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En mi andadura por Italia… veo que la educación es obligatoria de acuerdo con el articulo 33 de la Constitución en la relación ético social del Estado con los ciudadanos y, a pesar del actual covid-19, no desatienden ese compromiso e implementan un método mixto de didáctica en presencia y a distancia, física y digital, reinventando el significado de la tableta y de la computadora.

Igual de civil y genial es la ruta de unión de proyectos y esfuerzos propuesta por la sociedad civil venezolana con la consulta popular que, entre el 7 y 12 de diciembre próximo, también se realizará de manera mixta: virtual y presencial (donde se pueda).

Según lo explicado por Oscar López, coordinador internacional, y dos miembros del Comité de Organización a nivel mundial, la profesora Isabel Pereira y el ingeniero Horacio Medina, este plebiscito consultivo para venezolanos mayores de 18 años en todo el globo terráqueo no es un proceso electoral, sino una certificación internacional expresa como iniciativa ciudadana tanto de aquellos dentro del país como de los compatriotas de la diáspora.

Con un código asignado a quienes deseen manifestar su voluntad, el régimen no podrá, absolutamente, saber ni el nombre ni la cédula de identidad de la persona que se manifieste. Privacidad y secreto que, sobre todo, los paisanos en suelo patrio requieren para evitar que se repita la tristemente célebre lista Tascón. Para mejor inteligencia del lector, la lista Tascón fue una publicación en Internet de las firmas recolectadas entre los años 2003 y 2004 para solicitar la destitución del entonces gobernante de Venezuela, Hugo Chávez, mediante un referéndum revocatorio, que culminó en contra de los firmantes. Tascón hizo público los nombres pues se creía más chavista que Chávez y, además del infierno que luego sufrió el pobre hombre en vida por una penosa enfermedad, al igual que su comandante, hoy los dos sufren el infierno del más allá… amaron la maldición y esta les sobrevino.

Justicia divina aparte, la consulta popular es proba según la Constitución venezolana en su artículo 70: “Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía”. Y por contumaz, la Asamblea Nacional, única institución cuya legitimidad es reconocida nacional e internacionalmente, aprobó el acuerdo para promover la “consulta popular”, cuyo objetivo es rechazar el fraude del actual dictador respecto al parapeto electoral que tiene montado para el 06 de diciembre y obtener, por parte de los opositores demócratas, una manifestación de voluntad popular inequívoca en temas de interés nacional, como la exigencia de verdaderas elecciones libres y justas.

Para alcanzar el éxito deseado dicha consulta se adecuará a las circunstancias que los venezolanos sobrelleven en cada país. Por ejemplo, en Venezuela, de ser necesaria, se realizará incluso una consulta “itinerante”, vale decir con tableta en mano los dinamizadores irán hasta donde esté cada ciudadano que no pueda salir por falta de gasolina o por circunstancia de la peste, sea covid que chavista.

En Italia, habiendo regiones de confinamiento total, no queda más que hacerlo de manera virtual, mientras que en otros territorios donde la clausura a causa de la pandemia es más leve, se podrá hacer presencial, dudo que reuniendo en un mismo lugar a más de seis personas, ¡lástima! se hubiera podido alcanzar el éxito de presencias que obtuvo el referéndum del 16 de julio de 2017 cuando 11.467 venezolanos en toda Italia gritaron su convicción en rebeldía democrática.

Como sea hay que participar, en mi opinión sirve y sirve de mucho, porque es una manera de alzar la voz dentro y fuera de Venezuela en defensa de la institucionalidad, unidos en rechazo de la estafa electoral decembrina que pretende llevar a cabo el régimen y sumarnos a la condena de gran parte de la comunidad internacional, en línea con el desconocimiento que ya ha manifestado la Unión Europea (UE) y, además, “apoyar todos los mecanismos de presión nacional e internacional para que, en el marco de la Constitución, se realicen elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables”, como lo manifestaron los diputados en el exilio del comité organizador en Italia Mariela Magallanes, Américo de Grazia y también el presidente de la Comisión Permanente de Política Exterior, Soberanía e Integración del Parlamento venezolano, Armando Armas.

Las preguntas son 3:

  1. «¿Exige usted el cese de la usurpación de la Presidencia de parte de Nicolás Maduro y convoca la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables?»

SI      NO

  1. «¿Rechaza usted el evento del 6 de diciembre organizado por el régimen de Nicolás Maduro y solicita a la comunidad internacional su desconocimiento?»

Si.       NO.

  1. «¿Ordena usted adelantar las gestiones necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad?»

Si.       NO.

Unidos y activos, incluso para la movilización que pudiera convocar para el 12 de diciembre Juan Guaidó para la salvación común.

¡No claudiquemos y venceremos!

@CarlosOmobono

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