Una joven grita emocionada en un mercado en el este de Caracas, al ver a un hombre vestido como José Gregorio Hernández, venerado como el médico de los pobres de Venezuela. «¡Él es el santo! ¡Él es el santo!».
Se trata del actor Jesús García, quien con un tapaboca negro que hace juego con su traje de sastre, recorre Caracas para luchar contra una pandemia tal como lo hiciera su ilustre personaje, que será beatificado este viernes en Caracas poco más de 100 años después de su muerte (1864-1919).
García participa en un proyecto de sensibilización que busca prevenir los contagios de coronavirus y que acude a la figura de José Gregorio Hernández, objeto de una verdadera devoción, para invitar a los habitantes a portar tapabocas, de uso obligatorio en el país.
También llamado cariñosamente José Gregorio, este médico se distinguió por brindar ayuda gratuita a los más humildes durante la epidemia de gripe española que mató al 1% de la población del país a principios del siglo XX.
La operación José Gregorio Hernández pone un pie en Caracas apela a dos facetas: la increíble popularidad del personaje, considerado santo por los venezolanos, aunque aún no por la Iglesia católica, y su lucha en medio de una pandemia que causó estragos en Venezuela.
El actor Jesús García, de 34 años de edad, hizo meses de investigación, leyó sus biografías, para habitar el personaje y no ser un simple disfraz.
Imagen viva
Además del bigote, el sombrero y el impecable atuendo característicos del fallecido doctor, el actor, que se presta a largas sesiones de maquillaje antes de cada salida, también adoptó su dicción y poses. Cuando aparece, los ojos se fijan instantáneamente en él.
«Dios lo bendiga», grita un camionero al pasar por la calle. Se produce una extraña mezcla entre la fascinación devota y el interés por el espectáculo, algunos incluso depositan en este hombre su fe en el venerable.
«Aunque sepan que es actor, algunos piensan que este personaje puede lograr un milagro«, explica Romny Istúriz, director del proyecto.
Esbelto y aplomado, García juega su papel a fondo durante su discurso: «Aunque queramos y creamos que las cosas cambian, es importante que también hagamos algo, que llevemos nuestro granito de arena, que nos protejamos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos. Debemos mantener las medidas de bioseguridad».
Dentro del mercado repleto de frutas tropicales, Caterina Macario dice estar «conmovida por haber visto la imagen viva de José Gregorio» encarnada de este joven actor.
«También me conmueve que un joven actor tenga la sensibilidad de acercarse a los venezolanos en el momento de la beatificación para demostrar que fue un hombre de amor, de salud, un hombre preocupado por el pueblo venezolano», agrega.
Aprovechando la atención que suscita, Jesús García va de puesto en puesto para hablar con clientes y comerciantes que lo escuchan con respeto.
«Es más fácil difundir un mensaje, de paz, amor y prevención con este personaje de la cultura venezolana, a quien todos los venezolanos adoramos. Con esa afinidad, son más receptivos que con un extraño, un agente, una policía o un comercial de televisión», dice.
En una calle del popular barrio del Cementerio, conocido por sus altos índices de criminalidad, Jesús García charla con los transeúntes que se sienten atraídos por su porte.
«El parecido es espectacular. Es una buena idea hacer una prevención así. La mejor vacuna es la máscara», resume Waldemar Varela, un comerciante de 72 años.
«José Gregorio Hernández luchó contra la gripe española. Fue hace 100 años y hoy estamos en la pandemia. Lo estamos beatificando ahora. Es un mensaje de Dios para los venezolanos. Que José Gregorio nos proteja», agregó.
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