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A 13 años de su muerte: cómo fueron los últimos días de Heath Ledger

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«La gente no me daba la oportunidad de ser otra cosa más que el ‘galán teñido de rubio’, y me empecé a aburrir, sentía que mi carrera se me estaba yendo de las manos y que otras personas estaban tomando decisiones por mí. Entonces, elegí de algún modo destruir esa carrera para empezar de cero uno nueva», se puede leer en Heath, la reveladora biografía de Heath Ledger escrita por la periodista Janet Fife-Yeomans. Lo cierto es que ese giro de timón que dio el actor australiano, quien murió el 22 de enero de 2008 en Manhattan a los 28 años de edad por una sobredosis accidental de pastillas, se comenzó a percibir luego de que dejara atrás al ídolo teen nacido con 10 cosas que odio de ti para convertirse en un intérprete versátil y extraordinario.

Ese apetito por reescribir su historia quedó plasmado en fotogramas memorables, como el de Sonny y su mirada impertérrita en Cambio de vida; la sonrisa desplegada de William en Corazón de caballero; Ennis fumando en la ventana en Secreto en la montaña; y el Guasón caminando errante a la salida de un hospital en llamas en Batman: el caballero de la noche.

«Heath amaba la creación», dijo su hermana mayor Kate, quien emocionó a todos en 2009 cuando, junto a sus padres Kim y Sally, subió a recibir el Oscar póstumo que Ledger obtuvo por su interpretación en la película de Christopher Nolan. Además de ser un actor enorme de talento trunco, el joven australiano era un artista multidisciplinario que amaba el dibujo, la dirección y la fotografía. Su devoción por los proyectos que lo apasionaban se retrata en el documental I Am Heath Ledger, dirigido por Adrian Buitehuis y Derik Murray, donde familiares y amigos brindaron su testimonio sin censurarse.

De un lado se encontraba el Ledger carismático y algo infantil que no quería ser reducido a estereotipos, una persona luminosa e inspiradora para su entorno y eventualmente para su hija, Matilda. Del otro, sin embargo, había un individuo que acarreaba una tristeza que tenía diversos orígenes, incluso uno de índole familiar, que fue apagando esa llama de manera paulatina.

Una mente indetenible

«Desde que empecé mi relación con él que le costaba dormir, su mente no paraba de pensar, y siempre lo encontraba despierto por las noches», declaró en una ocasión Michelle Williams, a quien Ledger conoció en 2004 en el rodaje de Secreto en la montaña, y de quien se separó en 2007, dos años después del nacimiento de Matilda. Las palabras de Williams son muy similares a las de muchos familiares y amigos del actor quien, al ser avasallado por su enorme popularidad, no supo cómo manejarla, y el insomnio comenzó a ser el primer síntoma de la ansiedad y la depresión que no le daban tregua.

Kate también le contó a la revista People cómo notó al actor en las semanas previas a su fallecimiento, cuando hablaban por teléfono. «Sabía que estaba tomando medicación, y siempre me aseguraba de que no estuviera mezclando las pastillas. Él me decía ‘tranquila, Katie, sé lo que hago», reveló su hermana. Asimismo, detalló que en la última charla no lo notó mal anímicamente como sí en otras oportunidades. «Yo estaba cocinando y nos reíamos, hasta que me dijo que se tenía que ir y yo le dije que lo quería. Eso fue todo. Fue devastador», expresó Kate, una de las primeras en percibir cómo su hermano no hallaba el modo de ponerle fin a los malos y ominosos pensamientos, la mayoría de los cuales se fueron con él.

https://www.youtube.com/watch?v=S7N6kB11GpE

Mientras se encontraba en pleno rodaje de El imaginario mundo del doctor Parnassus de Terry Gilliam, filme que Ledger no llegó a completar, sus problemas se fueron agudizando. Gerry Grennell, coach vocal y amigo del actor, compartía por entonces un departamento con él y describió cómo era su estado general. «Lo escuchaba caminando por las noches sin rumbo, y me levantaba para decirle que descansara, que el próximo día tenía que trabajar, pero él me decía que no hallaba la manera de dormirse». Para Grennell, la separación de Williams y el estar distanciado de Matilda lo afectaron profundamente. «Extrañaba a su chica, extrañaba a su familia, quería desesperadamente sostener a su hija y jugar con ella, era una persona infeliz, estaba extremadamente triste», expresó su amigo quien, como tantos otros, aseveró que Ledger también estaba atravesando un cuadro de neumonía.

