El Diccionario de la Real Academia presenta cinco entradas para el término educación, y contempla en ellas el aspecto moral, intelectual, emocional y político. Así podemos resumir que define la educación como: dirigir, encaminar,doctrinar; desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño; enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía; desarrollar las fuerzas físicas por medio del ejercicio; perfeccionar o afinar los sentidos, educar el gusto, el oído, la inteligencia, la voluntad. Todos estos aspectos han sido ignorados por este régimen; sin embargo, son capacidades del ser humano que fueron consideradas siempre en el discurso de una de las personalidades más destacadas del largo historial educativo y político de nuestro país: Luis Beltrán Prieto Figueroa, el maestro.
Al doctor Prieto Figueroa se le recuerda con admiración y un inmenso cariño. Ser humano de una irrefutable probidad, fue un líder político, gremial e intelectual de grandes quilates. Un luchador insigne, socialdemócrata, cofundador de Acción Democrática, fundador del MEP, partido que, por estos años, ha sido secuestrado por el régimen para justificar la adhesión de la oposición a sus juegos electorales manipulando, ciertamente, el legado histórico de un personaje importante en este país.
Polémico, fundador y combativo integrante de la Federación Venezolana de Maestros, cumplió estelares responsabilidades de gobierno, dejando una enorme huella tanto en el parlamento como en la educación. La tesis del Estado Docente que ya cumplió en el siglo XX todo lo que podía, exitosamente, lo tuvo por uno de sus autores y propulsores en el país. El radical éxito del sistema educativo venezolano, entre 1958 y 1998, dista ahora muy lejos de ser alcanzado.
Este 15 de enero, celebramos el tradicional Día del Maestro, aunque el régimen quiera llamarlo como le dé la gana y busque darle una connotación desvergonzada a sus fracasos educativos. ¿Qué diría hoy, don Luis Beltrán de la situación educativa en la que nos encontramos? ¿La des-alfabetización y des-escolarización tan masiva a la que me hemos llegado? ¿Las condiciones de vida del educador que tiene un salario indignante, si es que lo tiene? Estas interrogantes nos las hacemos tratando de buscar la causa del ensañamiento contra la educación venezolana.
Como anillo al dedo, el covid-19 ha servido como un pretexto vulgar y silvestre a Nicolás Maduro y Aristóbulo Istúriz (quien parece le gusta ser un ex: ex-adeco, ex-mepista, ex-Causa R, ex-maestro), para tratar de justificar un fracaso tan monumental, en medio de una espiral de corruptelas. Se nos parte el alma, cuando vemos que millones de niños venezolanos ya no van a clases ni siquiera virtuales, porque en casa no existe el teléfono, ni por Cantv ―destruida por este régimen―, ni por otras compañías de telefonía celular por el alto costo que implica, ni tienen el vaso de leche escolar que marcó un hito en el continente latinoamericano. Demasiados oportunistas los trepadores sociales y políticos de esta hora, buscarán –acaso– hacer un breve homenaje a don Luis Beltrán, pero no le mirarán los ojos al ilustre margariteño fotografiado.
Celebrar los fracasos es algo cotidiano para el régimen, es mostrar una ventana desde su miope óptica, es mostrar un supuesto control, donde ni ellos tienen la capacidad de hacerlo. Pero en la realidad nada es eterno y todo cambia, como en algún momento pasará en nuestra historia y volveremos a retomar el camino donde la educación será uno de los principales pilares y los maestros los principales hacedores de un mejor país. Todos los maestros están a la espera de una Venezuela nueva y libre, pues aún están resistiendo, insistiendo y persistiendo con las ideas de una formación moral, intelectual, emocional y política de altura para todos los venezolanos.
@freddyamarcano
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