El joven Carlos Alcaraz, la nueva joya del tenis español, eliminó este viernes en una batalla de cuatro horas a uno de los favoritos del Abierto de Estados Unidos, el griego Stefanos Tsitsipas, convirtiéndose en el jugador más joven en llegar a octavos de final en 32 años.
A los 18 años de edad, Alcaraz venció a Tsitsipas, número tres del ranking mundial, por 6-3, 4-6, 7-6 (7/2), 0-6 y 7-6 (7/5) en cuatro horas y seis minutos de pelea que se decidieron en un dramático «tiebreak».
Etiquetado por algunos como «el nuevo Nadal», Alcaraz ofreció una exhibición de determinación, talento y personalidad que se ganó rápidamente el apoyo del público frente a Tsitsipas, que vuelve a fracasar en su intento de llegar a los octavos del Abierto.
«Sin este público no hubiera tenido la posibilidad de ganar este partido. Estaba decaído al principio del quinto set. Gracias», dijo el joven tenista a los aficionados de la pista principal Arthur Ashe.
Alcaraz es el tenista más joven en llegar a la cuarta ronda del Abierto desde Michael Chang en 1989 y de cualquier Grand Slam desde Andrei Medvedev en el Roland Garros de 1992.
Número 55 del ranking de la ATP, el español ya venía avisando de su pujanza este año alcanzando la tercera ronda de Roland Garros y ahora enfrentará en octavos de Nueva York al alemán Peter Gojowczyk, número 141 mundial.
Público en el bolsillo
Bajo la atenta mirada de su entrenador, el exjugador Juan Carlos Ferrero, Alcaraz lanzó rápidamente su órdago a Tsitsipas quebrándole el servicio en el primer juego.
El griego, una de las estrellas llamadas a suceder al «Big 3» (Federer, Nadal y Djokovic), constató pronto la seriedad del desafío de un adolescente que alcanzaba todas las pelotas y las devolvía con tanta potencia en la volea como extrema sutileza en la dejada.
Dueño de un cañón en el servicio, Alcaraz llegó a sacar a 134 km/h para júbilo de los aficionados neoyorquinos, con los que celebró efusivamente cada uno de sus fulminantes golpes ganadores.
Tsitsipas, en cambio, sigue contando con la animadversión del público a raíz de las largas visitas al baño en momentos clave de los partidos anteriores, que le provocaron duras críticas de sus rivales Andy Murray y Adrian Mannarino.
En un abrir y cerrar de ojos Alcaraz tenía una ventaja de 4-0 y quebró de nuevo para quedarse con el primer set del partido.
El griego trató de frenar en ese momento el huracanado tenis del español, rompiendo su servicio en el séptimo juego y salvando tres pelotas de quiebre en el décimo para embolsarse la segunda manga.
El número tres mundial parecía encarrilar el triunfo al colocarse 5-2 en ventaja en el tercer set pero Alcaraz no dio signos de sentir la presión y llevó la manga al «tiebreak» ganando algunos memorables juegos, especialmente el undécimo en el que salvó dos pelotas de ruptura.
Contra las cuerdas, Tsitsipas perdió el desempate, con doble falta incluida, y tomó camino del vestuario entre silbidos del público.
En esta ocasión, sin embargo, el griego se demoró menos y regresó con su versión más demoledora para ganar el cuarto set en blanco.
En el quinto y decisivo, Alcaraz no resintió el vértigo ni el cansancio y pudo proteger su servicio hasta forzar el último «tiebreak» y celebrarlo alentando al público con los brazos.
Con el mayor triunfo de su vida a su mano, el joven se hizo con el control del desempate ante un desencajado Tsitsipas y cerró el duelo en su tercera pelota de set.
«Esta victoria significa mucho para mí», se felicitó. «Es el mejor partido y victoria de mi carrera. Para mí ganar a Stefanos Tsitsipas es un sueño».
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional