El Ministerio de Exteriores de Irán aseguró este lunes que el gobierno de Teherán tiene una respuesta ante cualquier escenario, incluida una intervención militar, que plantee Washington en los últimos días del mandato del presidente Donald Trump.
El portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Saíd Jatibzadeh, dijo que como gobierno están preparados para cualquier escenario. «Pensamos en todos los escenarios y tenemos una respuesta para cada situación», informó la agencia local iraní de noticias ISNA.
Jatibzadeh instó asimismo al gobierno saliente de Estados Unidos a que «se abstengan de crear tensiones en los últimos días de su presencia en la Casa Blanca» y aseguró que «cualquier paso erróneo» por parte de ellos «dejará un legado peor para la región».
«Hemos dejado claro y advertido que Estados Unidos es responsable de las consecuencias de cualquier conspiración y acto malicioso» en la región, dijo Jatibzadeh e informó de que Teherán ha dado un mensaje a Washington y los países del golfo Pérsico de advertencia para que «el actual régimen estadounidense no se embarque en una nueva aventura en sus últimos días».
Jatibzadeh aseguró que la República Islámica de Irán nunca ha buscado crear tensiones en la región, pero no duda en defender sus intereses y responsabilizó a Estados Unidos de cualquier tensión y aventura que se cree en la región, al tiempo que expresó su esperanza de que la lógica domine en la Casa Blanca.
El diplomático iraní añadió que Teherán siempre ha seguido una política de buena vecindad y, al contrario que Washington, «nunca ha estado dispuesto a resolver sus diferencias en otra región».
«Estados Unidos con sus acciones rebeldes y traviesas ha convertido a nuestros países vecinos en bases inseguras contra Irán», dijo y agregó que ha pedido a estos últimos que cumplan con su responsabilidad de soberanía ante esto.
«En el marco de un gobierno responsable y de acuerdo con el derecho internacional, no tenemos la mínima duda en defendernos y defender nuestros intereses nacionales», agregó.
El actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tenido duras posturas contra Irán durante su mandato.
Estos últimos días del mandato de Trump incluyen el aniversario del magnicidio estadounidense llevado a cabo el 3 de enero, frente al aeropuerto internacional de Bagdad, contra el comandante de los Guardianes de la Revolución iraní, Qasem Soleimani.
Unos días después de ese atentado que acabo con la vida de Soleimani, el 8 de enero, Irán atacó mediante misiles una base militar estadounidense en Irak, y los Guardianes de la Revolución iraní informaron de que el ataque realizado por su fuerza aérea era un primer paso de la «dura venganza» por el asesinato de su comandante.
A principios de este mes, tras el magnicidio de un relevante científico nuclear iraní, Mohsen Fakhrizadeh, Irán responsabilizó a Estados Unidos e Israel de ese incidente.
Unas semanas más tarde, el 20 de diciembre, la Zona Verde de Bagdad fue atacada con ocho cohetes de tipo Katyusha, causando daños en la embajada estadounidense que, según la legación diplomática, fueron de poca consideración; Estados Unidos acusó a Irán de estar detrás de ese ataque.
Irán condenó ese ataque y lo calificó de «sospechoso» y recomendó a Estados Unidos que no busque agravar la situación en «estos días».
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