El abridor Triston McKenzie retiró a los primeros 23 bateadores en orden antes de que el parador en corto venezolano Harold Castro conectara sencillo con dos outs en la octava entrada y los Indios de Cleveland blanquearon 11-0 a los Tigres de Detroit.
McKenzie, de 24 años, sorprendió a los 25.684 espectadores del «Comerica Park» con la esperanza de ver el cuadrangular número 500 de Miguel Cabrera, en cambio, lo ovacionaron de pie después del hit de Castro y otra vez después de que terminó la entrada con su décimo primer ponche.
McKenzie (2-5) estuvo a cuatro outs de romper la sequía del juego sin hits más larga del béisbol. Cleveland no ha tenido uno desde el juego perfecto de Len Barker el 15 de mayo de 1981 contra Azulejos de Toronto.
El abridor, quien ha rebotado entre los Indios y la Triple-A esta temporada, lanzó ocho entradas por primera vez en su carrera en las Grandes Ligas.
El parador en corto dominicano Amed Rosario pegó dos veces en tres viajes a la caja de bateo y terminó con tres carreras remolcadas y una anotada.
Su compatriota el antesalista José Ramírez tuvo exactamente los mismos números de Rosario, terminando con tres anotaciones impulsadas y llegó una vez a la registradora.
La derrota de los Tigres la cargó el abridor Drew Hutchison (0-1) en una entrada y dos tercios.
Esta vez el bateador designado venezolano Miguel Cabrera estuvo tres veces en la caja de bateo, pero no logró contacto en ninguna ocasión con la pelota.
Cabrera suma 499 jonrones de por vida, por lo que se encuentra a solo uno de llegar a los 500 en su carrera.
Pero el venezolano no ha podido empalmar vuelacercas desde el miércoles, que castigó con bambinazo de vuelta completa a los Orioles de Baltimore.
El sábado, en sus oportunidades al bate, la afición lo abucheó, luego de que no pudo sacar la pelota del campo.
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