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Presidenta de Miss World: “Siempre debe haber un propósito para participar en el certamen”

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Más que un certamen internacional de belleza, Miss World es un «festival de empoderamiento de la mujer y su propósito principal es ayudar a grandes causas alrededor del mundo».

Así lo describe la presidenta y directora ejecutiva de Miss World Organization, Julia Morley, quien resalta que se trata de la competencia de belleza más antigua y de más prestigio a nivel internacional. De hecho, este año se celebra la edición número 70, evento que se llevará a cabo por primera vez en Puerto Rico el 16 de diciembre, en el Coca-Cola Music Hall, en el Distrito de Convenciones en San Juan.

La ejecutiva, quien ha estado de visita en San Juan para asistir a varias reuniones con representantes del gobierno y escoger lugares que se utilizarán para promover la isla durante la noche final del certamen, conversó en exclusiva con El Nuevo Día, sobre su visión de la competencia, su propósito y cómo ha evolucionado desde su creación.

No es la primera vez que Morley visita a Puerto Rico, y menciona a «mi querida amiga» Wilnelia Merced, encargada de la franquicia local de Miss World y la primera puertorriqueña en ganar el título en 1975, como la persona que la ha ayudado a conocer mejor la cultura puertorriqueña.

De porte distinguido, sus expresivos ojos azules se iluminan cuando habla del certamen que dirige y de la importancia que se les da a las personas más allá de la belleza del lugar donde se lleve a cabo la competencia.

«He conocido a Puerto Rico a través de Wilnelia y de muchas de las jóvenes que han representado al país (en el certamen). Pero no es solo la belleza del lugar o cuán organizado esté, lo que importa es el espíritu de su gente. Y si miras a las personas de la forma en que yo lo hago, sientes la bienvenida, la emoción, sientes a Puerto Rico, no a Norteamérica y aunque puede que sea parte (de Estados Unidos), he encontrado diferencias», comenta, mientras indica que no lo dice desde un punto de vista político, sino social.

«Pero tienes que entender primero el lado social y cultural de las personas a las que visitas. Estoy emocionada de estar aquí y desde el primer momento me he sentido bienvenida», precisa Morley, quien espera que sea el mismo sentimiento que sientan las participantes del Miss World cuando lleguen a la isla, «que se sientan como si estuvieran con su familia».

Destaca, además, su emoción de poder ayudar a proyectar la imagen de la isla como realmente es, con sus bellezas naturales, su música y su comida, pero también por la calidez de su gente. «Vas a tener 120 concursantes de diferentes naciones y tenemos que trabajar todos como un equipo. Cada lugar tiene su propio sabor y su cultura y quiero conocer eso de Puerto Rico».

En ese sentido, Morley, natural de Londres, habla de la gran oportunidad que representa proyectar a Puerto Rico como un destino turístico, especialmente en una transmisión en vivo a una audiencia de 2,000 millones de personas en más de 100 países. Se estima, de hecho, que este evento supondrá para la isla una publicidad por un valor estimado de 150 millones de dólares.

Morley también enfatiza en la importancia de que el país logre tener más vuelos directos desde diferentes puntos de Europa, como una forma de ayudar a que más turistas lleguen a estas costas.

Belleza con un propósito

«Beauty with a Purpose» es el sello distintivo de este certamen de belleza desde que Morley se hizo cargo en el año 2000, luego de la muerte de su esposo Eric Morley, su creador. La ejecutiva, quien fue modelo en su juventud dice que, aunque ama la belleza, no podría pensar en una Miss Mundo solo por esa razón.

«Por eso nos aseguramos de que en cada certamen todas las jóvenes tengan un proyecto en su propio país que sea útil, ya sea para los niños o para las personas en general», explica Morley, quien, en 2009, lanzó el Variety International Children’s Fund con una cena benéfica que recaudó más de 400,000 dólares para proyectos nutricionales, educativos y médicos en Haití.

«Creo que es muy importante que, aunque adores a alguien que luce bella, también tienes que ser consciente de que hay un gran grupo de personas que no tiene oportunidades. Así que siempre tiene que haber un propósito (para participar en el certamen)», asegura la ejecutiva.

De la misma forma, señala que, aunque concursan jóvenes que estudian medicina o abogacía, también puede haber algunas que solo quieren ser madres o esposas «y no hay nada malo en eso».

«Las mujeres tienen que ser capaces de elegir lo que quieren ser, lo pueden hacer y deben ser apoyadas en esos esfuerzos. No hay nada malo en ser ama de casa o madre, eso es fantástico. Lo que no está bien es no tener la oportunidad de ayudar a otros», afirma la ejecutiva, quien prefiere no dar recomendaciones específicas a las participantes del certamen. Pero destaca que lo único que les aconseja siempre es que se respeten entre ellas.

«Es de naturaleza humana mirar a otra persona y pensar si uno luciera tan bien como ella. Pero otra cosa es molestarse o lamentarse, opina y destaca la importancia de entender que todo el mundo tiene algo que ofrecer, no importa si luce espectacular en un traje de Christian Dior o con el vestido de boda de la madre que se ajustó para la ocasión. Lo importante es lo que está en tu corazón y cómo llevas ese vestido.

Los criterios para escoger a cada concursante, explica Morley, está a cargo de un jurado y señala que no se les indica lo que tienen que escoger. «Lo único que les puedes decir es que quien quiera que gane va a estar trabajando alrededor del mundo con las causas sociales y benéficas de ‘belleza con propósito’ y se selecciona a la que mejor represente los valores de la organización».

De hecho, Morley indica que, a través de los años, Miss World se ha convertido en una plataforma global que promueve cambios en las comunidades más pobres o necesitadas de cada país en los que participa. Eso, a su juicio, la convierte en una competencia que va más allá de la belleza y el físico ya que también enfatiza en «la caridad, el humanismo y el talento», que también es parte de lo que ella denomina como «empoderamiento de la mujer».

Un certamen sin trajes de baño

La ejecutiva afirma que en este certamen no hay competencia en trajes de baño, pero recuerda que, en sus orígenes (1951), su esposo Eric Morley, aprovechó la popularidad del recién creado bikini para organizar una competencia de belleza femenina a la que se le dio el nombre de Festival Internacional del Bikini, pensando en que sería un evento único.

«No hay nada malo con los bikinis y no estoy en contra de ellos, pero cuando llegué (a tomar las riendas del certamen en el 2000, luego de fallecer su esposo) sentía que no era necesario para ganar Miss World», afirma Morley, quien prefiere que las concursantes demuestren sus talentos artísticos y deportivos, además de sus dotes altruistas.

Este año, la isla estará representada por Aryam Díaz Rosado, Miss World Puerto Rico 2021, También será la anfitriona de las más de 100 candidatas que llegarán para competir por el codiciado cetro. Cabe destacar que en los últimos 69 años solo 15 latinas han logrado ganar este certamen de belleza. Venezuela ha conseguido el título en seis ocasiones; Puerto Rico, Perú y Argentina en dos y República Dominicana, Brasil y México en una.

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