Los países de la región pueden intentar cerrar sus fronteras, establecer restricciones y criminalizar a los migrantes y refugiados venezolanos, pero esas medidas solo causarán más sufrimiento a quienes huyen de la devastadora crisis causada por el chavismo.
Elisa Trotta Gamus, embajadora de Venezuela ante Argentina designada por la Asamblea Nacional, así lo afirmó en entrevista con El Nacional.
Hace apenas unos días un hombre corría desesperado con un niño de dos años de edad en los brazos en Colchane, Chile. El menor se había desmayado. Sus padres llegaron el día anterior a esa localidad después de caminar durante dos horas desde Pisiga, en Bolivia.
Pasaron la noche a la intemperie, con frío y sin alimentos.
«Esto es algo horrible. De verdad que no sé, no tengo palabras, mil disculpas también porque sabemos que nosotros estamos invadiendo espacios que no deberíamos, pero la necesidad es lo que nos obliga», dijo el padre casi sin contener el llanto.
Trotta señaló que el gobierno encargado de Juan Guaidó, como lo han reconocido decenas de países, la comunidad internacional y la región tienen el gran desafío de entender por qué sucede lo que está ocurriendo con los migrantes y refugiados venezolanos.
Tanto Chile como Bolivia reforzaron la presencia militar en sus fronteras ante la llegada masiva de venezolanos.
«Nunca imaginamos que llegaríamos a una crisis de esta magnitud. Los estudios y los números lamentablemente demuestran que este año, de no haber un cambio político en Venezuela, podemos llegar a más de 8 millones de migrantes y refugiados venezolanos».
Salida de Maduro: única solución para los venezolanos
Resaltó que la única solución real y sustentable tiene que ver con la salida de Nicolás Maduro del poder. Esto, más allá de las soluciones paliativas que con buena voluntad intentan promover algunos gobiernos, como es el caso de Argentina.
La condición: «que la dictadura deje de regir en Venezuela y podamos trabajar para frenar esta emergencia humanitaria compleja en nuestro país; la persecución política que viven no solo los periodistas, los medios de comunicación y los políticos, sino los ciudadanos comunes, de a pie».
Esta situación, expresó la diplomática, debe entenderse porque representa además una amenaza para la región. Por esta razón, pidió a los países recordar el comportamiento histórico que tuvo Venezuela con relación a los migrantes de otros países; el de una política de puertas abiertas y de colaborar políticamente para poner fin a las crisis.
«No esperamos nada más que eso, no por retribución sino por una condición de humanidad. Muchas veces hablamos de las distintas soluciones, de los tratados y de los acuerdos, pero lo que tienen que recordar los gobiernos que quieren ayudar es que cada día que pasa estamos poniendo en riesgo a miles de venezolanos».
Pero ¿se pueden alcanzar los mecanismos para lograr este mismo año la transición política en Venezuela y evitar un escenario de mayor tragedia? Para Trotta siempre es posible.
Puntualizó que se deben evaluar la presión interna y externa en conjunto para que el régimen de Maduro finalmente entienda que su tiempo en el poder terminó.
Sin reconocimiento y con desafíos
La embajadora, a la que el gobierno de Alberto Fernández retiró sus credenciales en enero de 2020, aseguró que en la embajada de Venezuela en Argentina continúan trabajando de la misma manera en la que comenzaron a hacerlo el primer día.
Sin recursos, con gran voluntad y con el apoyo de venezolanos y organizaciones que entienden cuáles son las necesidades de libertad y de la condiciones en las que están viviendo los ciudadanos que han emigrado de su país.
«Después del desconocimiento que tuvimos por el actual gobierno argentino, esta tarea se complejizó aún más, pero ese desafío nos hizo más fuertes. El año pasado pudimos demostrar la importancia del trabajo en conjunto. Siempre hemos hablado de solidaridad y de empujar todos el mismo carro, y justamente eso fue lo que hicimos», manifestó.
«Nos orientamos a conseguir una solución definitiva para nuestro país y con ello lograr que regresen tantos millones de hermanos que han tenido que emigrar. Sabemos que están dispuestos a volver y a ayudarnos en situaciones difíciles mientras están lejos de su hogar. En estos momentos la diáspora venezolana, que además significa la segunda mayor del mundo y la más grande en la región, es consciente de todo eso», agregó.
En Argentina, indicó Trotta, hay alrededor de 220.000 venezolanos.
Manifestó que desde la embajada de Venezuela en Argentina han brindado contención, orientación y solución a problemas específicos de forma directa o derivadas.
«No ejercemos una diplomacia tradicional, esa es una realidad. Hemos trabajado desde el principio con las uñas, acompañados de voluntarios que tienen el mismo amor y la misma fuerza para sacar a nuestro país adelante. Entendiendo que el tiempo para nosotros no es eterno en la necesidad de actuar; de actuar ahora y de hacerle entender eso a los países receptores y a los países con los que nos relacionamos», señaló.
Oposición en una encrucijada
Pero muchos venezolanos que hace dos años expresaron apoyo a cuando juró asumir las competencias del Ejecutivo comenzaron a manifestar su frustración. Con el apoyo de una oposición que dice ser disidente, y en la que están metidos varios dirigentes acusados de irregularidades, pareciera que Maduro se afianza en el poder, desesperado por legitimidad.
Trotta resaltó que la transición política involucra a todos los venezolanos, y no solo a Guaidó. Aseguró entender la frustración y el dolor de los ciudadanos luego de que hayan transcurrido 21 años y no se logre el cambio.
«Hemos apostado por tantas oportunidades. Pero les aseguramos que todo el equipo del gobierno interino, empezando por el presidente Guaidó, quien además ha arriesgado su vida, la de su familia, día a día, a cambio de luchar y recuperar a Venezuela, no descansamos y no vamos a descansar en nuestro intento hasta que lo logremos», dijo.
«Sabemos que la situación es cada vez más compleja, que además el régimen emite mensajes con la idea de confundir a la población, de enfrentarlos con los verdaderos actores democráticos, y uno no puede pedirle paciencia a los venezolanos porque si hay algo que nosotros hemos tenido es paciencia», añadió.
La embajadora, sin embargo, pidió a los venezolanos que acompañen la iniciativa de Guaidó y de las fuerzas democráticas venezolanas porque, afirmó, mientras haya más unión habrá más posibilidades de lograr la salida de Maduro del poder.
«Esto se ha demostrado en el pasado, esto no es algo que nosotros solo creemos o decimos. Siempre hemos demostrado que con la unidad podemos lograr verdaderos cambios y tenemos que confiar en el trabajo político, diplomático y humanitario que venimos haciendo», subrayó.
En los próximos meses se esperan las convocatorias a unas elecciones regionales. Algunos sectores de la oposición han coqueteado con la posibilidad de participar, a pesar de que no lo hicieron en los comicios legislativos, altamente cuestionados, que desarrolló el régimen en diciembre del año pasado.
De alguna manera, se deduce una mayor fractura dentro de la oposición venezolana que, además, contrariaría el llamado a abstención que se ha promovido en esas filas en los últimos procesos que se han realizado en el país por considerar que no existen garantías.
Varios dirigentes, ahora, volvieron a exigirlas para participar, con libertad, transparencia y democracia, y con un nuevo Consejo Nacional Electoral. Esto ocurre cuando el parlamento chavista comenzó a promover un nuevo proceso de negociación y con la sorpresiva visita de una delegación enviada por el Reino de Noruega a Venezuela.
Sobre este punto, la diplomática dijo que no le corresponde emitir su opinión. Alegó que es una funcionaria del gobierno interino de Guaidó y no un actor político ni decisorio en lo concerniente con la política nacional.
«Así puedo decir, como hemos venido haciendo y continuaremos haciendo: apoyaremos todas las decisiones que desde el gobierno interino se tomen y se anuncien además cuando se tengan que anunciar», finalizó.
@Luisdejesus_
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