Williams relató en una oportunidad que a Ledger le costaba desconectarse de esa vida en el centro de los reflectores. «Era una persona muy vulnerable, y realmente no le gustaba ser un gran estrella», añadió. Por otro lado, sus amigos siempre lo calificaron como «un hombre sensible», cuyas emociones fluctuaban constantemente. «Me decía que tomaba pastillas para dormir pero que no le servían, que se sentía peor, que nada lo ayudaba para combatir la tristeza de estar alejado de Matilda, pero que al mismo tiempo no podía parar de tomarlas», señaló Grennell sobre el último tramo de la vida de Ledger.

El mito del Guasón y sus últimas horas

La entrega absoluta de Ledger a crear una versión del Guasón completamente indeleble fue asociada a su depresión posterior y al no poder detener su mente. Sin embargo, a pesar de que sus compañeros de elenco declararon verlo muy compenetrado en su interpretación, su familia desmintió que eso le haya generado un malestar. Por el contrario, según su hermana, en ese rodaje fue muy feliz. De hecho, hay un diario que documenta cómo su preparación para el rol despertaba su costado artístico. De todos modos, Kate sí reconoció que se presionaba mucho con cada proyecto. «A veces su cuerpo le avisaba que tenía que parar, pero él seguía adelante, tomaba tranquilizantes creyendo que con eso iba a poder continuar, y yo siempre le advertía de los peligros», remarcó.

Su padre, Kim Ledger, declaró que la muerte de su hijo fue devastadora pero que solo él fue el responsable. Además, negó, como toda la familia, la versión de que el actor se suicidó. «No, jamás lo hubiese hecho», dijo su papá a la prensa, tajante. «Él fue quien se puso esas pastillas en su sistema y nadie tiene la culpa, pero lo hizo pensando en que lo tenía bajo control, como le explicaba a su hermana, pero, pobrecito, no era así», expresó conmovido.

Asimismo, la familia de Ledger tenía antecedentes de enfermedades psiquiátricas. De hecho, sus hermanos vieron en él rasgos de su abuelo Colin, un hombre quien también era muy sensible, y presentaba cambios de humor. Muchas veces, «se sentaba a llorar sin razón aparente» y se lo notaba débil. Por otro lado, su tío, Haydn, era bipolar. De todas maneras, nunca se supo a ciencia cierta qué generó esos trastornos en Ledger que lo llevaron a automedicarse.

El actor fue encontrado inconsciente en su cama por su ama de llaves y su masajista. Al notar que no respiraba, llamaron a los médicos, pero no pudieron reanimarlo. Una intoxicación aguda de medicamentos que tomaba para sus estados de ansiedad, insomnio y depresión le ocasionaron la muerte.

«Cada vez que lo extraño y me preguntó a qué lugar se ha ido, simplemente la miro a ella», declaró Michelle Williams sobre el parecido de Matilda -quien cumplió 15 años- y su papá. «Siempre le digo a mi hija: ‘Tu papá me amó cuando nadie pensaba que yo era talentosa o linda, o que tenía buena ropa», contó la actriz en diálogo con Vanity Fair.

Frágil. Creativo. Transparente. Un artista que le brindaba a sus personajes gestos frugales de gran pureza tan memorables que es imposible no recordarlo cada 22 de enero. «A veces creo que a los demás les gusta etiquetarme, o elegir un adjetivo que resuma como soy, pero hay muchas historias dentro de mí, y hay mucho que quiero lograr: cosas que no se parezcan entre sí», dijo una vez Ledger. Esa ductilidad, cristalizada en una filmografía breve, persiste, se evoca, y late en secuencias que son, a esta altura, inextinguibles.

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