Apóyanos

Curiosidades en La Casona presidencial

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

La Casona es na mansión colonial que está ubicada en la urbanización Santa Cecilia, en Caracas. Foto CorreodeLara

El primer lunes del mes de febrero de 1989, el joven Antonio Ledezma, dirigente de Acción Democrática, llegó a La Casona, antes de la 7:00 de la mañana. Por casualidad, entraba a la residencia presidencial el Dr. Gonzalo Barrios, quien lo saludó con simpatía. Ya instalados, la ama de llaves les ofreció un café recién colado que impregnó todo el salón. Al poco oyeron un taconeo de pasos rápidos, al tiempo que el presidente del partido blanco exclamó: -Ahí viene Carlos Andrés, ese trote lo delata.

Al entrar al recinto el presidente Pérez exclamó, un tanto ajetreado por la agenda que le esperaba, que el único punto a tratar -aquel lunes- en la reunión del Comité Operativo que seguía las relaciones entre el partido y el gobierno serían las postulaciones de los candidatos para ocupar la Contraloría y la Fiscalía General de la República.

A proposición del jefe del Estado, le correspondió a Antonio Ledezma fungir como secretario ejecutivo de la reunión entre los más cercanos colaboradores del presidente de la República. Con su acostumbrado afán el primer mandatario inició la sesión y preguntó tajante: ¿Entonces, qué nombre hay para contralor?

El Presidente Carlos Andrés Pérez con Luis Piñerua Ordaz y Ramón Escovar Salom entre otros miembros del gabinete ejecutivo – Años setenta. Cortesía de Venezuela Inmortal

Inmediatamente el Dr. Carlos Canache Mata leyó un informe en el que acordaban las fracciones partidistas designar al poeta Ramón José Medina. El presidente Pérez escuchó atento y repreguntó: -¿Y en eso están de acuerdo todos los partidos? ¿Se le consultó al MAS, también? Inmediatamente el Dr. Canache Mata ripostó afirmativamente.

A renglón seguido se inició el debate para precisar el nombre de quien ocuparía la silla de la Fiscalía General de la República. Se asomó el nombre del Dr. Pérez Perdomo, que fue objetado sin vacilación por Luis Piñerúa Ordaz. Instantáneamente el Dr. Octavio Lepage salió en su defensa, lo que propició un áspero conflicto entre las partes, caldeándose los ánimos, hasta que CAP, entre tonos subidos se vio obligado a suspender la reunión.

Todos se levantaron de la mesa de trabajo. El Dr. Alejandro Izaguirre tomó por el brazo a Ledezma y lo invitó al jardín interno de La Casona: -Vente muchacho, vamos a ver qué hace la pereza. Efectivamente, el animal estaba aferrado a una rama de un árbol contiguo a la habitación del presidente, observando con suma paciencia el ir y venir de los visitantes de aquella legendaria mañana. Al rato, y cuando los ánimos volvieron a su punto inicial, se reconstituyó la reunión, dando por descartado el nombre del candidato que había dado pie al tiroteo verbal.

Postulación con consecuencias históricas

Minutos después de reiniciada la sesión, sobrevino la postulación del Dr. Ramón Escovar Salom, nacido en Barquisimeto, el 23 de julio de 1926. En el comedor privado, lugar donde se llevaba a cabo la reunión, se podía oír el aleteo de una mosca. Pero el estruendoso silencio lo interrumpió el Dr. David Morales Bello, con su inconfundible tono ceremonial y su escrupulosa dicción, para increpar al presidente respecto a si tenía alguna observación con esa postulación.

CAP se limitó a fijar alguna opinión según la cual «como presidente no debo apoyar o cuestionar a la persona que debe desempeñar esa función. No sería ético, porque me colocaría en posición ventajosa, prefiero que sean ustedes quienes tomen la decisión final».

Comenzó entonces un giro de caras expresivas ante lo que el Dr. Morales Bello solicitó con voz inflexible: «Ledezma por favor, que quede registrado en acta lo siguiente: «Yo sí me opongo a esa candidatura de Escovar Salom, porque esa persona está predispuesta contra usted, presidente Pérez, y no dudo que hará todo lo que sea posible, aunque sea indebido, para llevarlo a la cárcel».

Así ocurrieron los hechos en La Casona, aquella mañana cuando iniciaba el mes de febrero del año 1989, contados por Antonio Ledezma, secretario para las relaciones partido-gobierno, actor principal y testigo excepcional de un hecho curioso que pocos años después tendrá un desenlace crucial para la historia política de Venezuela.

[email protected]

@LuisPerozoPadua

Noticias Relacionadas

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional