Como una bomba de gran potencia política cayó dentro de los sectores radicales del oficialismo el anuncio realizado por el embajador de Estados Unidos en Venezuela, radicado en Bogotá, de un acuerdo alcanzado entre negociadores de Maduro y Guaidó para la adquisición de 12 millones de vacunas del fondo Covax de la Organización Panamericana de la Salud-Organización Mundial de la Salud, debido a las enormes consecuencias políticas y humanitarias para cada uno de los actores políticos en Venezuela.
Con ese número de dosis se pueden vacunar por completo 6 millones de personas o sea, el mismo número de judíos muertos en campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial, pero hay que ver primero los problemas políticos, que lamentablemente pasan casi siempre por encima de las consideraciones humanitarias. No es casualidad que no se haya producido una respuesta gubernamental a este anuncio del embajador estadounidense Story afirmando o negando la misma, hasta el día de marzo como suele ocurrir de manera automática con toda noticia sobre Venezuela el mismo día de su ocurrencia, cuando la Vicepresidenta Delcy Rodríguez, estableció contundentemente, que no aceptara las vacunas de AstraZeneca, sino las que estén permisadas por el gobierno, por lo cual debemos revisar las razones de esta conducta, en los siguientes puntos:
En primer lugar, debemos ver el problema geopolítico, dado que en Venezuela existe un monopolio legal y sanitario de la vacuna rusa Sputnik V, lo que impide legalmente adquirir otras que no tienen autorización del Ministerio de Salud y esta es la razón del sorpresivo y para muchos empresarios burlista anuncio de que se autorizaba la compra de 5 millones de vacunas rusas, con la condición de regalar al gobierno 1 millón de vacunas, cuando sería mucho más fácil para los empresarios de Fedecámaras adquirir vacunas de Johnson & Johnson-Janssen , Moderna o Pfizer-Biontech o incluso adelantarse al pedido de la vacuna Novavax en fase final de pruebas, debido a sus vínculos de negocios y hasta familiares con empresas estadounidenses. Puede ser esta la explicación del porque ninguna de las 3 vacunas ha conseguido aun el permiso sanitario, a pesar de su utilización en decenas de países.
En este campo, es donde se entiende el porqué de la prohibición de la vacuna de AstraZeneca, realizado por la vicepresidenta Delcy Rodríguez el día 16 de marzo, que constituye el núcleo de la oferta del fondo Covax, que constituye un esfuerzo medular de la Unión Europea y Francia a la Organización Mundial de la Salud, pero que, considerando la muy abierta hostilidad contra el gobierno de Nicolás Maduro en la actualidad, se pone difícil imaginar un cambio de posición política sanitaria.
Tal vez sea esta la razón del enorme empuje que el gobierno de Maduro le está dando a los 5 candidatos vacunales de la República Socialista de Cuba, con la autorización de las pruebas de la Fase III (pruebas en humanos) en el país. Esto ayudaría a acelerar la aprobación y manufactura de Abdala y Soberana 02, para posteriormente iniciar una política de exportación hacia los países en extrema pobreza, que están en el grupo de los No Alineados, no con el fin de conseguir dinero, sino votos en los organismos internacionales y prestigio político en las clases sociales de dichos países, para atraerlos hacia las doctrinas socialistas de Cuba y Venezuela.
En segundo lugar y no menos importante está el discurso político, que a falta de una gestión efectiva para resolver los problemas económicos y sociales cotidianos como en la antigua Unión Soviética, tiene en el discurso político dogmático (que no admite discusión ni cuestionamiento de ningún tipo), la principal y casi única argumentación para defenderse en el día a día y por ello no puede admitir equivocaciones ni desviaciones evidentes de ningún tipo, o terminaría como la Perestroika de Mijail Gorbachov, que en lugar de corregir las deficiencias de un sistema político, lo implosionó bajo la lluvia de cuestionamientos y culpables que se hicieron públicamente evidentes.
