que fue en la época de Hugo Chávez cuando se disparó la deuda, tradicionalmente en niveles bajos. «La suma de los títulos de deuda del Estado y de PDVSA estaría en torno a los US$125.000 millones», calcula León.
En 2017 la deuda pública en Venezuela fue de 42.104 millones de euros. Disminuyó 34.229 millones desde 2016 cuando fue de 76.333 millones de euros. Esta cifra supone que la deuda en 2017 alcanzó el 33,05% del PIB de Venezuela, una subida de 2,71 puntos respecto a 2016, en el que la deuda fue el 30,34% del PIB. Las disminuidas reservas internacionales en 2016, se ubicaron en 20.878 millones de dólares, según el Banco Central.
El economista venezolano Jesús Casique declaró a la agencia de noticias EFE, en septiembre de 2020, que el default de Venezuela estaba en el orden de los 22.000-23.000 millones de dólares», adicionando que la «deuda consolidada» del país ascendió a 175.000 millones de dólares, un monto que equivale al 178% del PIB venezolano, si se atiende a la cifra que reporta el FMI para este indicador: 62.921 millones de dólares. Las cifras actuales, sin lugar a duda, son terriblemente más dramáticas, por eso hay quienes dices que la historia es cíclica.
Fuente: Las guerras de los caudillos. Edgar Esteves González. Editorial CEC, S.A Los Libros de El Nacional. 2006
Fuente: Lecciones de Historia Moderna y Contemporánea de Venezuela. Arias A., Alberto. Editorial Romor, Caracas, 1994
Proceso Histórico de la Deuda Externa Venezolana en el siglo XX Tomás E. Carrillo Batalla Rafael José Crazut. Santillana. Caracas 2014
Monumental ha sido la heredada deuda pública en la historia de Venezuela. Luis Alberto Perozo Padua. Mayo de 2019 www.CorreodeLara.com
www.ElPais.com
www.BBC.com
IG/TW: @LuisPerozoPadua
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