Aún no termina 2020, un año fatídico, pero ya deseamos que concluya. Sin embargo, con un dólar ya en 1 millón de bolívares, un salario expropiado y un sistema opresor y neototalitario, quedan en lo político aún dos hitos referenciales para concluir el año y comenzar 2021.
La elección del 6 de diciembre para escoger la Asamblea Nacional es el primer hito; algo que debería ser una alegría para la renovación y la posibilidad de reabrir el juego político, en Venezuela se convierte en un acto despreciable en el que la mayoría no participará porque no solo no hay confianza en el sistema y proceso electoral, sino que además la oposición fraccionada tiene en unas tarjetas de partidos políticos arrebatadas, expropiadas a sus legítimos dueños, su mejor expresión, por lo que muy pocos pueden tener alguna confianza en candidatos que seguramente de buena fe pretenden competir desde unas plataformas hurtadas, y otros partidos con alguna legitimidad (caso UPP89) se encuentran totalmente anulados, sin recursos, y censurados por la mayoría de los medios de comunicación.
Y mientras esto sucede, la dirigencia opositora de la minoría más grande nos propone confrontar las elecciones ilegítimas del 6 de diciembre con una consulta popular, absolutamente legítima, útil para removilizar y remoralizar a la oposición venezolana, pero con una dificultad clave: no es realmente vinculante a pesar de su constitucionalidad, pero más grave aún es que todos los que vamos a participar en ella igual nos estamos preguntando ¿y después del 12 de diciembre qué?
Todo lo anterior nos coloca a las puertas de 2021, un año de claras amenazas apenas inicie. Dos son las más contundentes: un juicio contra los diputados de la hasta ahora legítima Asamblea Nacional, y por otro lado, una amenaza contra lo que hoy, con autocensura, son los únicos medios que dicen la verdad: los medios digitales y las redes sociales.
De lo segundo escribiré después en detalle, de lo primero no tengo dudas de que será así, por lo que hay una alta probabilidad de tener un gran número de dirigentes de la oposición en el exilio, y aún peor, una oposición más dividida y sin una estrategia, y menos una táctica clara de qué hacer.
Es en este sentido que asumo la responsabilidad de proponer e insistir en no esperar a que secuestren y exilien a la mayoría de la dirigencia opositora para definir qué hacer, y aún peor, dejemos de decirle a la ciudadanía hacia dónde debemos ir.
Por esto último no tengo duda en reafirmar que la única acción reunificadora de la oposición en 2021, que incluye hasta al chavismo disidente que participa en las elecciones del 6 de diciembre, es librar una lucha por condiciones electorales para lograr que en 2021 ejecutemos un referéndum revocatorio (RR), y algunos ya en la calle, empezaremos a hacerlo este 30 de noviembre de 2020 en diversas ciudades del país desde la convocatoria de organizaciones como el Movimiento Democracia e Inclusión (MDI), y otras de la sociedad civil que empiezan a apoyar y sumarse a esta lucha.
Sé que aún existe algún sector que duda sobre el tema del RR, más por desconocimiento que por razón, por ello quisiera, para finalizar, responder con ustedes las preguntas más clásicas sobre el tema, para que juntos podamos luchar por condiciones para lograr aplicar el mecanismo que nos puede generar la mayor confianza en que la salida de esta desgracia es realizable, es viable y está en nuestras manos.
¿Revocar a Maduro es legitimarlo como presidente?
No, Maduro es un presidente usurpado, pero es presidente, ejerce el cargo de facto, por lo tanto no se legitima, se reconoce su poder que es distinto, no porque lo niegue deja de existir, usted cuando saca un acta de defunción, cédula de identidad, pasaporte, licencia, etc. no lo hace ante Guaidó, sino ante Maduro, y por eso no lo está legitimando, si no que no puede enterrar a muerto, no puede abrir una cuenta bancaria, no puede salir del país, etc.
¿Si se fracasó en el intento del RR de 2016 por qué ahora sí podría ser viable?
Porque no es la misma situación de cohesión dentro de la coalición dominante. Existen sectores dentro del chavismo que quieren salir de Maduro.
¿Se desplaza la lucha de calle por una negociación?
Es imposible lograr la salida de Maduro solo por negociación o solo por una rebelión popular, deben ser los dos procesos en simultáneo junto al clave acompañamiento y apoyo internacional.
¿Se invierte, cambia o altera la ruta de Guaidó?
No, el RR es el verdadero cese de la usurpación, que permitirá un gobierno de transición para lograr unas elecciones presidenciales y parlamentarias libres.
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