Traspasar la virtualidad, uno de los mayores desafíos en tiempos de pandemia que Jennifer Garner y Édgar Ramírez lograron a los pocos minutos de charla vía Zoom con el medio La Nación a quien brindaron una entrevista exclusiva sobre la película ¡Hoy sí!
La actriz norteamericana y el actor venezolano se reunieron para ¡Hoy sí!, la nueva comedia familiar del realizador Miguel Arteta que llega este viernes 12 a Netflix. La cinta surgió de una tarea cotidiana de Garner con sus hijos, Violet, Seraphina y Samuel. «Se volvió una tradición leerles el libro de Amy Krouse Rosenthal, Yes Day. Luego se volvió una tradición hacer lo que se contaba en el libro», explica la actriz.
Por Yes Day se entiende que, en una única jornada, los hijos toman las decisiones y sus padres no pueden negarse a las actividades que ellos propongan. Garner, con ojos de productora, vio potencial en esa experiencia que, en su caso, fortaleció la relación con sus hijos, y así puso en marcha el proyecto que la reencontró con Arteta.
Luego, Édgar Ramírez entró en escena en el momento en que más lo necesitaba para ¡Hoy sí!. «Me daba mucho miedo hacer comedia. Pero Jennifer me acompañó en todo el proceso hasta que supe que esta película había caído en el momento justo, cuando me fui de Venezuela y quedó mi familia atrás», expresó el actor quien, en la ceremonia de los Globo de Oro de 2018 fue muy elocuente respecto a la situación de su país. «Hay una crisis humanitaria. Venezuela es un país que es víctima de un secuestro», expresaba por entonces en la alfombra roja.
Para Édgar Ramírez, su primer encuentro con Garner fue fundamental para considerar a ¡Hoy sí! como la película más personal que ha hecho. En el rodaje experimentó, junto con los jóvenes actores Jenna Ortega, Justin Lerner y Everly Carganilla, cómo es la vida en familia. Garner lo escucha emocionada y añade que quiere que Édgar Ramírez sea su partenaire en muchas películas más en el futuro y no solo en ¡Hoy sí!
«Hubo empatía entre nosotros desde el comienzo y en el rodaje vivimos momentos muy divertidos, pero también compartimos charlas muy profundas y emocionales», remarca la actriz. Con la misma candidez que su coprotagonista, Garner logra atravesar el escollo virtual para hablar de una comedia familiar que promete ser un homenaje a clásicos de los 80.
¡Hoy sí! se entrega al caos, al disparate, pero también respira en esos momentos de vulnerabilidad de la familia Torres que, para sus actores, son la clave del encanto del largometraje.
—¿Cuál piensan que es el corazón de la película?
—Jennifer Garner: El corazón de esta película es el proceso que atraviesa esta familia que empieza a sentirse desconectada. La madre trabaja mucho para poder tener todo bajo control, mientras que el padre no trabaja lo suficiente para ayudarla a manejar lo que sucede con los niños. A su vez, una de las hijas está muy entusiasmada por la etapa adolescente y lo que eso trae, mientras que la madre lucha contra eso porque no quiere dejarla ir. Esta película es sobre eso: sobre el soltar ciertas cosas, estar juntos y disfrutar de la compañía de tu familia haciendo cosas divertidas también.
—Édgar Ramírez: Coincido con Jennifer. Es sobre reconectarse y sobre restablecer el equilibrio familiar, no solo entre los niños y los padres, sino también dentro del matrimonio mismo. Cuando tienes hijos la dinámica familiar se altera y la pareja atraviesa por ese proceso casi inevitablemente. Hay un padre que quizá es el más permisivo, como mi personaje, que a veces se comporta como un niño, y eso sucede mucho. Cuando hay una división de roles, se produce un desequilibrio. El Yes Day se convierte en un instrumento en sí mismo para reordenar las cosas entre todos y eso me encanta. Tuvimos la oportunidad de explorar también la historia de amor de esa pareja en medio de todo lo que sucede con los hijos.
—¡Hoy sí! está dentro del subgénero de comedia familiar tan rico en los 80 y comienzos de los 90, ¿sentían que faltaba una película que tome esa batuta?
—Garner: Sí, totalmente, es como un homenaje a esos filmes familiares de los 80. Es muy simple, no sucede nada grandilocuente y eso era muy importante para mí, que la tensión surgiera de la vida normal. No pasa nada malo, la pareja no va a divorciarse, la hija mayor es una persona maravillosa, no hay un villano. Simplemente es una familia que no está sincronizada porque es muy duro atravesar la vida con muchas personas bajo el mismo techo, y eso es suficiente.
—Ramírez: La convivencia… ese es el desafío para los padres o para una pareja, y lo que dijo Jennifer es muy cierto. ¡Hoy sí! me recuerda a las películas familiares clásicas que miraba en los 80 y 90. Hablamos mucho del cinismo que a veces está presente en series y películas que abordan la dinámica familiar y no queríamos eso. Para ambos era fundamental que eso no estuviera porque ambos crecimos apreciando los valores familiares, si bien ninguna familia es perfecta. Eso lo sabemos. Sin embargo, no necesitas la ironía para mostrarlo.
—Jennifer, tienes tu propio Yes Day con tus hijos, ¿verdad?
—¡Sí! De hecho esta es la película más personal de mi carrera. Sale de mi familia, de mi vida. Cuando mis hijos eran chicos les encantaba que les leyera el libro en el que está basada, escrito por Amy Rosenthal. Después de eso, hace nueve años, empezamos a implementar el Yes Day, y eventualmente decidí que podía convertirse en una comedia divertida.
—También eres productora de la película, ¿cómo fue el proceso de gestación de ¡Hoy sí!? ¿Llevó mucho tiempo?
—No tanto tiempo como suelen tardar algunos proyectos, tardó alrededor de dos años. Yo escribí un post en mis redes sobre un Yes Day que había tenido con mis hijos y me contactó el productor que tenía los derechos del libro. Me preguntó si quería sumarme y buscamos juntos al guionista, Justin Malen, y desarrollamos la historia. Yo me involucré mucho en el proceso de guion también porque tenía algunas ideas sobre las actividades que podía realizar esta familia. Luego hablé con Miguel Arteta, el director, con quien ya habíamos trabajado juntos. Después le rogué a Édgar que interprete a mi marido en el film y aquí estamos. No puedo creerlo todavía.
—Édgar, ¿cómo te sentiste en la comedia, un género en el que no te habías movido previamente en tu carrera?
—Pude hacerlo gracias a Jennifer porque estaba muy asustado. Le tengo mucho respecto al género, no lo había hecho antes y creo que hay que tomarlo con seriedad, no es fácil. Siempre quise hacer comedia, entonces cuando se acercaron Jennifer y Miguel acepté de inmediato porque además personalmente lo necesitaba.
—¿Por qué la necesidad?
—Venía de ser expulsado de mi país, yo suelo hablar mucho sobre la dictadura que se está viviendo allá, así que básicamente me convertí en un exiliado. Empecé a atravesar muchos cambios. Si bien hace mucho tiempo que trabajo en Hollywood, recién hace tres años que vivo en los Estados Unidos porque siempre viví en Venezuela, hasta que no me dejaron seguir viviendo allí. Por lo tanto, cuando llegó el proyecto, a pesar de que no tengo hijos, tengo sobrinos a los que adoro y tengo una relación muy cercana con mi familia. Jennifer y yo coincidimos mucho en eso cuando nos conocimos, teníamos la misma percepción de la familia, sobre el amor que uno siente, ya sea por la familia en la que naces como por la familia que eliges en el camino. Fue hermoso hacer este filme, es una comedia muy atractiva para todos porque el Yes Day se aplica a todos los vínculos: a uno laboral, a uno entre padre e hijo, a uno en una pareja… creo que es beneficioso para todos.
—Jennifer, ¿cómo viviste la experiencia de trabajar con Édgar?
—Desde nuestro primer almuerzo que fue genial, me sentía una egoísta porque no quería decirle a nadie lo bueno que era en comedia.
—Ramírez: Sí, y ahora queremos hacer más películas juntos.
—Garner: Sí, absolutamente, queremos seguir.
—Ramírez: Queremos recuperar esa tradición del Hollywood de los 50 de las parejas de actores que hacían varias películas.
—Garner: La pasamos muy bien porque se dio todo muy natural. Como Édgar dijo, compartimos los mismos valores familiares, crecimos de un modo similar, aunque obviamente no en el mismo continente, pero hubo una empatía que hizo que el proceso fuera hermoso. Pasábamos de reírnos muchísimo a momentos más profundos de un minuto al otro, entre toma y toma. Édgar fue mi compañero en esta travesía, porque además tuvimos que estar con los chicos, que son increíbles. Jenna Ortega es un talento con gran futuro por delante.
—¿Qué actividad de todas las que realiza la familia Torres en su Yes Day fue la que más les gustó filmar?
—Garner: Hay una escena en las que están todos juntos en una carpa, que viene de mi propia vida. Lo curioso es que lo que filmamos ahí salió espontáneamente, ya sea lo que hablábamos como las posturas, fue improvisado.
—Ramírez: Sí, terminamos jugando, nos divertimos mucho y es como que vimos a los niños por lo que eran. Eso me emocionó mucho porque la verdad es que hace muchísimo que no veo a mi propia familia, los extraño mucho y los chicos crecen tan rápido. Espero que la gente que vea la película en este momento tan especial de pandemia pueda recuperar un poco de esperanza. Vamos a salir de esto. Vamos a poder estar de nuevo con nuestras familias, eso es lo que deseo.
—Se nota que es una película muy personal para ambos.
—Ramírez: Muy personal.
—¿Habrá una secuela?
—Garner: Es una posibilidad muy concreta.
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