“Estoy en una transición en mi vida, disfrutándome, solo eso”, sostuvo Britney Spears en un post en su cuenta de Instagram. La cantante de “Toxic” contestó preguntas de sus fans y, entre ellas, surgió el interrogante sobre si se imaginaba volviendo a los escenarios algún día. La exprincesa del pop viene de un año de mucho revuelo mediático, pues se encuentra en una batalla judicial con su padre Jamie por su tutoría legal. La preocupación de sus seguidores motivó el movimiento “Liberen a Britney”, algo que inspiró al periodista Mobeen Azhar para realizar el documental The Battle for Britney: Fans, Cash and a Conservatorship.
Con un vestido blanco y un collar negro en el cuello, Britney habló en un video que subió a la red social de las fotos. “Ok, vi que me han estado escribiendo y acá estoy para contestar todas sus preguntas. La primera de las muchas preguntas que me han estado haciendo es qué destino que visité trabajando fue mi preferido”, dijo y agregó: “Probablemente Italia”. Además contó que Donatella Versace la invitó a quedarse en la mansión del reconocido diseñador. “Fue hermoso”, dijo y recordó las comidas y los vinos que degustó. Luego, la curiosidad de los fans la llevó a confesar su número de calzado: “7″, dijo.
Una de las últimas preguntas que respondió fue sobre su vuelta a los escenarios. “¿Si voy a volver a los escenarios? ¿Si alguna vez estaré ahí otra vez?”, dijo y contestó: “No tengo idea. Me estoy divirtiendo ahora”. Y para terminar de explicar el momento que atraviesa sumó: “Estoy en una [etapa de] transición en mi vida y disfrutando de estar conmigo misma, eso es todo”.
Más tarde subió otros videos en los que se la puede ver bailando ante la cámara y demostrando que sigue siendo la princesa del pop. Dos meses atrás, los fans habían manifestado su preocupación por la salud de Britney y ella había contestado que estaba bien, extremadamente feliz, con una hermosa casa y hermosos hijos.
La tutela legal
Britney Spears lleva desde 2008 viviendo bajo el control de su padre, al que los jueces le han otorgado su custodia legal. En 2019 la situación empeoró, cuando la cantante fue ingresada por tercera vez en un centro psiquiátrico. Entonces se dijo que el motivo había sido “una crisis nerviosa” por la mala salud de su padre, pero ella contó que fue él quien la ingresó por vía judicial después de que saliera a comer una hamburguesa con su novio sin que su tutor lo supiera. El pasado verano boreal el tribunal volvió a retomar su caso y la cantante llegó a pedir que Jamie dejara de ser su tutor legal y que el control de su persona y sus cuentas pasaran a otras manos; tal era su insistencia que amenazó con dejar de cantar si él seguía siendo el responsable.
Entonces se fijó una nueva audiencia, que tuvo lugar en febrero. Fue ahí cuando la jueza decidió no darle al padre de la cantante su custodia completa sino que este tuviera que compartirla con un fondo de inversión que ella había designado y que en alguna ocasión había gestionado su vida. Por tanto, Jamie Spears sigue siendo el tutor legal de Britney, pero, a partir de ahora, todas sus decisiones, también las financieras, debe compartirlas con el fondo Bassemer Trust, en concreto con la administradora Jodi Montgomery. Ella fue quien, tras los problemas de salud que sufrió Jamie en septiembre de 2019, gestionó parte de su tutoría y quien desde febrero tiene mayor control sobre la cantante.
El caso dio un vuelco, sobre todo mediático, cuando poco antes de la audiencia de febrero el diario The New York Times estrenó un documental propio con testimonios de personas muy cercanas a Spears que ponían en valor las capacidades de la cantante y cuestionaban el papel de Jamie en su vida. Entre los muchos testimonios resultaba llamativo, por ejemplo, el de una de sus jefas de marketing, Kim Kaiman: “[Su madre] Lynn era la que apoyaba a Britney. Jamás hablé con su padre. Lo único que me dijo Jamie una vez fue: ‘Mi hija va a ser tan rica que me comprará un barco’”. La cantante contó en su perfil de Instagram, prolífico pero en el que no suele tocar este tema, que no había visto el documental, pero que se sintió “avergonzada” por lo que se expuso en él.
Britney Spears recibe cada semana una asignación de 1500 dólares, pero se estima que su patrimonio supera los 240 millones de dólares netos acumulados. De hecho, solo en 2017, ganó unos 42 millones.
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