Un informe de la inteligencia colombiana, al que tuvo acceso el diario El Tiempo, confirmó la presencia en Venezuela de unos 1.500 hombres en armas, tanto de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El gobierno del presidente Iván Duque ha venido denunciando, en repetidas ocasiones, el convenio entre el régimen de Nicolás Maduro y los grupos criminales colombianos que se refugian en Venezuela.
En efecto, con referencia a la muerte del guerrillero Jesús Santrich, el ministro de la Defensa, Diego Molano, aseguró que esa acción ratifica que en “Venezuela se estaba cuidando y protegiendo a estos grupos narcocriminales”.
En el documento –de 50 páginas– se relacionan, en mapas, los frentes, los jefes, el número de integrantes, las zonas de injerencia y las actividades ilegales a las que se dedican.
El informe dice que el narcotráfico es la base de financiación de estos grupos, y que desde territorio venezolano –entre junio de 2020 y lo corrido de 2021– inteligencia ha detectado 623 trazas de vuelos irregulares que habrían despegado cargados con toneladas de cocaína con destino a mercados internacionales.
Este jueves, la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), dijo que en los últimos 20 días se ha evidenciado un incremento de 100% de los vuelos ilegales del narcotráfico desde Venezuela. Ese día, confirmaron que el Sistema de Defensa Aérea de Colombia había detectado un avión cuyas trazas no estaban registradas, y que en medio de una operación de interdicción fue obligado a aterrizar en Guatemala, en el área de Petén, en cercanías de la frontera con México, logrando la incautación de dos toneladas de cocaína.
Inteligencia indicó que estas redes concentran sus actividades mediante negociaciones con carteles del narcotráfico de Venezuela, Brasil y México, con el control de 20 pistas clandestinas, afectando 3 subregiones venezolanas.
Para entender cómo se mueven estos grupos en Venezuela, inteligencia dividió las disidencias en 2 redes. La primera, aliada a Gentil Duarte (con unos 320 hombres), que hace presencia a través del frente 33, al mando de Jhon Mechas; el frente 41, cuyo jefe está identificado como Gonzalo, y el frente décimo, al mando de Arturo Ruiz.
Este último es quien tendría secuestrado al coronel Pedro Enrique Pérez, quien fue plagiado el 18 de abril en un hotel ubicado en Saravena, Arauca. Así como también serían los responsables de tener retenidos a ocho militares venezolanos.
Una de las hipótesis que se han planteado es que este mismo grupo estaría tras la muerte de Santrich. Una fuente militar le dijo a El Tiempo que ese frente es el que está a cargo de la guerra territorial por el control de pistas y el tráfico de cocaína con la Segunda Marquetalia.
Añade el informe que aunque las redes de Gentil Duarte habrían ingresado a Venezuela –hace cuatro o cinco años– con el beneplácito de autoridades de ese país, tras el pago de dádivas, esa alianza se rompió y hoy están enfrentados.
“Libran un guerra en otro país”, señaló la fuente y precisó que esto se evidencia con los combates con las fuerzas venezolanas y el décimo frente, desde abril, en el estado Apure.
Precisamente, el otro grupo de las disidencias es el llamado Segunda Marquetalia, cuyo jefe es Iván Márquez y que tendría unos 150 hombres en armas.
“Han logrado concentrase en el estado de Amazonas, donde todos los grupos armados buscan controlar corredores de movilidad hacia las zonas fronterizas”, destaca el documento, en el cual se advierte además que la Segunda Marquetalia concretó el respaldo de Maduro, con el cual tienen afinidad ideológica e intereses económicos basados en las actividades criminales mencionadas, además del tráfico de armas.
En este momento, los aliados de la Segunda Marquetalia serían las Fuerzas Armadas Bolivarianas, las cuales solo son testigos de la disputa entre las disidencias por mantener el control de los estados de Zulia, Apure, Táchira y Amazonas.
“En estas zonas se concentran pistas clandestinas, centros de acopio y, en Amazonas, la extracción de coltán, un mineral vital para la fabricación de equipos electrónicos, cuya explotación ilícita es otra arista que se suma a las actividades de estos criminales”, dijo la fuente.
De igual forma, señaló que allí extorsionan a los ganaderos y comerciantes venezolanos y, a la vez, planifican acciones semejantes para ejecutar en Colombia.
Finalmente, el documento advierte el potencial de las armas, como un rifle de asalto AK-103, con el que ha aparecido en videos Iván Márquez: “Son armas de largo alcance nuevas y modernas”.
Para inteligencia es evidente el nexo entre las Fuerzas venezolanas y los delincuentes: “Son muchos irregulares en un territorio extranjero en actividades ilícitas, imposible no verlos, lo claro es que no los atacan”.
Son 1.100 del ELN
En territorio venezolano, de acuerdo con el documento de inteligencia, la presencia histórica ha sido la del ELN, con unos 1.100 hombres en armas, dedicados básicamente a la extorsión, a través de los frentes de guerra Norte, Nororiental y Oriental, además de un nutrido grupo de milicias urbanas.
El ELN, sostiene el informe, utiliza el territorio venezolano como retaguardia estratégica; es decir, delinque en Colombia y cruza la frontera para ocultarse y evadir a la Fuerza Pública.
Para los organismos colombianos, la guerrilla, por años, ha “realizado coordinaciones económicas con el fin de mantener el control de los corredores de movilidad”.
Finalmente, se destaca que estos grupos asentados en territorio venezolano han sabido capitalizar la situación económica y social y han logrado reclutar un gran número de ciudadanos de ese país en sus filas, con ofrecimientos económicos y protección.
Con la muerte de Santrich, el gobierno colombiano no descarta repotenciar las recompensas que se ofrecen por cada jefe de organización de las disidencias, cuyos montos están entre los 650 y los 3.000 millones de pesos.
En el caso de la Segunda Marquetalia, Estados Unidos ofrece por Iván Márquez hasta 10 millones de dólares por información que permita su pronta ubicación.
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