En mayo de 2016 y para su portal One Grand Books, el editor Aaron Hicklin le hizo la siguiente pregunta a una serie de personalidades: ¿Cuáles 10 libros se llevarían con ustedes si fueran abandonados en una isla desierta? En el caso de Bill Gates, según lo expuso en su blog, uno de tales 10 libros es Sapiens: a brief history of humankind (en español traducido como Sapiens: de animales a dioses), del historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari.
Harari obtuvo su PhD en Oxford en el año 2002, y es profesor en el Departamento de Historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Se especializó en historia universal, historia medieval e historia militar. Tiene en su haber varios premios internacionales. Su área de investigación actual se centra en cuestiones macrohistóricas como: ¿Cuál es la relación entre historia y biología? ¿Cuál es la diferencia esencial entre Homo sapiens y otros animales? ¿Hay justicia en la historia? ¿Tiene la historia una dirección? ¿Se hizo la gente más feliz a medida que se desarrollaba la historia? ¿Qué cuestiones éticas plantean la ciencia y la tecnología en el siglo XXI?
Su libro mencionado, publicado en 2014, se ha convertido en un éxito internacional. Para 2017, se habían vendido 8 millones de copias y el libro se tradujo a casi 50 idiomas. Fue incluido en la lista de los libros más vendidos de The Sunday Times durante más de 6 meses en edición de bolsillo, y fue uno de los 10 libros más vendidos de The New York Times. Sapiens fue recomendado también por Barack Obama y Mark Zuckerberg.
El ser humano anatómicamente moderno evolucionó de Homo sapiens, hace unos 200.000 años, hacia la subespecie Homo sapiens sapiens, que incluye a todos los humanos modernos, hace unos 45.000 o 100.000 años (en promedio, aproximadamente 70.000 años).
En su libro, Harari cuenta cómo 3 revoluciones afectaron a los humanos y a todo lo que los acompaña: la revolución cognitiva marcó el inicio de la historia hace unos 70.000 años, la revolución agrícola la aceleró hace unos 12.000 años y, finalmente, la revolución científica, que se puso en marcha hace tan solo 500 años.
A pesar de sus muchas diferencias, todas las especies humanas comparten varias características distintivas. La más notable, además de la de caminar erguido, es que los humanos tienen un cerebro extraordinariamente grande en comparación con el de otros animales. Los mamíferos que pesan 60 kilos tienen en promedio un cerebro de 200 centímetros cúbicos. Los primeros hombres y mujeres, de hace 2,5 millones de años, tenían un cerebro de unos 600 centímetros cúbicos. Los sapiens modernos portan un cerebro que tiene un poco más del doble de capacidad volumétrica. En el Homo sapiens, el cerebro supone de 2% a 3% del peso corporal total, pero consume 25% de la energía corporal cuando el cuerpo está en reposo, un consumo 3 veces mayor que el de otros simios en la misma condición de reposo. Ante el hecho evidentemente asombroso, Harari se hace la pregunta: ¿Por qué es el género Homo el único de todo el reino animal que apareció dotado con estas enormes máquinas de pensar?
Según Harari, nuestros antepasados inmediatos pagaron el costo de pensar de dos maneras. Por un lado, tuvieron que pasar más tiempo buscando comida. Por el otro, su tamaño y músculos se atrofiaron. Si bien y de buenas a primeras esta no parece una estrategia evolutiva correcta, el caso es que hoy en día los avances tecnológicos nos muestran que nuestro gran cerebro nos compensa magníficamente los costos pagados. A pesar de lo observado recientemente (hace unos 500 años) y por infinitud de años, los humanos tuvieron muy poca cosa que mostrar. ¿Qué fue entonces lo que impulsó la evolución del enorme cerebro humano durante dos millones de años? Harari concluye que, francamente, no lo sabemos.
Sin embargo, sí lo sabemos, ello en virtud de 5 bien importantes y reconocidos trabajos publicados entre 1974 y 2014, el último de ellos el mismo año de publicación del libro de marras. Adicionalmente, eso que sabemos, ayudado y reforzado incluso por la hipótesis que plantea el mismo Harari en el capítulo 10 de su libro, nos ayudarán a conectar al Sapiens con el petro y concluir que no funcionará. Pero por razones de espacio les desarrollaré la idea en el próximo artículo.
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