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Dos diamantes brillan en el Día Internacional de la Danza

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Por MÍA CONTRERAS

La danza árabe persigue un objetivo que trasciende entretener y mostrar el arte, silente y envuelto entre velos de seda y chiffon, que narra historias personales. Muchas mujeres se animan a intentarla para sentirse más femeninas y así llegan a un mundo donde aprenden a amarse a sí mismas, a disfrutar su cuerpo y sentir sus pensamientos, músculos y respiración acontecer en cada movimiento. Sensibles, enérgicas y decididas las bailarinas de danza oriental iluminan el camino para otras mujeres. A través de su danza refuerzan vínculos con el mundo y acarician la suavidad de ser mujer.

Al conversar con dos voces fuertes y reconocidas de la danza oriental, ellas transmiten un mensaje que trasciende fronteras: Mariana Rubí desde México y Anastasia Chernovskaya desde Rusia brillan imponentes y alegres. La primera le hace honor a su apellido. La danza de Rubí es fiel reflejo de un espíritu arrasador que no cesa en su pasión de brillar para otros. Por su parte, Anastasia aprovechó el terremoto de la pandemia para verter sus ideas en su primera colección de joyas donde los diamantes y diseños están inspirados en la arquitectura árabe. En ambas la creatividad se mantiene fértil para darle de beber luz al mundo.

La bailarina Mariana Rubí: un diamante que brilla en el desierto árabe

Mariana Rubí enseña ritmología árabe a través de YouTube

Decidida, precisa y directa, ella sabe lo que quiere y se mueve tras ello, así es la danza de Mariana Rubí; la mexicana que conquistó YouTube al compartir sus conocimientos de danza oriental.  Comunicadora nata, está segura de aquello que desea transmitir y lo hace de la manera más asertiva. Mariana demostró madurez desde muy temprana edad al comprometerse con la danza, mientras en paralelo concluyó sus estudios de Comunicación en la UNID en San Luis Potosí. La constancia y el amor al arte la llevaron a graduarse como comunicóloga y posteriormente como bailarina profesional de dazas árabes en Buenos Aires Argentina. La bellydancer ha dictado seminarios en México, China y Tailandia.

Mariana nació un 28 de noviembre de 1988 en la ciudad de San Luis Potosi, México; corría una luna menguante durante su nacimiento. En el arte se inició a los 10 años en el Instituto Potosino de Bellas Artes en San Luis Potosí, tomaba clases de pintura. Llegado el momento para renovar el curso, la bailarina le pide a su mamá que desea tomar clases de ballet en lugar de pintura. Su hermana, quien comenzó junto a ella, decide a su vez cambiarse a piano. “Mi mamá quedó en shock, pues no teníamos piano y ella decía que yo solo deseaba tomar clases de ballet para vestirme como las demás niñas”, recuerda la bailarina.

A  partir de ese primer acercamiento desde el ballet la bailarina comenzó a tomar distintas clases. Estudió ballet en la Academia Rusa de Ballet Clásico Vaganova. Estuvo en clases de hip-hop, hawaiano, tahitiano, tomó clases de zumba y contemporáneo.  Mariana cambiaba a menudo buscando un estilo de danza que la atrapara completamente. Fue en ese camino donde por tramos intentó diversos estilos, que descubrió la danza oriental. Entró a tomar clases, a los 16 años, en el estudio de danzas Rosy Medrano en San Luis Potosí.

“Poco a poco me fui obsesionando con la danza árabe. Me encantó porque es una danza que va completamente con mi personalidad, con los movimientos que  desconocía que mi cuerpo podía hacer”, afirma. La manera como se sentía bailando danza árabe la cautivó. Decidió dejar la danza clásica y enfocarse en la danza árabe.  Sus inicios estuvieron marcados por un avance bastante rápido y progresivo, al poco tiempo comenzó a dar clases a niñas pequeñas. Su maestra, Yamel Campos, le recomendaba alumnas nuevas. “Es maravilloso darle clases a niñas chiquititas”, afirma Rubí. Al año y medio toma su primer seminario en Puerto Vallarta, Jalisco, y  allí conoce  a Amir Thaleb, Joseph Constantino e importantes figuras que estaban marcando un nuevo auge en la formación de la danza oriental. Ellos apuntaban hacia la profesionalización y el oficio de la danza oriental como forma de vida.

