El incendio forestal más grave en lo que va de año en España ha arrasado al menos 12.000 hectáreas en la provincia de Ávila, con importantes daños al entorno natural y a sectores como el ganadero.
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El gobierno regional de Castilla y León informó este miércoles que el incendio declarado el pasado sábado ya está estabilizado y no tiene llamas en sus 130 kilómetros de perímetro, aunque pidió prudencia ya que en cualquier momento el fuego podría empeorar.
Este incendio es el más extenso en los últimos cuarenta años en esta región del centro y norte de España y uno de los más importantes ocurridos en todo el país en los últimos años.
El fuego, que afecta principalmente a matorral y pasto, sigue en un nivel 2 de peligrosidad en una escala de 0 a 3 de menor a mayor intensidad, pero ya sin peligro para la población, según fuentes de los servicios de emergencias.
Las llamas obligaron a desalojar a alrededor de un millar de habitantes en zonas rurales, aunque luego pudieron volver a sus hogares.
El fuego comenzó al arder un coche en una carretera, cuyas llamas se extendieron hacia un monte en plena ola de calor, y desde hace cuatro días un amplio despliegue de unos quinientos efectivos trata de extinguirlo, incluidos unos doscientos militares y alrededor de una veintena de aviones y helicópteros desplazados desde distintas partes del país.
El incendio ha generado numerosas muestras de solidaridad en ayuda de las zonas afectadas, tanto para sus habitantes, con ofrecimientos para acogerlos en casas particulares si fuera necesario, como para el ganado, para dar refugio y alimento a vacas que han perdido establos y pastos.
Los ganaderos de la zona reclaman ayudas, en espera de poder cuantificar los daños, pues muchas reses han muerto o resultado heridas, en especial de ganado vacuno, y otras necesitan alimento al haberse quemado el pasto, además de haber ardido establos.
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