La decisión del Reino Unido de no reconocer a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y de seguir con el apoyo al gobierno interino, es un duro golpe a las pretensiones de la usurpación de ponerle las manos al oro venezolano que se encuentra en aquel país.
Los ingleses le ponen un parado a la pretensión de Maduro de hacer fiesta con el oro de todos los venezolanos. Tal decisión colma de rabia a las cúpulas del poder y es un aire de viento fresco para un país que necesita de esperazas.
Ese oro, 34 toneladas de lingotes, en Inglaterra están mucho más seguro que aquí, pues en manos de la usurpación solo estaría a disposición de un sistema corrupto y corruptor que solo actúa en desmedro de la población venezolana.
Los ingleses lo cuidarían mejor que el Banco Central de Venezuela, donde no queda ni una onza de oro, pues se lo robaron todo.
Los ingleses son garantía que ese oro no se perderá, ni quedará a merced de negocios que nada tienen que ver con el beneficio de los venezolanos.
Recursos que caigan en manos de los usurpadores solo serán empleados en la construcción de muros y bases que le den solidez a un sistema destructor; solo sirvirían para financiar a un régimen que tiene más vicios que un cartel.
Sí, allá están mejor guardados. Aquí ya no habría ni un lingote, ni un gramo de oro. Sí, como venezolano me alegra que ese oro esté en resguardo y no se encuentran a la mano de aquellos que destruyeron al país.
Lo mejor es que esté fuera del territorio nacional, porque estos sinvergüenzas pudieran utilizarlo hasta para financiar la recuperación económica de Cuba, para financiar acciones de represión o para promover a líderes de izquierda en cualquier parte del mundo.
Y esto es tan cierto, que pueden certificarlo al ver lo que ocurrió con el Arco Minero, con lo que sucedió y sigue sucediendo en Pdvsa, lo que ocurre con la chatarra y hasta con la compra y distribución de comida a través de los llamados CLAP.
Lo cierto es que los ingleses tomaron una decisión en favor de la ciudadanía venezolana y en contra de las acciones de un régimen que es como el «barbarazo», que acabó con todo; esta medida es una muestra de apoyo a la sociedad y en contra de un sistema que aniquila, que arrasa y pulveriza todo lo que toca.
Es preferible que ese oro esté en una cuenta a nombre del Estado venezolano en Inglaterra que en las cuentas personales de aquellos que tienen más de 20 años saqueando el Estado; se prefiere, porque sinceramente están más seguros que en ninguna otra parte.
Me imagino los gritos, los chillidos, los golpes en la pared y en las mesas. Me imagino las caras tristes y arrebatos de ira. Sí me imagino todo eso, todas esas escenas y todas las molestias que están causando en medio de los negocios que siguen ejecutando los mismos que se han enriquecido a costillas de los ciudadanos por más de dos décadas.
El oro es venezolano y no de Maduro. El oro es para el servicio del Estado nacional y no para dividendos individuales. ¡Punto!
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