El pasado 26 de enero, Nicolás Maduro designó a la almirante Carmen Meléndez como vicepresidenta de gobierno sectorial para la seguridad ciudadana.
En este nuevo cargo, la también ministra de Interiores, Justicia y Paz, según palabras del propio Maduro, tendrá entre sus funciones “la seguridad ciudadana, la paz, el combate al delito, el sistema penitenciario, la justicia y la verdad”.
Es la primera vez en los 22 años del régimen chavista que se crea una Vicepresidencia para la Seguridad Ciudadana, a pesar de ser este uno de los más graves problemas que vivimos en Venezuela.
Según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal de México, una organización que elabora un informe con las 50 ciudades más peligrosas del mundo para dar un toque de atención a sus gobiernos sobre la violencia urbana, en un estudio elaborado en el año 2018 estableció que las ciudades venezolanas Caracas, Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar se encontraban, para esa fecha, entre las 10 ciudades más peligrosas del mundo.
Esto a pesar de que el 13 de febrero de 2009 se creó la Comisión Nacional para la Reforma Policial (Conarepol), para construir un nuevo modelo policial más eficiente y mejor formado que incluyera las propuestas del pueblo, que teóricamente logró grandes avances de papel, sin embargo, los mismos nunca fueron implementados y los que se lograron aplicar han sido un fracaso absoluto. La Fuerza de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana de Venezuela es uno de ellos.
Igualmente, para dar respuesta a la problemática penitenciaria, en diciembre de 2008 se creó el Consejo Superior Penitenciario, cuyo objetivo sería “diseñar y formular políticas integrales que atiendan de forma estructural la transformación del Sistema Penitenciario”. Esta instancia tampoco tuvo los éxitos esperados, a pesar de haber hecho una serie importante de propuestas, que se quedaron en papel y el olvido.
Gran trabajo le toca a la almirante Meléndez, con este nuevo cargo tendrá que enfrentar el gran desastre que se vive en la seguridad ciudadana del país, en todos sus componentes: prevención del delito, policías, sistema judicial y cárceles.
Es difícil establecer que área de la seguridad ciudadana del país funciona o medio funciona, me atrevo a decir que ninguna, no hay prevención de ningún tipo, las policías son un completo desastre, el sistema judicial no trabaja y las cárceles son depósitos de seres humanos.
Ojalá, la recién nombrada vicepresidenta de seguridad ciudadana le eche una ojeada a las propuestas olvidadas de la Conarepol y el Consejo Superior Penitenciario y trate de aplicarlas en su gestión, que se reúna con los mejores, los que de verdad conozcan del tema, dejando la política de lado, solamente buscando ayudar a darle solución a la crisis.
Le pediría que ponga el ojo en la situación penitenciaria del país y sobre todo en los centros de detención preventiva o calabozos policiales que se han convertido en las nuevas cárceles de esta época. Igualmente atienda a los hombres y mujeres privadas de libertad, que, entre la tuberculosis, desnutrición y retardo procesal, ven sus derechos humanos vulnerados, sin que ninguna autoridad que les preste ayuda, ni a ellos, ni a sus familiares.
La seguridad ciudadana es un problema de Estado y como tal debe ser tratado, esperamos que esta recién creada vicepresidencia lo haga, de lo contrario será otro organismo más de la burocracia venezolana ineficiente y corrupta.
@cnietopalma
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