Asistir a su primer seminario de danza árabe  fue una experiencia muy enriquecedora para Rubí. Le abrió un mundo de posibilidades saber que las personas pueden vivir de su danza. Entendió que deseaba que así fuera su vida: llena de viajes, bailes y conocimientos. Rubí descubrió que Amir Thaleb tenía su escuela de formación con cinco años de estudio en Buenos Aires. Mariana investigó lo que las alumnas lograban al terminar su carrera. Dar seminarios por diversas partes del mundo, viajar y bailar.

Mariana Rubí por Marco Photo Studio

En el año 2010 Rubí viaja a Buenos Aires y comienza sus estudios en la Arabian Dance School de Amir Thaleb, una de las escuelas más influyentes a nivel mundial. La bailarina Samia, bellydancer argentina reconocida internacionalmente por su talento, fue una de sus profesoras. El plan de Rubí era hacer nivelaciones pues ya venía con experiencia bailando en México. De manera que con una licenciatura en Comunicación, apuesta por una segunda profesión. Luego de realizar las nivelaciones ingresa a estudiar desde la mitad de la carrera. Tomaba todas las clases extras a sus estudios: seminarios y diversos talleres. Su enfoque era formarse como profesional de las danzas árabes y aprender todo lo que pudiera por un año. No obstante si lograba quedarse un año más podría graduarse.  Habló con sus padres y ellos le dieron la oportunidad de culminar su formación. Se graduó del Arabian Dance School de Amir Thaleb en diciembre del 2011.  “Afortunadamente mis padres me apoyaron para graduarme. Lo logramos, yo iba muy enfocada en aprender, en estudiar todos los talleres que pudiera y fue una experiencia maravillosa”, apunta la mexicana.

Graduación de Mariana Rubí en la Arabian Dance School, Buenos Aires

Una vez terminada su formación, Mariana puso en práctica sus conocimientos. Su segundo foco fue dar seminarios, comenzó dando seminarios en México. Envió centenares de curriculum y videos por toda Asia hasta que consiguió la oportunidad de viajar a China. Rubí se fue con un contrato por dos años. Frente a esta experiencia señala que sus alumnas chinas eran muy disciplinadas, un valor que ella admira y siempre intenta transmitir a otras bailarinas. Las chicas chinas no ven la danza como un hobby sino un compromiso. Rubí llegaba temprano a dar sus clases y ellas ya estaban practicando. “Respecto a China, eran una cosa increíble. Nunca había visto tanta dedicación. En Argentina me sorprendí con el talento que había allá, pero en China me sorprendí todavía más. Más que por el talento por sus ganas de aprender y mejorar. Creo que allá los hobbies no son hobbies, se toman como algo más en serio, más profesional. Es una diferencia abismal con respecto a las ganas  de aprender que nunca he visto en otro lugar más que allí”, asegura.

Mariana recibió la oportunidad de dar seminarios en Tailandia y en el año 2013 regresó a México. De vuelta a su ciudad natal crea un plan de estudios basado en su formación. Sus profesores Amir y Saida fueron la base para enfocar sus clases y el conocimiento que deseaba entregar a sus alumnas mexicanas, orientándolo hacia un nivel profesional. “Yo quise traer exactamente la profesionalización a mi ciudad”. La bailarina abrió una escuela, pero desafortunadamente en su primer intento no le fue bien. Sus alumnas necesitaban mayor compromiso e interés para recibir todos los conocimientos que traía la bellydancer.

Rubí es una mujer que ama mucho la libertad, los límites los disipa en el aire con un ligero movimiento de caderas, lo único que le hace temblar el mundo es el shimmy, paso de la danza oriental conocido por sus vibraciones. Es así como Mariana toma cada obstáculo como un reto para avanzar con más fuerza. Fue de esta manera que decidió poner en práctica sus estudios como comunicóloga y lanzar su canal de Youtube: “Bellydance Project”. Actualmente Mariana dirige Bellydance Project desde Cancún. Vive junto a su esposo, quien la apoyó durante su formación en Argentina. Se mantiene informando y compartiendo contenido a bailarinas en todo el mundo a través de su canal de YouTube.

