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Las Vinotinto sueñan en Tenerife con ganar la Champions

Por EFE
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No son las primeras en cruzar el Atlántico por un sueño pero sí representan a toda una generación que fantasea con llevar a la Vinotinto a lo más alto del fútbol mundial. Después de que Deyna Castellanos se convirtiera en la primera venezolana en marcar un gol en la Champions, el siguiente paso es levantar el trofeo. Algo que solo llegará con trabajo duro.

Nayluisa Cáceres (1999), Yerliane Moreno, Wilmary Argüelles (2001) y Andrea Zeolla (2002), pusieron rumbo a España con la intención de completar aquí su etapa de formación pero, para su sorpresa, recalaron en un lugar tan similar a Venezuela que parece que todavía no se hayan marchado.

Estas cuatro jugadoras de la Vinotinto ficharon por la UDG Tenerife Egatesa, el único equipo de Primera Iberdrola de las Islas Canarias, un lugar “acogedor en el que vive gente muy cálida”, que les recuerda a su país y les hace “sentir tranquilidad” porque el parecido entre los dos sitios es considerable.

La aventura de las Vinotinto

Los casi seis mil kilómetros que separan el archipiélago y “la novena isla” se han quedado en casi nada gracias a que viven juntas y a que la gastronomía, el clima y el ambiente les resulta familiar, pero la aventura también ha sido complicada.

Al igual que algunas de sus paisanas, estas futbolistas han sido pioneras porque pertenecen a las primeras generaciones que han salido del país al haber encontrado en este viaje una vía rápida para convertirse en futbolistas profesionales.

“La mayoría de jugadoras que ha salido ha necesitado mucha constancia y trabajo duro, yo soy una de ellas, mi familia no tenía muchos recursos y me tocó sacrificar muchas cosas”, ha contado en declaraciones a EFE Yerliane Moreno, la Pantera.

Moreno llegó este verano al Granadilla sabiendo que no iba a ser fácil y aún así se sorprendió por la exigencia de los primeros entrenamientos: “Por la pandemia no pude entrenar en Venezuela, llegué aquí y me tocaba sesión por la mañana y por la tarde, a veces llegaba a casa sin fuerzas, con ganas de llorar y de regresarme”.

Al igual que su compañera, Wilmary Argüelles también ha tenido momentos complicados en la isla porque añora a su familia. Llegó en enero con intenciones de comerse el mundo, pero la pandemia paralizó las competiciones y desde entonces no ha podido visitar a los suyos.

“Estar lejos de mi gente es muy duro, es la primera vez que me separo”, ha dicho la delantera, que no es capaz de terminar la frase porque se emociona al pensar que estas serán sus primeras navidades fuera.

Vinotinto

“Estar lejos de mi gente es muy duro, es la primera vez que me separo”, dijo Wilmary Arguelles

Por su parte, Andrea Zeolla aterrizó este verano tras un periplo en Italia, país que eligió por sus lazos familiares y porque fue la selección azzurra la que en 2006 le destapó su pasión por el fútbol al levantar la Copa del Mundo en Alemania.

La conocida como “Niña maravilla” por la extraordinaria defensa que ella comandó en el sudamericano de 2019 partió en 2016, con 14 años de edad, al Sanniti Calcio Campobasso (Molise), donde jugó en un equipo masculino.

Nayluisa fue la pionera

La primera en llegar y la más mayor de estas cuatro deportistas es Nayluisa Cáceres. Su pasión por la pelota empezó desde muy pequeña y como Zeolla y prácticamente todas las jugadoras que ahora militan en la élite, empezó entrenando con niños.

En sus inicios, algunos familiares tuvieron dudas sobre si este deporte pensado para hombres era el mejor pasatiempo para ella, pero gracias a que su madre siempre confió y a que se considera “una persona que nunca deja de luchar por lo que quiere”, eligió el fútbol.

“Desde pequeña he sido así, llegó un momento en el que deseé tanto este deporte que me atreví a dar el salto”, ha contado la guardameta, que en 2016 se fue a Ecuador y en 2018 llegó al Granadilla, una decisión que estuvo impulsada porque “el fútbol europeo es más técnico y está mucho mejor estructurado”.

Cácares ha servido como faro a Argüelles, Moreno y Zeolla, que han contado con su apoyo en todo momento porque esta les ha enseñado “cómo son las cosas en Tenerife y les ha ayudado “a entrar en el grupo”.

