Aunque la vacuna contra el nuevo coronavirus (el primer proyecto aprobado fue el desarrollado por los laboratorios de Pfizer y BioNtech) sea uno de los temas más comentados, los rostros detrás de la investigación no han tenido tanta relevancia.
Katalin Karikó es una investigadora húngara que actualmente reside en Estados Unidos.
Los esfuerzos de toda su carrera son la base de la vacuna contra la covid-19.
Inicios
Según informó el medio France 24, Karikó, de 65 años de edad, nació en la ciudad de Szolnok, ubicada en el centro de Hungría.
A los 23 años comenzó a explorar su pasión por la ciencia. Por ello, estudió biología en el Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad de Szeged, en su país natal. En la misma institución también realizó estudios doctorales en bioquímica.
Desde ese momento su objeto de investigación ya estaba definido: el uso del ARN mensajero en la creación de curas y tratamientos para diferentes enfermedades.
En 1985 se mudó a Estados Unidos para realizar un postdoctorado en la Universidad de Temple, en Filadelfia. Pero enfrentó varios obstáculos para viajar con su esposo y su hijo de dos años. Es más: hasta se vio obligada a vender el carro familiar en el mercado negro, según le comentó al medio Business Insider.
«Enfrentó varios obstáculos para viajar con su esposo y su hijo, de dos años, pues hasta se vio obligada a vender el carro de la familia en el mercado negro»
La científica lleva más de 40 años estudiando las propiedades del ARN mensajero, por lo que la comunidad científica la ha bautizado como «la madre» de la vacuna contra el nuevo coronavirus.
¿Qué es el ARN mensajero?
La Universidad Internacional de Valencia, España, define al ARN mensajero como un tipo de ácido nucléico que facilita la síntesis de proteínas.
Según explican los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), las vacunas, que se desarrollan con un enfoque en el ARN mensajero. “L¿es enseñan a nuestras células a producir una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria en el organismo. Esto produce anticuerpos, por lo que nos protege cuando el virus real ingresa a nuestro organismo”.
Cabe resaltar que con el ARN mensajero se pueden desarrollar vacunas para diferentes enfermedades, no solo para el nuevo coronavirus.
Las vacunas contra covid-19, como la de Pfizer y BioNtech o la de Moderna, utilizan este método. Estas empezaron a circular en varios países luego de su aprobación.
Vale resaltar que, en los inicios, la idea de utilizar el ARN mensajero no tuvo la misma acogida por parte de los colegas de Karikó, quien tuvo problemas para conseguir financiación en su proyecto de investigación.
“Recibía una carta de rechazo tras otra de instituciones y compañías farmacéuticas cuando les pedía dinero para desarrollar esta idea”. Así lo manifestó la científica al medio español El País.
El gran hallazgo
En sus estudios Karikó se topó con un problema: cuando el ARN mensajero era inyectado producía inflamación. Sin embargo, en 2005, y con apoyo del científico Drew Weissman, descubrieron que “mediante el uso de un nucleósido ligeramente alterado en la cadena de ARN se solucionaba el problema”, según comentó la científica al diario británico The Telegraph.
Los investigadores publicaron los hallazgos y patentaron su técnica para crear ARN modificado, pero ,según le dijo Karikó a El País, la Universidad de Pensilvania, donde trabajaba en ese entonces, decidió ceder los derechos a la empresa científica Cellscript.
En 2010, la empresa estadounidense Moderna compró la patente, al igual que la compañía alemana BioNtech. Luego, en 2013, esta última contactó a Karikó, quien se convirtió en vicepresidenta de la empresa (cargo que aún mantiene).
En sus redes sociales la científica húngara compartió que tanto ella como Weissman se aplicaron una dosis del biológico de Pfizer y BioNtech. Asimismo, expresó orgullo porque su trabajo fue la base de este éxito científico.
“Estas vacunas nos van a sacar de esta pandemia. Entre junio y agosto del 2021 probablemente podremos volver a la playa, a la vida normal”, concluyó Karikó en su declaración para El País.
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