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Resistencia frente a la adversidad

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Nicolás expresó, en su mensaje grabado de Año Nuevo, un discurso muy parecido al de la oposición. En una “proyección” evidente que en psicología es poner en los demás los deseos o los actos que quisiera realizar el sujeto; habló como si fuera Guaidó, los logros obtenidos por los otros son los de él, reprochó las malas acciones y dijo lo que los dirigentes de los partidos políticos intervenidos hubieran dicho. Es decir, él no es él sino el otro.

La cadena se inició refiriendo un supuesto derecho a la información veraz, el cual es inexistente al tener periódicos restringidos o eliminados por el control del papel, por bloqueos a las páginas de Internet o la eliminación de las empresas de radiales. Esa supuesta veracidad fue la piedra en el zapato de Caldera cuando incluyó ese concepto en su proyecto de Constitución, ya que toda información es parcial y parcializada. Si el gobierno fuera sincero debería iniciar sus alocuciones con “esta es nuestra versión de los hechos” o “esta es nuestra visión”, pero es mucho pedir. Lo que ellos dicen es la verdad, sin duda.

Lo que yo escuché fue depurado por la realidad que veo a mi alrededor y es diferente a la del discurso, por lo que pongo entre guiones mi percepción. Aclaro, lo que oí es distinto a lo que entendí.

Manifestó en su discurso su apoyo a todas las mujeres que resistieron –a su gobierno–, al pueblo venezolano por su valentía –de salir a las calles a buscar la comida y aguantar a los policías matraqueros (corruptos)–. Su balance como una gran familia –la que ocupa los cargos en todos los niveles del régimen–, y que todo lo vivido en este 2020 ha sido una proeza –con la hiperinflación causada por sus nefastas políticas–.

Cuando dijo que Venezuela se ubicó en el modelo de vanguardia de la defensa de la vida del pueblo me generó un corto circuito, me imaginé a los habitantes de Güiria muriendo en el mar huyendo del mencionado modelo. La poderosa misión médica –esa misma que no tiene medicinas, instrumentos ni aparatos– y que, gracias al aporte de trescientos dólares aprobado por la Asamblea Nacional, ayudó a mantener en sus puestos de trabajo al personal del sector salud, porque el gobierno no les dio aumento de sueldos, materiales de bioseguridad ni invirtió en los hospitales.

El mensaje cumplió con el reconocimiento a la Fuerza Armada por mantenerlo en el poder, sin ella no sería nadie, sin legitimidad y apoyo del pueblo es imposible gobernar. Se refirió a un bloqueo –inexistente– y a sanciones criminales, le faltó agregar que estas son personalísimas, y que se implementaron en contra de funcionarios corruptos y a torturadores reconocidos.

El colmo fue haber dicho que somos uno de los países con más baja letalidad del covid-19 –con sus estadísticas dudosas–; cuando cualquier médico que trabaje en instituciones públicas o privadas ve crecer la cantidad de enfermos a los que no se les hace la prueba respectiva, que no entran en los registros, de gente que les huye a los centros de salud por ser el principal lugar de contaminación. Me tuve que reír al oír que la letalidad es menor a 1% y que la recuperación roza el 96%, pues es inexplicable ese 4% que no se recupera, debe ser que se mueren sin ser considerados para la mortalidad. Por lo pronto, quedamos amenazados con una vacunación masiva dentro de unos meses.

Testimonió el nivel de crueldad nunca visto –del gobierno que dirige Nicolás–, se quejó de las sanciones “en contra de nosotros”. El robo por otros de los activos de la República en el exterior –siendo ellos los únicos que pueden expoliar el erario nacional–. El bloqueo a las fuentes de ingreso de Pdvsa los perjudica, y que ha sido un acto de heroísmo mantener la revolución. Reconoció que los ha perjudicado esas medidas –reconocieron que han logrado un efecto y disminuido 99 % de los ingresos–. Lo que no dice es que el supuesto Estado de Bienestar estaba quebrado desde antes.

Aseveró que se puede distribuir la riqueza nacional con sentido de justicia e igualdad, lo cual me resultó extraño cuando pensé en las colas en búsqueda de gas, las señoras cocinando con leña, la comida dañándose en las neveras sin electricidad. También, cuando se refirió a una educación pública, gratuita y de calidad –tenemos universidades cerradas, los alumnos sin Internet o energía, y los colegios y liceos sin maestros y profesores por falta de gasolina y transporte público–.

Cuando habló del modelo ejemplar de derechos y que somos el pueblo de las dificultades –generadas por esta manera criminal de gobernar–; que cada caja CLAP –sin el pernil ofrecido–; es parte de la épica de realizar mucho con poco gracias a la fórmula de la unión cívico militar policial –y siempre represiva–.

Contamos que se cumpla el ofrecimiento de un nuevo ciclo político que se inicia en este 2021, y que se vayan todos estos chavistas que tanto daño infligen a nuestro país. Lo malo es que tiene varios años ofreciendo momentos trascendentes en nuestra historia, como cuando ofreció sorpresas económicas en 2020.

El título de este artículo es parte del discurso de Nicolás, igual lo pudo decir la oposición, un corte y pega idéntico al que él nos tiene acostumbrado.

@rangelrachadell

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