En Los Andes venezolanos habita un mamífero que en la actualidad ve amenazada su existencia debido, en parte, a la lenta desaparición de los bosques en donde hace vida. ¡El Guardián de Los Andes! Tremarctosornatus, a quien también conocemos popularmente como oso frontino u oso andino por ser el único representante de los osos que se encuentra a lo largo de la Cordillera de los Andes desde Venezuela hasta el noroeste de Argentina. Posee un pelaje denso y largo variando de negro a marrón rojizo. Posee una banda ancha de tonos blancos o amarillos que puede extenderse hacia la frente, posee un tamaño mediano comparado con otros osos, mide entre 1,12 y 2,22m de alto y pesa entre 60 y 170k siendo el macho más grande que la hembra. La alimentación del oso andino es predominantemente omnívora hipocarnívora (oportunistas), con gran componente de materia vegetal como bromeliáceas, algunas especies de bambues, frutas de lauráceas, moráceas, palmas, frutos silvestres y cactáceas.
El oso frontino es el único úrsido de Suramérica y su área de distribución abarca Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y el noroeste de Argentina. Se presume que su tamaño poblacional en Venezuela ha disminuido por pérdida de su hábitat y la cacería, de allí la importancia que tiene la implementación de programas de conservación, son por lo general animales tímidos y elusivos, muy difíciles de observar; más aún, en el caso del oso frontino, cuyo hábitat es básicamente el bosque, dentro del cual la visibilidad es realmente escasa. Sin embargo, como son animales de gran tamaño, dejan una gran cantidad de señales de su presencia en los lugares donde se alimentan, descansan o se mueven.
El oso frontino está considerado como especie » vulnerable «por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Velez 2017), y su comercialización está vedada, según consta en la convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES). En Venezuela es considerada una especie en peligro de extinción, motivo por el cual está legalmente protegida bajo régimen de «protección especial», razón por la cual se halla prohibida su cacería.
Existen mitos e historias dentro de la cultura andina sobre el oso andino, donde se le atribuyen cualidades antropomórficas y mágicas. Cuentan aún los abuelos para infundir miedo a los niños de la casa en las noches de lluvia en las montañas, que en el bosque habita «El salvaje», «una criatura peluda y grande que busca a la mujer preñada, la huele, la siente. Ronda por la casa en las noches, y cuando todos están durmiendo, se la lleva, comienza a lamerle los pies hasta que estos se le van volviendo como los de los niños pequeños, dejándolos en hueso es casi carne, entonces no puede caminar, no puede huir. El Salvaje espera pacientemente hasta que la mujer esté lista para parir; entonces el mismo recibe al niño y se lo come». Así cuentan la leyenda, una historia que infundía miedo y confusión y que generó que se incrementara la cacería del oso, al punto de que las nuevas generación que crecieron en los 90 pensaban que el oso no existía y estaba extinto en las montañas de Trujillo.
Para apoyar la conservación del oso frontino se ha diseñado un programa denominado La Ruta del Oso, en donde se busca transmitir a las nuevas generaciones la importancia de la preservación de esta especie. Esta ruta abarca la zona andina y allí se puede hacer un recorrido por los senderos que habitualmente transita el oso para vivir la experiencia de conocer su hábitat y, a su vez, participar en el desarrollo de actividades eco turísticas, adicionalmente se lleva a cabo un proyecto de investigación que ha demostrado que en las montañas de Trujillo aún son hábitat y refugio de esta especie, denominado Proyecto Oso Andino Guaramacal a cargo del ingeniero Marcos Hidalgo(Universidad de Los Andes), que busca establecer un corredor biológico en el Eje Sur de la Sierra de Trujillo, entre los Estados Barinas, Trujillo y Mérida, a fin de incrementar las áreas de conservación de esta especie.
El Ramal de Calderas, un pulmón de Boconó que reúne todas las condiciones exigidas para que sea declarado Corredor Biológico, es un bloque montañoso ubicado en la porción nororiental de la Cordillera de Mérida con una superficie aproximada de 700km2 y junto con el Ramal de Guaramacal, conforman el Eje Sur de la Sierra de Trujillo, entre los Estados Barinas, Trujillo y Mérida. Posee muestras representativas muy bien conservadas de bosques nublados y páramos con ecosistemas cuya diversidad genética y de especies ha sido evaluada durante años, dando como resultado un importante número de especies endémicas (propias del sitio), alta diversidad de especies vegetales, animales y presencia de otras tantas que se encuentran vulnerables o en peligro de extinción como es el caso del paují copete de Piedra (pauxipauxi), el jaguar (Panthera onca) y el oso frontino (Tremarctosornatus), cuya presencia por estudios recientes ya ha sido comprobada en la región, mediante el monitoreo con el uso de cámaras trampa, lo que le ha conferido un valor estratégico para la conservación: luchar contra la deforestación de esta zona es un compromiso que tenemos todos los venezolanos.
Hemos aprendido que a pesar de su fortaleza y aparente ferocidad es imperativo comprender que, lejos de ser una criatura peligrosa, el oso frontino es en realidad un ser muy frágil y que si continuamos en nuestro empeño de seguir deforestando sus espacios naturales contribuiremos en su extinción, de allí la necesidad de apoyar los proyectos de conservación no solo del oso, sino de todas las especies del planeta.
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