El presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar (Apusb), William Anseume, destacó este domingo la cantidad de obstáculos laborales que enfrenta el sector académico este nuevo año.
«La problemática laboral debe ser atendida ya y con suficiencia, sino no habrá clases. Es lógico. Ningún académico, ningún profesor, ningún maestro va a dar clases por dos o cinco dólares mensuales que es el sueldo básico actual en sus diferentes escalas, ninguno», adelantó Anseume.
Afirmó que es humillante trabajar sin compensación. «Es un ataque permanente a los derechos laborales y humanos de quienes nos desempeñamos en la academia en la docencia y de los empleados y obreros educativos».
Resaltó que este primero de enero cumplió dos años de vencida la última Convención Colectiva de los universitarios. Un instrumento legal-laboral «que se inventó este régimen para coartar los alcances logrados anteriormente con otros instrumentos como las Normas de Homologación universitarias».
Anseume recordó que esta normativa contemplaba la entrega de los espacios universitarios, vincular las instituciones educativas con la Fuerza Armada, y convertir a las universidades en productoras y expendedoras de alimentos y otras mercancías.
«Esto mientras se abandona por completo el asunto de los sueldos y se desprecia totalmente la protección social. En este momento los universitarios no contamos con protección debida en salud, ni siquiera con un entierro digno, porque el Sismeu que se inventaron supuestamente para atender esas necesidades ni a entelequia llega. Ese adefesio no existe», dijo.
«Así que deben olvidarse, el régimen y también algunas autoridades y sus Consejos de programar actividades, no se sabe si en apoyo a la tiranía, en connivencia con ella, o de puro miedo a su accionar. Aquí más nadie va a estar subsidiándole la educación con su trabajo a estos genocidas. Hay que enfrentarlos duramente», aseveró.
Propuso que se destine, como en la antigua ley, una alícuota del presupuesto nacional a las universidades, que los impuestos de la menguada empresa privada vayan a la universidad, «e insistir, como insistiremos, en una ayuda humanitaria internacional para nuestra educación, con la Unesco y otros entres multilaterales».
«Este régimen destruyó la educación. Tenemos que enfrentarlo con las herramientas que tenemos porque si no de las universidades y otros centros educativos no quedará ni el recuerdo. Lo peor que podemos hacer es aceptar sus condiciones deplorables, bajar la cabeza ante quienes oprimen también al sector educativo nacional. Debemos dar la cara, como históricamente ha ocurrido en la universidad venezolana y en otros niveles en abierta lucha contra el despotismo», concluyó el dirigente gremial.
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