El 11 de febrero de 2012, hace nueve años, una de las voces más emblemáticas de todos los tiempos se apagó: Whitney Houston fue encontrada sin vida y con ella se iba una historia marcada por el talento pero, también, por la turbulencia de los excesos.
La cantante tenía 48 años y, según la autopsia, fue víctima de una «sobredosis de una sustancia narcótica, medicamentos recetados, una mezcla de otros fármacos y alcohol». Su camino había sido intenso, sometido a la violenta relación con Bobby Brown, al consumo de drogas y al fuego del aplauso.
La víspera de la fatídica noche había sido peculiar. Houston se encontraba en Beverly Hills y estaba previsto que hiciera una presentación en la fiesta previa a la entrega de los Grammy, junto a sus colegas Brandy Norwood y Monica Arnold, siempre alentada por su histórico productor, Clive Davis.
Como si fuera un presagio, el día anterior a su muerte, Houston había encontrado a su hija adentro de la bañadera, ahogándose, y logró salvarla. Así lo reveló un nuevo documental de Showtime, que fue replicado en el Daily Mail.
La situación la alteró y llegó a decirles a sus amigos: «Deben alejarse del agua. Esa agua es mala». Jamás se hubiera imaginado que ese sería su trágico final.
Horas antes del recital, Houston consumió distintas drogas. En su habitación encontraron un polvo blanco, una cuchara quemada con una «sustancia cristalina» y una docena de medicamentos, incluido el ansiolítico Xanax. Los resultados de toxicología mostraron que estaba «agudamente intoxicada con cocaína» al momento de su muerte. De acuerdo con USA Today, la artista llevaba una peluca y dentadura postiza.
Esa noche, Houston entró al baño, abrió el agua y se sumergió dentro hasta que perdió el conocimiento. Murió a las 03:55 de la madrugada, en el cuarto piso del hotel Hilton de Beverly Hills.
Su cuerpo sin vida fue encontrado boca abajo dentro de la bañera con agua por el guardaespaldas de la cantante, según informó CNN. Inmediatamente, sus allegados llamaron a los médicos, pero los intentos por reanimarla no dieron resultado.
Tres años después, la única hija de Houston y Brown, Bobbi Kristina, murió en similares circunstancias: tras ser encontrada inconsciente, sumergida en una bañera, la joven permaneció seis meses internada en coma y con un daño cerebral irreversible que terminó con su vida.
La vida de éxitos y excesos de Whitney Houston
Houston era una de las cantantes más admiradas de todos los tiempos. En la cima de su éxito en las décadas de 1980 y 1990, era la chica dorada de la industria y una de las artistas con mayor venta de discos. Entre sus éxitos destacan «How Will I Know», «Saving All My Love for You» y «I Will Always Love You».
Ganó múltiples premios Grammy, entre ellos Álbum del Año, e incluso participó en películas como El guardaespaldas. Pero al final de su carrera las drogas le pasaron la factura, su voz se volvió rasposa y las ventas de sus discos se desplomaron.
En el Billboard Hot 100 ocupó por siete veces consecutivas el primer lugar, batiendo el récord de Diana Ross & The Supremes y The Beatles. Fue una de las mujeres con mayor éxito discográfico, con 55 millones de discos vendidos.
En 2008, el Libro Guinness declaró a Houston la artista más premiada y popular del planeta. La revista Rolling Stones, a su vez, la ubicó en la lista de los 100 cantantes más importantes de todos los tiempos.
Tras un período de declinación en 2000 debido a durísimos contratiempos personales y causas legales contra su exmarido Bobby Brown, en agosto 2009 salió un último álbum de la artista llamado I look to you.
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