La bellydancer mexicana busca sembrar en sus alumnas valores de respeto hacia su cuerpo, autoestima y disciplina. Asimismo invita a todos los cuerpos, masculinos y femeninos a probar la danza oriental. Para ella la danza árabe no tiene límites de cuerpo, mente o sexo. “Yo no creo que haya cosas para hombres y otras para mujeres. Todo es para todos”, asegura apuntando a una danza más inclusiva.

Bellydance Project llega a YouTube

La motivación de Mariana para crear su canal de YouTube fue mantenerse cerca de la enseñanza. Mariana armó un estudio en su casa y, de manera virtual, realizó un plan académico adaptado al lenguaje audiovisual. Su canal Bellydance Project cuenta con temas teóricos, clases de ritmología e historia, instrucciones para prácticas, estado fitness para bailarinas y tutoriales, además de una sección de consejos para bailar o ser mejor profesora.

Actualmente la bailarina mexicana se encuentra muy activa con YouTube. Durante la pandemia su canal tuvo un gran incremento, más del 70% de bailarinas de otros países comenzaron a ver sus videos. A raíz del covid las bellydancers dejaron de entrenar, asistir a estudios de danza o gimnasios, por lo que Bellydance Project se volvió un aliado para ellas en el contexto actual de la pandemia. Con respecto a ello Rubí concientiza: “Muchas bailarinas no tienen la oportunidad de ir a un lugar actualmente y me gusta ayudarlas a que encuentren material útil en Internet”.

Mariana Rubí por Marco Photo Studio

Lejos de tomar otras opciones de vida cuando el panorama vaticina tormenta, Rubí pisa firme y tanto en la calma como en los desafíos continúa avanzando y abona su sabiduría con cada experiencia. “Creo que una de las cosas más bonitas de la danza árabe es su magia, el poder de transformación. Lo que ofrece respecto a autoestima, y amor propio es increíble. Los movimientos realzan tu lado femenino, te hacen sentir bien, te provoca un excelente estado de ánimo. Y provoca que te quieras, que te ames, y eso para mí es lo más bello”, asegura la bailarina mexicana.

Actualmente Rubí está trabajando en su primera guía de ritmología árabe que estará en venta en los próximos meses a través de plataformas online. Afirma que continuará sacando material extra al canal que  sirva tanto para alumnas o maestras como  apoyo en su formación profesional.  Mariana asegura que  se encuentra contenta y satisfecha trabajando bajo la plataforma de YouTube. “Sé que no soy la mejor bailarina pero amo bailar, y sé que no soy la mejor profesora pero amo enseñar”.

La danza de Anastasia Chernovskaya brilla como una piedra luna

Anastasia Chernovskaya Photo: Lizaveta Brednyaya

Cada vez que Anastasia Chernovskaya sale al escenario, la mente aguda, el rostro de ángel y el estilo ruso fusionado en su danza árabe son parte del viento que trae el sonido del mizmar y anuncia su entrada. La rusa es una de las bailarinas, coreógrafas y profesoras de danza oriental más prometedoras y reconocidas a nivel mundial. Ha sido invitada a festivales en todo el mundo. Actualmente dirige el Oriental Ensemble Bellyrina y Bellyrina School en Moscú. Durante la pandemia buscó nuevas formas de viajar y conectar con todos los lugares que ha conocido gracias a su danza. De esta manera emerge de ella un nuevo proyecto, ahora como diseñadora de joyerías. Su línea de joyas “Nastasia Černovski”  fue lanzada en el año 2020. Sus diseños han sido inspirados en ciudades de Marroco y Egipto.

Anastasia nació un 4 de agosto bajo la luna llena en Siberia. Ella se expresa como una mujer muy responsable, perfeccionista y generosa que disfruta irradiar amor y cuidar a otros. Chernovskaya posee una sabiduría y una madurez que le permite extraer lo mejor de las personas y hace que estas se sientan muy cómodas y seguras en su compañía. La rusa tiene la necesidad de servir y ayudar a otros lo que la convierte en una profesora abnegada.

