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Paseo por los valles y la historia de Tucumán

Es una provincia de Argentina rica en tradiciones, mitos y leyendas, con circuitos históricos, deportivos y de enoturismo

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Tucumán es la provincia más pequeña de Argentina. Es un sitio donde crece la caña de azúcar y abundan los limones, donde la ciudad se roza con la exuberante selva de montaña, que a su vez cede paso a la aridez del desierto. Tucumán es rica en tradiciones, mitos y leyendas.

La capital de este rincón del noroeste argentino, San Miguel de Tucumán. a 1.300 kilómetros de Buenos Aires, es una urbe pequeña, húmeda, verde y acogedora en la que se destaca el circuito histórico.

El punto de partida es la Casa de Tucumán, reformada poco antes de los festejos del Bicentenario de la Independencia. Se renovó su propuesta museográfica, con un guión que suma experiencias sensoriales y evocativas más actuales. Por las noches, se puede asistir al espectáculo “Luces y sonidos de la Independencia en los jardines”.

El recorrido histórico se puede hacer a pie, ya que los principales puntos quedan muy cerca. En la Plaza Independencia, a dos calles de la Casa, se destaca el monumento de la Libertad esculpida por la gran Lola Mora, nacida en Tucumán. Enfrente, está la Casa de Gobierno, un llamativo edificio barroco francés.

En las manzanas linderas se encuentran la Iglesia Catedral, la Basílica Menor de la Merced –Monumento Histórico Nacional– y la Iglesia de San Francisco, puntos destacados de este pequeño raid urbano que puede llevar una jornada a paso lento.

En Yerba Buena, barrio residencial conocido también como Ciudad Jardín, a doce kilómetros del centro, se concentran algunos de los mejores restaurantes, centros comerciales, bares y discotecas. También está la exuberante reserva de Horco Molle, donde florecen especies autóctonas, perfecta para disfrutar una tarde al aire libre sin apartarse de la ciudad.

Refugio. Para llegar a Tafí del Valle desde San Miguel de Tucumán hay que transitar un sinuoso camino de cornisa. Son 100 kilómetros en zigzag, con varios puntos panorámicos y una parada obligada en El Chasqui o Monumento al Indio, donde hay una feria de artesanías y un mirador con vista privilegiada de esta carretera salvaje.

En la entrada del pueblo, está el dique Angostura, ideal para los fanáticos de la pesca deportiva en busca de pejerreyes, y los adeptos al yatching y el kitesurf.

Tafí se transformó en los últimos años en refugio de fin de semana de los habitantes de la capital tucumana, se construyeron gran cantidad de casas y hasta barrios cerrados. Pero, sobre todo, es uno de los principales puntos turísticos de la provincia, con una Ruta de los Artesanos para visitar tejedores, ceramistas, talabarteros y escultores, que muestran con orgullo su trabajo.

La región tiene dos valles: a un lado el Valle de Tafí, y al otro el de Las Carreras. Mientras en Tafí se desarrolló el turismo, en Las Carreras la vida transcurre casi como en tiempos de los jesuitas, que arribaron en 1716. Por estos lares se encuentra la histórica Estancia las Carreras, entre las mejores en turismo rural del norte argentino, con un menú de actividades, como trekking, cabalgatas y bicicleta montañera.

RECUADRO

Tierra de vinos

Los valles Calchaquíes, al noroeste de Argentina, son terruño fértil para el buen vino. Desde hace tiempo, se le está dando impulso al recorrido vernáculo de los caminos de Baco, donde se produce torrontés, malbec, cabernet sauvignon, bonarda, syrah y tannat.

En 2016 se inauguró la primera bodega indígena de Suramérica (y la tercera en el mundo) que abrió sus puertas con la producción de dos variedades de vino que llevan nombres en quechua: Sumaj Kawsay (Buen Vivir) y Kusilla Kusilla (Ayudame, alegría). Se trata de un emprendimiento comunitario pionero, que sirve para afianzar el desarrollo turístico de la comunidad.

Una docena de bodegas integran el circuito enoturístico.

RECUADRO

Vista en las estrellas

Los cielos de los Valles Calchaquíes tienen 320 días despejados y un manto de estrellas ideal para la observación astronómica. Por eso 30 años atrás se instaló aquí una estación científica como parte de la red International Halley. Fue así que nació el Observatorio Astronómico de Ampimpa que se transformó en una institución que, sin perder de vista su origen científico, le sumó un proyecto educativo y otro turístico. Brinda talleres de física, de energía solar o de geografía durante los campamentos científicos para estudiantes. Y también reciben viajeros, que pueden pernoctar en alguna de las cabañas en medio de un bosquecito de pinos. Las actividades arrancan a las 8:00 pm y terminan a las 10:00 am, entre observaciones, charlas y videos.

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