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George Floyd: los duros testimonios de las jóvenes que presenciaron su muerte

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La adolescente que filmó el video de la muerte de George Floyd y una socorrista a la que la policía no le permitió intervenir para asistirlo rindieron desgarradores testimonios sobre los hechos trágicos que desataron una protesta global contra el racismo.

Darnella, que ahora tiene 18 años, fue una de cuatro jóvenes testigos que tomaron el estrado durante el segundo día del juicio contra el expolicía Derek Chauvin, acusado de asesinato.

Dijo que al ver a Floyd «rogando por su vida» lo comparó con su padre, hermano, primos y tíos «porque todos ellos son negros». Añadió que «me la paso pidiéndole disculpas» (a Floyd) por «no haber hecho más».

Por otra parte, Genevieve Hansen, una socorrista del cuerpo de bomberos, declaró que los policías no le permitieron brindar la asistencia médica que pudo haberle salvado la vida a Floyd.

Asuntos de desigualdad racial y prácticas policiales están en el centro de este caso.

El lunes, la sesión que abrió el juicio escuchó cómo Chauvin presionó su rodilla contra el cuello de Floyd por más de nueve minutos cuando lo arrestaba en Minneapolis, en mayo de 2020. La fiscalía afirma que eso fue una «causa principal» de su muerte.

Los abogados defensores han señalado que argumentarán que George Floyd, de 46 años, murió de una sobredosis. Derek Chauvin, de 45 años, niega las acusaciones de asesinato y homicidio.

Los otros tres policías que estuvieron presentes -Tou Thao, J Alexander Keung y Thomas Lane- serán enjuiciados más tarde este año.

¿Qué se escuchó en el segundo día del juicio?

Cuatro jovencitas, que en el momento del incidente tenían menos de 18 años, rindieron testimonio en el tribunal, pero las cámaras se apagaron para que el jurado no las pudiera ver y sólo fueron identificadas por sus nombres de pila.

George Floyd

Los testigos: 1. Donald Williams. 2. Darnella. 3. La prima de Darnella. 4. Alissa. 5. Kalen. 6. Genevieve Hansen COURT TV 

Darnella, que entonces tenía 17 años, caminaba hacia la tienda Cup Foods con su prima de 9 cuando se cruzaron con el arresto en la calle.

Declaró que empezó a filmar con su móvil porque «vi a un hombre aterrorizado, rogando por su vida. Eso no estaba bien -estaba sufriendo».

Describió cómo escuchó a George Floyd «diciendo ‘no puedo respirar’. Estaba aterrorizado, llamando a su mamá».

Darnella dijo que haber presenciado su muerte cambió su vida.

«Cuando miro a George Floyd veo a mi papá, veo a mi hermano, a mis primos, mis tíos -porque todos ellos son negros», dijo entre llantos. «Y veo cómo hubiera podido ser uno de ellos».

«Me la paso pidiendo disculpas a George Floyd por no haber hecho más».

Su joven prima también rindió testimonio y dijo que se sintió «triste y un tanto furiosa» por lo que vio. «Sonaba como si estuviera sufriendo».

Dos amigas, Alissa, de 18, y Kalen, de 17, habían llegado en auto a la tienda cuando se toparon con el arresto. Ambas describieron sentirse impotentes al ver los últimos momentos de Floyd antes de que estuviera «solo tendido ahí, ya sin luchar ni resistir».

George Floyd

Fue un día de testimonios emocionales, como el de Donald Williams, captado aquí por el dibujante de la corte. REUTERS 

Tenso intercambio

La última testigo del día fue Genevieve Hansen, una socorrista del cuerpo de bomberos que no estaba de servicio ese día. Ella explicó que los policías no le permitieron brindar la asistencia médica que pudo haberle salvado la vida a Floyd.

Expresó cómo esperaba que ese lunes 25 de mayo fuera un día calmado, cuando escuchó a una mujer gritando que la policía estaba matando a un hombre negro que estaba esposado y bocabajo en la calle.

Capacitada en emergencias médicas, Hansen describió cómo se acercó a los policías que forzaban a Floyd contra el piso y se identificó como socorrista.

En un video que se proyectó en el tribunal, se ve a Hansen exigiendo a los policías que le tomaran el pulso.

«No se estaba moviendo», afirmó. «Lo primero que me preocupó fue su cara que estaba aplastada contra el piso. Hinchada. Me pareció que estaba hinchada».

Su voz empezó a temblar cuando describió la impotencia que sintió al no ser permitida por los policías prestar asistencia.

La tensión se acentuó cuando el abogado defensor la interrogó, cuestionando sus capacidades paramédicas.

Cuando Hansen respondió con aspereza, el juez Peter Cahill le llamó la atención.

George Floyd

El juez Peter Cahill le llamó la atención a la testigo Genevieve Hansen. REUTERS 

«Llave de sangre»

Otro testigo, Donald Williams II, que está entrenado en artes marciales mixtas, fue interrogado durante más de una hora por los fiscales y la defensa el lunes y una segunda vez el martes.

Williams detalló cómo Chauvin usó una técnica peligrosa llamada «llave de sangre» y que estaba moviendo su rodilla de un lado a otro para aplicar más presión sobre el cuello y espalda de Floyd.

Rechazó la sugerencia de la defensa que las interacciones de él y otros transeúntes con la policía habían sido amenazantes para con los uniformados.

En su presentación del caso el lunes, el fiscal Jerry Blackwell dijo al jurado que Chauvin había «traicionado su insignia» al arrodillarse sobre el cuello de Floyd y usar «fuerza excesiva e inaceptable» para detenerlo.

Mientras que el abogado de Chauvin, Eric Nelson, argumentó que el caso era sobre la evidencia, no sobre «una causa política o social». Indicó que Floyd había ingerido drogas al momento de ser arrestado «en un intento por esconderlas de la policía», y sugirió que eso contribuyó en su muerte.

Durante el proceso, Chauvin ha mantenido silencio pero permanecido atento, constantemente tomando notas de la evidencia que escucha.

El acusado, Dereck Chauvin (der.), al lado de su abogado Eric Nelson, siguió atento el proceso. REUTERS 

¿Por qué este caso es tan trascendental?

El video que Darnella tomó de Derek Chauvin arrodillado sobre el cuello de George Floyd fue reproducido por todo el mundo y desató una protesta masiva y un ajuste de cuentas sobre el racismo en Estados Unidos.

Para muchos, la muerte de Floyd bajo custodia policial se convirtió en un símbolo gráfico de la brutalidad policial -particularmente contra las personas de color- y generó manifestaciones globales exigiendo justicia racial.

A pesar de el reclamo mundial, sin embargo, este caso no es sencillo. En EE UU son muy pocas las veces que un policía es condenado por una muerte que ocurra cuando están en servicio, si es que se les llega a acusar.

El veredicto en este caso será ampliamente interpretado como una indicación de cómo el sistema legal de EE UU aborda las muertes que ocurren cuando se está en custodia policial.

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