La halterófila neozelandesa Laurel Hubbard, de 43 años de edad, que compitió en su juventud en campeonatos masculinos, podría convertirse en la primera deportista transgénero en disputar los Juegos Olímpicos en Tokio.
El Comité Nacional Olímpico de Nueva Zelanda (NZOC) puede confirmar que, «en virtud de la revisión de los sistemas de clasificación de las federaciones internacionales, varios halterófilos neozelandeses, entre ellos Laurel Hubbard, deberían poder participar en los Juegos Olímpicos de Tokio», según indicó este jueves esta instancia.
Hubbard, que compitió en sus inicios con el nombre de Gavin, ya fue la primera deportista transgénero en competir en unos Juegos de la Commonwealth, en 2018 en Australia.
Número 16 del mundo en la categoría de más de 87 kilos, la levantadora de pesas neozelandesa responde a los criterios de clasificación para los Juegos (del 23 de julio al 8 de agosto). Los juegos exigen que el nivel de testosterona esté por debajo de 10 nanomoles por litro durante un periodo de, al menos, 12 meses.
Esta regla, implantada por el Comité Olímpico Internacional, es la misma que sigue la Federación Internacional de Halterofilia (IWF).
“Quiero ser yo misma”
A pesar de que todavía no se conocen los integrantes de la selección neozelandesa de halterofilia, algunos responsables de la federación afirman que Laurel Hubbard podría entrar.
La presencia de Hubbard en Tokio 2020, a pesar de que siempre ha tenido el apoyo del Comité Olímpico neozelandés, puede reabrir el debate sobre la participación de los deportistas que son transgénero.
Si bien Hubbard responde a los criterios fijados por el COI, hay quien ve en su caso una ventaja injusta respecto a otras deportistas nacidas mujeres.
«Está conforme a las exigencias del COI y probó que es una mujer. Por lo tanto, hay que darle su oportunidad y que pueda competir», explicó en 2018 Paul Coffa, secretario general de la Federación de Halterofilia de Oceanía. Su declaración la dio para justificar su participación en los Juegos de la Commonwealth.
Sin embargo, ese año la Federación Australiana de Halterofilia intentó impedir su participación, considerando que su musculatura y su fuerza (desarrolladas cuando era un hombre) le daban una ventaja física más allá de su nivel de testosterona.
Por su parte, Laurel Hubbard habla poco, pero en 2017 explicó en Radio New Zealand que solo deseaba competir en un deporte que ama y que no le no le preocupaban las críticas.
«Si lo pienso, eso hace mis arrancadas aún más difíciles… soy quien soy», explicó. «No quiero cambiar el mundo. Solo quiero ser yo misma y hacer lo que hacía antes», añadió.
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