El venezolano Alejandro Nones está lleno de proyectos tras el éxito de ¿Quién mató a Sara?, la serie de Netflix que le ha dado a conocer internacionalmente y que le ha abierto nuevas puertas a un trabajo que hace por «amor» y «dedicación».
«No hago esto por el dinero ni las revistas, los seguidores o las mujeres… lo hago porque me mueve el alma contar historias y todo lo demás tiene que ser una consecuencia», cuenta Alejandro Nones (Caracas, 1982) en una entrevista con Efe en la que se define como un tipo «apasionado», «entregado de corazón» e «intenso».
El actor está en su mejor momento profesional donde el éxito lo nota en todos los aspectos: sus esperas en el aeropuerto, los seguidores, las opciones de trabajo o los tipos de casting a los que le llaman: «Los productores y directores que nunca me llamaron, ahora sí».
Nones, que empezó como músico y más tarde continuó como modelo hasta lanzar su carrera en la actuación, reconoce que ¿Quién mató a Sara? le abrió las puertas del mercado más internacional, algo que no esperaba pero que sabía era un proyecto importante para su carrera y su futuro.
El éxito de la serie mexicana donde da vida a Rodolfo ha sido el primer proyecto original de Netflix en el que ha trabajado. «Yo soy tan fan de las series no hechas en inglés que lo admiro. Sentir que esto ha tenido un gran alcance me flipa la cabeza», dice feliz.
No sabe si este éxito supone un reconocimiento a su trayectoria profesional, pero sí que es un logro de toda su carrera. «Es un reflejo de muchos años y los que faltan con las expectativas, los sueños que tengo y lo que realmente quiero lograr», apunta.
Gracias a su papel en la serie duplicó sus seguidores en Instagram y se acerca al millón, cifra por las que no se rige pero que agradece y valora: «Los seguidores que tengo son orgánicos. No hecho ninguna estrategia. Ojalá me ayude a conseguir mejores personajes, historias y proyectos».
Su dedicación al trabajo es toda su vida, asegura. Cuenta que en numerosas ocasiones, tanto periodistas como su entorno más cercano, le preguntan si no está sacrificando la parte personal, el amor o formar una familia por el trabajo.
«Es verdad y me encantaría, pero no podría ser un tipo pleno si no logro lo que siento que puedo conseguir como actor. Si en el camino alguien se monta en mi barco, fenomenal, pero no voy a sacrificar en este momento los sueños tan grandes que tengo», opina.
Desde su infancia ha visto mucho cine español como Carne trémula (Pedro Almodóvar) o Los amantes del círculo polar (Julio Medem) y ahora asegura que existen muchas posibilidades de regresar a España: «Hay cosillas en el aire», deja caer.
«Me gustaría hacer una buena serie o película, un personaje entrañable y creo que en España hay muchas historias donde los personajes tienen una profundidad increíble», asegura el actor, que siente una «conexión especial» con el cine, pero también cree que «se están haciendo unas series increíbles» por lo que elegir una es cerrarse a la otra.
Y además tiene tantas ofertas que le cuesta elegir. «Ahora es un momento complicado en mi vida porque hay muchas opciones y ofertas y mis decisiones tienen que ser las correctas… en verdad donde me ponga la vida», asegura.
Lo último que ha terminado es la serie Malverde: el santo patrón, un proyecto «muy bonito e interesante» a la que le seguirá en octubre la tercera temporada de Quién mató a Sara y otro proyecto en diciembre. En los huecos, desarrollará otras ideas.
De su carrera profesional destaca el compromiso, la pasión y la entrega que pone. «Lo que he aprendido es que lo único importante es tu compromiso con el personaje. Si tú te entregas a eso, no hay manera de que no te vaya bien (…) Yo le entrego tanto de mi vida a esto que lo único que quiero es seguir», apostilla.
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