Pacientes venezolanos de covid-19 recurren a pagar a médicos que los atiendan a domicilio. Esto debido al alto costo del ingreso en clínicas privadas y al colapso del sistema de salud público.
Así lo reflejó Reuters en un reportaje publicado este martes, con base en testimonios de médicos entrevistados.
Campañas de financiamiento
«Los familiares tienden a contribuir o lanzar campañas de financiamiento colectivo para familiares infectados, dijo Laura Martínez, residente de 55 años de edad de Las Acacias cuyo esposo y padres ancianos fueron tratados en casa», reseña el trabajo periodístico.
Agrega que los pacientes que reciben tratamiento en el hogar para el coronavirus generalmente compran respiradores, tanques de oxígeno y medicamentos antivirales.
A medida que la nueva ola de covid-19 cobró fuerza durante marzo y abril, la atención domiciliaria ganó popularidad gracias al boca a boca y las redes sociales.
«Este tratamiento a menudo incluye visitas a domicilio, una opción que se considera un lujo en muchos países desarrollados, pero que se vuelve barata en Venezuela debido a un exceso de médicos mal pagados. Las visitas domiciliarias cuestan entre 40 y 80 dólares, según la gravedad de los síntomas del paciente», señaló Reuters.
Al respecto, el médico Leonardo Acosta dijo que lo que ocasiona esa tendencia es el factor económico, pues es mucho más económico que un médico visite la casa del enfermo.
«El costo de ser admitido en la sala de emergencias de una clínica es muy alto», destacó.
Las clínicas privadas están mejor equipadas que los hospitales, pero pueden cobrar al menos 1.500 o 2.500 dólares por noche por atención hospitalaria, y la cifra asciende a 5.000 por noche de atención de emergencia para tratar problemas respiratorios agudos.
Cifras que están fuera del alcance de la gran mayoría de la población en un país donde el salario mínimo mensual no llega ni a un dólar.
Más rentable que trabajar en un hospital
«Los pacientes pueden recibir tratamiento en casa siempre que no requieran intubación, un proceso delicado que requeriría ser transportados a una unidad de cuidados intensivos», dijo Acosta.
Para los médicos realizar su trabajo a domicilio significa que se les pague en dólares, y ganar sustancialmente más de lo que ganarían en el sistema de salud pública.
«Estoy haciendo esto en parte por razones económicas», dijo Carlos Hernández, médico de 25 años de edad egresado de la Universidad Central de Venezuela.
También trabaja en el sistema de salud pública, como exige el país a los recién graduados, pero no le han pagado en cuatro meses.
Dada la crisis económica nacional, Acosta indicó que a menudo proporciona tratamiento aun cuando el paciente no pueda pagar la totalidad.
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