Estas cuatro futbolistas tienen ficha en la UDG Tenerife B de la competición Reto Iberdrola, pero habitualmente realizan entrenamientos con el primer equipo y de hecho, Cáceres y Moreno ya se han estrenado.

“Debuté en los primeros partidos con el A y aporté lo que sé hacer en la cancha”, ha señalado la Pantera, que se siente “feliz por pertenecer a un club que ha conseguido estar por delante del Barça, el Atlético de Madrid y el Real Madrid”.

A estas cuatro jugadoras falta sumar una quinta, Enyer Higuera, otra delantera que fue anunciada el pasado julio y que también ha formado parte de las selecciones de categorías inferiores de Venezuela.

“Hablamos con ella, está entrenando y está súper concentrada, con muchas ganas de venir, esperamos que llegue lo más pronto posible porque sabemos que su estilo de juego y su calidad nos van a ser muy útiles aquí”, ha subrayado Zeolla.

“Si en Venezuela no conocían al Granadilla ya lo conocen, hemos venido aquí, somos cuatro y falta una compañera más, hay una partecita del país que está pendiente y que nos quiere ver ganando siempre”, ha añadido Cáceres.

La Vinotinto calienta en España

El fútbol femenino en Venezuela está en auge. En los últimos 10 años la selección nacional ha conseguido cuatro medallas y dos cuartos puestos en campeonatos sudamericanos de formación. Algo impensable ya que su último logro había sido una medalla de oro en 1991. Tras dos décadas sin éxitos, han aparecido varias generaciones que hacen que el país sueñe a lo grande con su Vinotinto.

Este salto de calidad ha supuesto que muchas emigren hacia Europa en busca de mejores condiciones económicas y deportivas, algo que viene motivado por el avance de la liga nacional, que si bien tiene sus carencias debido a la situación económica y política del país funciona como vitrina para las deportistas.

En las máximas categorías españolas hay 19 jugadoras venezolanas y la mayoría mantiene un perfil similar- por su juventud- al de las jugadoras de la UDG Tenerife, el club con más representación al agrupar a casi un tercio de las criollas.

De estas, son cinco las que juegan en Primera: Deyna Castellanos (Atlético de Madrid), Oriana Altuve (Real Betis), Lourdes Kika Moreno, Gabriela García y Michelle Romero (Deportivo Abanca), todas habituales en la absoluta que dirige Pamela Conti.

Y eligen la liga española porque se encuentra en un proceso de expansión sin precedentes ya que el número de extranjeras que tienen ficha asciende de forma notable cada curso: alrededor de 70 en 2018, 100 en 2019 y cerca de 150 en 2020.

Una de las más destacadas es sin duda, la atlética Deyna Castellanos, que terminó su etapa universitaria en Estados Unidos y recaló como fichaje estrella en el conjunto rojiblanco.

Lleva cinco goles y cuatro asistencias en la competición nacional y además, el pasado 9 de diciembre, certificó el buen momento del fútbol venezolano anotando el primer tanto de la historia de su país en la Liga de Campeones.

Las granadilleras, que han sido sus compañeras en La Vinotinto, creen que todo lo que está consiguiendo la delantera “es un orgullo para toda Venezuela” y le sitúan como “punto de enfoque” sobre el que trabajar a diario para llegar donde está ella.

En concreto, Zeolla, ha considerado que Castellanos ha abierto “un camino muy importante” y que la siguiente noticia será que una paisana levante el trofeo continental.

El sueño roto del mundial sub-20

Zeolla, Moreno y Argüelles mantenían las esperanzas de dar la sorpresa en el mundial sub-20 tras haber terminado con buenas sensaciones las fases de preparación, no obstante, la pandemia ha suspendido la competición y ellas están destrozadas.

“La selección para nosotras es una responsabilidad, que nos hayan suspendido el mundial es una tristeza muy grande porque hemos venido luchando desde muy lejos, esforzándonos en cada módulo y en cada entrenamiento”, ha contado Argüelles que considera que todo ese trabajo se ha quedado en humo.

Este mundial iba a suponer la despedida de la capitana de la Vinotinto sub-20, Yerliane Moreno y significaba mucho porque en función del resultado se podían ampliar los sueños para la selección absoluta, que a día de hoy ocupa el puesto 55 del ranking FIFA, el más alto de su historia.

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