Anastasia comenzó a bailar a los 5 años de edad, su transición de niña a mujer fue muy fluida gracias a la danza. “Comencé a bailar en un baile de salón. Siempre había un compañero, un niño. Los bailes de salón fomentan la asociación desde una edad temprana: aquí las niñas son niñas y los niños son niños. En tal atmósfera es muy fácil cultivar la feminidad y la percepción femenina del mundo.”.

A los 16 años se convierte en bellydancer. La danza condicionó su personalidad e hizo arder como el sol picante la feminidad dentro de ella. “La danza realmente cambia con el curso de la vida. Se vuelve más profunda con la edad. Cuando era adolescente solíamos interpretar roles en el escenario, pero cuando obtienes mayor experiencia interpretas tu vida y la danza se vuelve más personal”, recuerda Chernovskaya.

En Rusia la danza árabe se practica como una danza fusionada. Ella disfruta esa convergencia cultural y el entendimiento de nuevos vínculos dancísticos. Así estructura su experiencia en algo completo y crea el Oriental Ensemble Bellyrina, compañía de bailarinas de danza oriental en Moscú, ciudad donde vive actualmente.

Para Chernovskaya el final de un  sueño es el inicio de otro. “Yo sueño con una inspiración que siempre estará conmigo y siempre me moverá hacia nuevas cimas como bailarina y como mujer”, afirma. Dicha inspiración es representada en su nueva línea de joyas, un proyecto personal al que le dio vida en el contexto de la cuarentena cuando el mundo dejó de estar abierto para viajar; anteriormente Anastasia viajaba a menudo y se presentaba en diversidad de festivales del mundo.

Nastasia Černovski: su inspiración, su mirada del mundo

Anastasia asciende en su trabajo desde la veteranía como bellydancer hasta la osadía de presentarse como diseñadora de joyas. Es así como encuentra la inspiración en sus viajes y seres queridos, para lanzar “Nastasia Černovski. Cuando habla de las mujeres que la han inspirado reconoce que su fuente infinita de inspiración proviene de su madre. “Al igual que para muchas hijas, para mí la mayor inspiración es mi madre. Ella es asombrosa, siempre me apoya y ha hecho mucho para que logre el éxito en el mundo de la danza”.

Has creado una hermosa colección de joyería. Tu colección está inspirada en la arquitectura. ¿Encontraste la inspiración en alguna ciudad en especial?  ¿Cómo surge tu emprendimiento como diseñadora de  joyas?

Gracias, la marca de joyería Nastasia Černovski es un proyecto nuevo, grande e importante para mí, que ahora me toma mucho tiempo y mis pensamientos. No puedo decir que sea fundamentalmente diferente de mi actividad de baile. Es la continuación de mi experiencia en la danza y encarnación en otra área de las artes: la joyería.

Como resultado de viajar a través de países y culturas, mi diseño de joyas se inspira en formas arquitectónicas, patrones étnicos, disfraces, vidrieras, pintura de platos de cerámica y escritura. Por ejemplo, la primera colección está dedicada a Marruecos y cada joyería se inspira en una de las ciudades marroquíes, su color y arquitectura.

—¿Esta inspiración vino de la nostalgia? Quizá por tu país, tu infancia o alguna tierra en particular.

—Sí, tiendo a sentir nostalgia por el tiempo, las emociones, los sentimientos. Durante el período de encierro, por supuesto, siento nostalgia por la época en que viajaba 4 veces al mes. ¡Espero que el mundo vuelva a estar abierto pronto!

Anastasia Chernovskaya destaca en el escenario por ser ligera y sutil. Balancea su larga melena con gracia y sus movimientos parecen dibujados sobre el escenario con su velo.  A cualquier lugar del mundo a donde va ella baila al ritmo del derbake los mismos valores: el amor propio y respeto, sin distingos de raza, color o país.

La bailarina señala que no hay límites para la perfección, siempre está  insatisfecha consigo misma y eso la lleva a trabajar más duro. Confiesa que es muy perfeccionista y también se equivoca. Se preocupa no solo por sus errores, también por el de sus alumnas. Cuando se equivoca lo toma como un aprendizaje. “A veces lloro pero nunca en público. Seco mis lágrimas y sigo adelante”, afirma.

