El ministro peruano del Interior, Rubén Vargas, renunció este miércoles tras recibir críticas por una reforma policial, convirtiéndose en la primera baja del nuevo gobierno de Francisco Sagasti.
Vargas entregó su carta de renuncia a la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, tras apenas 14 días en el cargo. La oposición parlamentaria y la prensa habían cuestionado al titular de Interior por mandar al retiro al jefe de la policía y a otros 17 generales, como parte de una reforma en la institución.
«Presento ante su despacho mi renuncia inmediata como titular del Ministerio del Interior. Somos totalmente conscientes de que esta gesta por mejorar a nuestra Policía Nacional del Perú no se agota con la designación de un ministro», escribió Vargas en su carta difundida por periodistas en las redes sociales.
Nombramiento
Horas después, el presidente Sagasti tomó juramento a Fernando Aliaga, un jefe policial retirado, como nuevo ministro del Interior.
El Congreso preparaba un pedido de interpelación a Vargas seguido de una eventual moción de censura en los próximos días.
En su misiva, Vargas defendió los ceses de la cúpula policial y resaltó que se hicieron para que la policía recupere la confianza de la ciudadanía.
La renuncia se produce bajo un contexto de malestar entre exjefes militares y policiales, por la forma en que el gobierno pretende reformar a la policía.
Paro policial
A ello se añade el rumor de un paro policial, en rechazo a la medida, y denuncias de corrupción.
Vargas es el sexto ministro del Interior de Perú en lo que va del año 2020, un reflejo de la crisis institucional que atraviesa este país.
El covid-19 ha golpeado notablemente a la policía: más de 500 agentes han muerto y 33.700 se contagiaron, según cifras oficiales.
Sagasti ordenó el 24 de noviembre una reforma policial para lo cual nombró un nuevo jefe en la institución y dio de baja a 18 generales.
Los cambios se presentaron como reacción gubernamental a la violenta represión contra manifestantes que dejó dos jóvenes muertos y más de un centenar de heridos durante las protestas del 14 de noviembre contra el gobierno de Manuel Merino, que duró solo cinco días.
El ministro saliente había asumido la cartera el 19 de noviembre y el presidente Sagasti le había ratificado su confianza el domingo descartando una renuncia.
«No estamos para entradas, salidas, ni juegos de ajedrez en un momento tan crítico por un grupo de oficiales disconformes, la mayoría de los cuales están cuestionados», había dicho el mandatario en entrevista a cuatro canales de televisión.
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