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1984 en 2021

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La extraordinaria novela de Orwell, 1984, nos retrata el funcionamiento pertinaz del totalitarismo estalinista, pero es tan grande la perspicacia del autor, que el mensaje de “1984” es siempre pertinente, sobre todo ahora que nos vemos envueltos y dominados por un totalitarismo “light” pero no menos peligroso, el del marxismo cultural, afincado en la dictadura de lo políticamente correcto y apoyado por las grandes fuerzas económicas del mundo, las GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon), y propagados por las fuerzas del poder “soft”: la academia y los medios del sorismo.

No hay país que se le resista: desde la China comunista, que ahora combina neoliberalismo con totalitarismo político, la Unión Europea, que renuncia a sus principios liberales para caer en las garras del izquierdismo infantil, Estados Unidos, en donde mediante fraude accede a la presidencia Biden, un presidente demócrata, pero en donde ese partido se ha radicalizado y está en vía de ser dominado por el ala del socialismo del siglo XXI  e Iberoamérica, en donde domina este, por culpa de políticos liberales que sucumben a la tentación del incrementalismo moderado, en vez de sostener un programa liberal radical, salvo pocas excepciones como Johnston, la Ayuso y Bolsonaro.

El lema del “Ministerio de la Verdad”:

  • La guerra es la paz
  • La libertad es la esclavitud
  • La ignorancia es la fuerza

Se vive patentemente en el discurso del socialismo del siglo XXI y sus compañeros de ruta; en Colombia lo vivimos patentemente, la guerra del narcoterrorismo comunista contra la democracia, es la paz del acuerdo de entrega del país a las FARC de Santos-Timochenko. La libertad es la esclavitud, los movimientos que supuestamente se reclaman de la libertad (feminismo, ambientalismo, animalismo, LGTBI, y un largo etcétera de consignas) imponen la dictadura del marxismo cultural. La ignorancia es a través de líderes ignaros como Chávez, Petro  e Iglesias, la fuerza que domina a sus respectivos países.

En 1984 Verdad es lo que decide el Partido. Historia es lo que decide el Partido. Ser humano es lo que decide el Partido, hoy en día verdad, historia y ser humano es lo que nos impongan las instituciones dominadas por el marxismo cultural. Nadie se atreve a enfrentar la hegemonía sorista, HRW es la biblia sobre el estado de los gobiernos en derechos humanos, pero claro esta ONG está dominada por el socialismo del siglo XXI y financiada por el sorismo. Los medios de Soros imponen la verdad como el gran hermano lo hace en 1984.

Orwell descubre que a través del lenguaje se expanden conceptos ideológicos que están necesariamente vinculados a una carga subjetiva y que en ocasiones son radicalmente opuestos al significado original de la palabra o frase en cuestión. El objetivo, según explica el propio autor, va más allá de crear un medio de expresión y se adentra en la ideología. Así, la insistencia en un “lenguaje inclusivo” no es más que la imposición de una ideología que intenta corroer los valores tradicionales expresados en el lenguaje y así destruir la libertad, vía una perniciosa deformación del lenguaje. El papel  educador y formador que ejercen los medios, se tergiversa para imponer el mensaje del marxismo cultural, nadie puede disentir de esa dictadura de la “verdad” de los medios dominados por la izquierda, ellos imponen el discurso del socialismo del siglo XXI, camuflado en un discurso de objetividad, pero que en realidad es la línea dictada por el movimiento comunista mundial, diseminado por el sorismo. Las ONG crean una realidad del paro que falsea la verdad, esta es difundida por los medios financiados o controlados por el sorismo y las organizaciones internacionales convierten esa realidad falseada en verdad oficial. Si no lo cree, basta ver un Consejo de Derechos Humanos con clara mayoría de regímenes totalitarios, en donde la socialista Bachelet sermonea a los verdaderos regímenes democráticos mientras coquetea con monstruos genocidas como Ortega y Maduro.

Las instituciones que deberían ser faro moral, como la Academia y la Iglesia, sucumben a distorsiones de la verdad al más claro estilo orwelliano, así las grandes universidades norteamericanas expulsan a académicos de gran reputación, por no ceder ante la tentación de la dictadura del marxismo cultural y la jerarquía de la iglesia colombiana, se deja manotear por obispos o curas guerrilleros como Monsalve o DeRoux.

Ante esta hecatombe se necesita de un liderazgo de estadistas con grandes virtudes morales y políticas, quizás estemos ante una crisis de gran envergadura universal, similar a la que impuso el nazismo y el estalinismo (movimientos gemelos), que se necesite una casi destrucción de la civilización como las que estos impusieron, para que de allí resurja un mundo democrático y liberal como el de la posguerra.

 

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