Así como Anastasia busca la perfección en su danza, el amor propio es la base para crecer y mejorar. “El amor propio nunca termina. Si no te amas a ti misma ¿cómo puedes amar a alguien más? Y ¿cómo alguien más podría amarte? Como dijo Oscar Wilde… amarse a sí mismo es el inicio de un romance que dura toda la vida”.  La bellydancer disfruta compartir con las demás personas y brindarles atención, desde su esposo, familia, mascota y alumnas ocupan un lugar importante a su alrededor. La joven diseñadora reconoce ser afortunada y se muestra agradecida por tenerlos, y que estos respeten su libertad, y la apoyen al hacer lo que ama con su arte.

—¿Cómo representas la influencia rusa en tu danza?

—La cultura rusa está representada no por bailes folclóricos árabes, sino por el ballet y la coreografía en danza clásica, que son de alto nivel en Rusia. Esto es lo que más a menudo aportan las bellydancers rusas a la danza árabe.

—Cuando las bailarinas de danza del vientre estudian la cultura egipcia descubren que es una danza muy profunda. Las bellydancers rusas son distinguidas por su estilo propio ¿Cuál consideras es el aporte de Rusia a la danza árabe?

—Las bailarinas del vientre rusas se distinguen por un alto nivel de coreografía clásica. Muchas de ellas tienen como telón de fondo el ballet, la gimnasia rítmica o, como yo, el baile de salón. Creo que es muy importante aprender de los orígenes de la cultura, estudiar las tradiciones de danza originales y, necesariamente, las danzas folclóricas deben ser la base de cualquier estilo de danza del vientre: «ruso», «latinoamericano» o cualquier otro. Pero al mismo tiempo, creo que es necesario mantener las danzas originales en su forma pura. Sin tal conocimiento y respeto por las culturas es imposible realizar una fusión competente.

—Alguna bailarina egipcia de los años de oro que admires

—Me encantan los discos antiguos de danza del vientre y los artistas de épocas pasadas. Pero si alguien se destacó, quizá para mí fueron Samia Gamal, Nagwa Fuay, Azza Sheriff y Eifi Abdou.

—¿Qué consideras es esencial para ser una buena profesora de danza árabe?

—Bueno, en primer lugar, un maestro no debe olvidarse de su desarrollo, educarse a sí mismo. También debería pensar principalmente en cómo enseñar a su alumno y ayudarlo a lograr la meta. Y no en cómo crear comodidad y entretenimiento para él. Estudiar es trabajo, para ambos en el proceso.

—Un mensaje para las bailarinas soñadoras del mundo:

—Debes comprender por ti mismo si esto que deseas es realmente tu sueño. Y si este es tu sueño, entonces muévete hacia él, como puedas, ¡incluso gateando, incluso saltando! Pero a veces la vida nos cambia, y lo que era antes nuestro sueño, deja de serlo. Entonces necesitas mirar a tu alrededor y, tal vez, veas un nuevo sueño, solo encuentra la fuerza para avanzar hacia él.

Chervnozkaya anima a las mujeres a sentirse siempre hermosas y femeninas, desde las joyas que diseña hasta sus enseñanzas en  la danza. Anastasia considera que la esencia de toda mujer permanece intacta a lo largo de su vida, sin importar en qué se convierta bajo la influencia de la economía, la psique y la sociedad, será hermosa en su individualidad. “¡Aquí vengo yo, como profesora de danza del vientre y diseñadora de joyas, ayudando a enfatizar la hermosa individualidad de la mujer!”.

La bailarina rusa también ama la poesía. Compartió uno de sus versos preferidos “El extraño de Rusia” del poeta Alexander Blok:

Y todas las noches (¿o me lo estoy imaginando?)

Exactamente a la hora acordada

La esbelta figura de una niña, con vestido de seda,

Se desliza más allá de la niebla y el grumo de la ventana.

 

Y pasando lentamente por los juerguistas,

Sin acompañante, siempre sola,

Exudando brumas y fragancias secretas,

Ella se sienta a la mesa que le pertenece.

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