En el caso actual del PSUV, la admisión de que Estados Unidos, la Unión Europea y otros gobiernos faciliten los recursos financieros y materiales a Juan Guaidó en el carácter de Presidente Interino, es una humillación gigantesca que contradice totalmente las burlas y denuncias realizadas por el oficialismo en el Ministerio Público y el Tribunal Supremo de Justicia, dándole a Guaidó una beligerancia política que jamás han querido reconocer hasta el momento.
Esta situación política, se agravaría de gran manera para el PSUV, de haberse concretado las condiciones técnico-humanitarias de la OPS para la gestión de la vacunación, debido a que el ministerio de la Salud actual, pierde el protagonismo único de dicha acción sanitaria y no van a poder negar el papel preponderante de la Oposición del G-4, con su respaldo internacional, de manera frontal frente al oficialismo, quedando totalmente disminuida el papel político de los opositores que no apoyan a Guaidó, quedando prácticamente fuera del cuadro político de discusiones.
Posiblemente, al firmar el acuerdo inicial,como anunció Story, pensó el gobierno manejar dicha situación, como hiciera el gobierno de J. Stalin en la Gran Guerra Patria (1941-45), donde exigió y consiguió que se ocultará a la población soviética el origen estadounidense de los suministros alimenticios, herramientas y muchos otros enseres, hasta donde fuera posible con la excusa de que el pueblo soviético se sentiría humillado si supiera que estaba siendo abastecido desde el exterior para gran parte de su supervivencia en los primeros años del conflicto y no es casualidad, que ninguna hambruna se presentara, sino hasta terminada la guerra (1946).
En este panorama, en el caso de Venezuela, se presenta para el Oficialismo la opción muy costosa políticamente de romper el acuerdo anunciado por el embajador estadounidense Story y darle a los enemigos internacionales del gobierno de Maduro una argumentación final para acrecentar las sanciones hasta el final de forma contundente, alegando razones humanitarias y no faltará presidente o experto internacional que incluso plantee que es una causa válida para activar el R2P (Responsabilidad de Proteger es un compromiso político global apoyado por todos los Estados miembros de las Naciones Unidas en la Cumbre Mundial de 2005. Sus cuatro preocupaciones claves son para prevenir el genocidio, crímenes de guerra, limpiezas étnicas y crímenes de lesa humanidad) en Venezuela.
En estos escenarios, vemos en tercer lugar, la posición que moralmente debería estar en primer lugar como son las consideraciones humanitarias , ya que las vidas de 6 millones de venezolanos deben estar en primer lugar e incluso, este acuerdo pudiera concluir con un anexo o adenda que comprometa a la adquisición de las 50 millones de vacunas faltantes (de los fondos asignados por la USAID) para atender a los 25 millones de personas restantes, viendo la posibilidad de reenvío de vacunas hacia Ecuador, Perú y Colombia, entre otros países, para atender los millones de venezolanos en el exterior.
Tales medidas, serían sin duda agradecidas y no serían olvidadas, por todos aquellos, que al momento de vacunarse, entienden que están pasando un momento histórico, en sus vidas, tal como ocurre esta semana en el estado de Florida (USA), donde están vacunando desde este lunes a los mayores de 50 años, residentes, donde se incluyen numerosos venezolanos muy conocidos, incluyendo políticos que fueron alcaldes, diputados, ministros y otros que seguramente no se atreverán a colocar en Facebook o Instagram su foto con el frasquito de la vacuna y el certificado vacunación, pensando en las maldiciones y mentadas de madre de sus antiguos camaradas en Venezuela…
Debemos llenarnos de sentimientos de Paz, Amor, Perdón y Reconciliación hacia todos los venezolanos, para facilitar estos acuerdos de carácter humanitario en pro del Bien Común o Bienestar de las mayorías.
Feliz Semana Santa 2021…
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