Continuamos nuestras reflexiones sobre las migraciones que ocurrirán de las ciudades hacia aldeas en el curso de los próximos 50 años.
El Consejo Supremo Electoral
En las últimas semanas han ocurrido importantes emergencias en la política venezolana. Luego de muchos años de monopolio vertical del poder político, fraudes y manejos, el gobierno aceptó entrar, con apoyo internacional, en negociaciones de las cuales sale un acuerdo, de menguada democracia, de nombrar un Consejo Nacional Electoral integrando algunas personalidades de los opositores. Son muchas las cosas que de ello se desprenden y que aún se discuten y elaboran. Es temprano para sacar conclusiones y tomar posición definitiva en cuanto a si se ha iniciado y continuará un proceso de recuperación y logro de la Democracia en este arruinado y desmoralizado País.
La organización humana
El crecimiento de un País está dado en buena medida por el nivel y variedad de su organización. Los partidos políticos y los procesos electorales son maneras organizativas.
Lo humano se verifica socialmente. Una verificación que llamamos organización: es mucho más que una vida en pareja o rebaño. Implica una génesis de calidad y profundidad que ha aumentado, intensificado y profundizado permanente y continuamente y que continuará ocurriendo más allá de inconvenientes, guerras o pandemias.
El amor por la historia, los estudios de antropólogos, las reflexiones filosóficas, las creaciones artísticas, su atesoramiento y conservación revelan el amor que los humanos tenemos por nosotros mismos.
Hay un continuo quejarse, que con frecuencia tiene sabor a pesimismo, pero no logra ocultar lo que vamos siendo: ¡cada vez mejores!
Hay problemas, violencias, guerras y mortandad, pero las cuentas y la profundidad e intensidad del vivir supera esas cifras decrecientes.
Ese constante mejorar tiene que ver con la organización, con el ponerse de acuerdo para hacer proyectos y realizarlos.
Las ONG
En los últimos años, pero sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, han proliferado más allá de las instituciones de gobierno, en naciones y países, las que llamamos ONG, (Organizaciones No Gubernamentales). Organizaciones sin Fines de Lucro, apenas con una satisfacción similar al logro del devoto religioso. Las hay de todo tipo y especialidad, de todo tamaño y persistencia, pero sin entrar en sus detalles, revela a la vez esa calidad humana de organizarse y levantar banderas a veces ocultas, a veces perdidas.
En Venezuela, navegando en esta amargura, las hay de gran variedad: preocupadas por los presos políticos, por la conservación de la Naturaleza, por los niños, por las escuelas y la educación, por los enfermos irredentos y, por supuesto, por las mujeres atropelladas o asesinadas… la lista es larga y muy variada.
Los partidos
Quisiéramos colocar en estas a los partidos políticos, pero aun cuando la lista es larga nos resulta difícil atribuirles generosidad o ausencia de la búsqueda del lucro y el beneficio. Directamente y sin mayor disimulo o con el apoyo o mediación del poder logrado en instituciones gubernamentales o vecinas a ellas.
El primer partido político fue la Junta Patriótica que tuvo muy corta duración: dos de sus principales integrantes, Miranda y Bolívar, portadores centrales del proyecto, murieron temprano. La costosa guerra de independencia, dejo así gran incertidumbre y división que fue tratada de maneras muy variadas que se pueden resumir como guerras y conflictos caudillistas. No se logran estabilizar partidos políticos ni proyectos. Grupos y variantes de poca duración y menor profundidad, que llegan hasta la emergencia del Petróleo que obliga pautas de comportamiento para con el País y con las empresas transnacionales que lo manejan.
El primer dictador petrolero deja a su muerte un País sin un proyecto que superara al feudal “orden y trabajo”.
En esa oscuridad surgen organizaciones un tanto ingenuas que tratan de repetir diseños internacionales en boga y de abrirse paso y establecerse en un ambiente de esa fuerte tradición caudillista y militar. Así la Democracia se da con paréntesis e interrupciones y nuevas dictaduras hasta llegar a la actual, adonde estamos.
La aldea
En la aldea se ampliarán y profundizarán las formas de organización humana, sin las determinaciones actuales en tiempos y rutinas, transportes y contaminaciones. Con opciones de participación muy variadas en la conducción de la propia aldea y el resto del país y el mundo. Las vocaciones tendrán múltiples opciones para realizarse, sin los horarios y espacios ceñidos. No sólo las políticas sino también las sanitarias, ambientalistas, artísticas, deportivas, religiosas…
La comunicación y la conectividad digital permitirá el acceso a la información y a la participación, con una continuidad y profundidad constante, que revelará en continuo la calidad del dirigente o la organización y que no exigirá la periodicidad obligada de los sistemas electorales actuales.
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