Los miedos hacia la expansión del área de influencia de los rusos no son un invento de la prensa, una mentira de gente ignorante y consparanoica.
Incluso “voceros de oposición” hablan de llegar a acuerdos con Putin y sentarse con sus oligarcas corruptos, porque así “lo mandan los negocios”.
Semanalmente, nos invaden con sus mensajes de persuasión, no sabemos si de manera consciente, ingenua o condicionada por intereses comerciales.
Al final, ciertos influencers de la diáspora radical terminan coincidiendo con las conclusiones de la logia radical del chavismo.
Por tal motivo, conviene recomendar películas útiles en el país.
Hoy les comentaré de un documental que circula en la cadena HBO, a propósito del mes del orgullo “sexodiverso”.
El filme se titula Welcome to Chechenia y narra la purga gay que comanda el tirano Ramzan Kadyrov, desde el año 2016, como una sangrienta “limpieza étnica” bajo la absoluta complicidad, silencio y aprobación del Kremlin.
La película de no ficción contiene imágenes perturbadoras y archivos no aptos para el visionado de menores de edad, por la crudeza pornográfica de las torturas que infligen a las víctimas de la política de segregación.
Cualquiera pensaría que el genocidio de homosexuales, pertenece al pasado de los nazis. Pero lamentablemente es parte de una realidad de la Europa del este, donde se persigue, se discrimina y se mata como en un Gulag de Stalin, como en un campo de concentración y reeducación de Fidel Castro.
Así ocurre en Chechenia al día de hoy, cuyo dictador niega las denuncias con su aspecto de matón arrogante, al afirmar que el problema no existe, porque sencillamente no hay homosexuales en Grozni.
El documental explica el origen y la repercusión de la cacería de brujas, siguiendo el trabajo de un grupo de activistas clandestinos, que se dedican a relocalizar a jóvenes señalados y afectados por la inquisición.
La gravedad de la situación exige tomar medidas urgentes, que van aprendiendo sobre la marcha los integrantes de la organización secreta no gubernamental.
El largometraje muestra las causas y consecuencias de la crisis.
En principio, el fundamentalismo musulmán consintió y permitió privar de derechos a los homosexuales, estimulando a sus familiares a reprimirlos.
Luego empezaron a suceder las primeras ejecuciones, registradas en videos caseros y posteriormente filtradas a las redes.
De a poco se instaló un régimen de terror para la comunidad LGBTI en Chechenia.
Por ende, los militantes que protagonizan el documental ocultan sus rostros con efectos de Deep fake, emulando el diseño infográfico de “El Irlandés”.
El personaje principal sale de Grozni con su pareja, ayudado por el comando de resistencia. Igual ocurre con otra chica desvalida, asediada y acosada por los hombres de su casa.
Coordinar las operaciones de “extracción” ocupa la acción más tensa del potente arco dramático.
El suspenso es auténtico y producto del manejo de una historia envolvente en su viaje heroico.
Hay varios casos en paralelo. Unos terminan en el limbo de las vidas condenadas a la huida, el aislamiento, la paranoia y el destierro.
La mayoría ha perdido literalmente hasta su posibilidad de dar la cara en público y delante de una cámara, existiendo en la penumbra.
Los nuevos refugiados organizan una demanda ante la justicia de Moscú, por crímenes de tortura y acoso, pero los burócratas rechazan la apertura de un debido proceso.
Conocemos los destinos paradójicos y trágicos de los personajes, durante el transcurso de los tres actos.
Al final, unos consiguen la ansiada libertad, aunque temen por su futuro.
El documental se despide sin fanfarrias y falsas esperanzas, exhibiendo el close up de un valiente que rescata a los demás miembros de la comunidad, solo por desprendimiento y la obligación moral que significa contener la razzia de Ramzan Kadyrov.
Un auténtico héroe enfrentado a un villano.
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