Venezuela se alejó, más que ningún otro país, de las Metas de Desarrollo del Milenio, de la ONU en 2018. Esto dice el encabezamiento el Informe 2018:
“Progreso de la meta 1 en 2018: Si bien la pobreza extrema ha disminuido considerablemente desde 1990, persisten las bolsas de las peores formas de pobreza. Para acabar con la pobreza se requieren sistemas universales de protección social destinados a proteger a todas las personas a lo largo del ciclo de vida. También requiere medidas específicas para reducir la vulnerabilidad a los desastres y para abordar áreas geográficas específicas subatendidas dentro de cada país”.
“La tasa de pobreza extrema ha disminuido rápidamente: en 2013 era un tercio del valor de 1990. El último cálculo mundial sugiere que 11% de la población mundial, o 783 millones de personas, vivía por debajo del umbral de pobreza extrema en 2013”.
“La proporción de trabajadores del mundo que viven con sus familias con menos de 1.90 dólares por persona por día disminuyó significativamente en las últimas 2 décadas, pasando de 26,9%, en 2000, a 9,2% en 2017”.
“Según los cálculos de 2016, solo 45% de la población mundial estaba efectivamente cubierta, al menos, por un beneficio en efectivo de protección social”.
“En 2017, las pérdidas económicas atribuidas a desastres se calcularon en más de 300 millardos de dólares. Esta es una de las mayores pérdidas en los últimos años, debido a 3 huracanes importantes que afectaron a los Estados Unidos de América y varios países del Caribe”.
Mientras el resto del mundo lograba estos avances, Venezuela, junto con la pobre Belice, sufría retrasos considerables. Ambos países se han empobrecido, siendo el de Venezuela el caso más dramático. En efecto, de acuerdo con un libro, en prensa, escrito por los doctores Werner Corrales Leal y Tanya Miquilina (lamentablemente fallecida), entre 1950 y 1980, Venezuela vivió un impresionante ritmo de expansión, económica social y cultural. Entre esos años, el salario real subió de un índice con base en 100, a 350; los años de escolaridad de los ocupados subió a 300, todos los sectores económicos crecieron, en especial, la manufactura, la construcción, finanzas e inmuebles y transporte y comunicaciones.
El muy importante índice de liberad económica, medido en por cientos (de 0 a 100), ascendió a 80, el mismo nivel de Dinamarca, y la calidad del régimen de gobierno, medida en deciles, pasó de un negativo 3 a 9, al nivel de Dinamarca, por encima de Chile. Las primeras 2 décadas de la democracia mostraron los años más brillantes de nuestro desarrollo. La esperanza de vida al nacer se elevó de 56,9 años en 1959 a 67,1 años en 1978 y el grado de escolarización de nuestros trabajadores pasó de 5,9 a 8,2 años en el mismo lapso. La cobertura estable de electricidad se elevó de 57% a 86%, y el número de centros de educación superior se multiplicó por 10.
Entre 1959 y 1978 el PIB per cápita anual pasó de 18.333 dólares, a 20.908 dólares; el salario real promedio casi se duplicó, la tasa de desempleo abierto se redujo hasta niveles inferiores a 5%, la pobreza total llegó a su mínimo histórico, menos de 4%, y la pobreza extrema por debajo de 1,1%. La clase media alcanzó a ser más de 62% de la población, viniendo de 32%.
Socialmente, el gobierno de Maduro y su capilla han impuesto políticas de muerte progresiva. Una suerte de exterminio progresivo, por pobreza, hambre, enfermedades, controles de precios y cambios. Veamos los resultados sociales sobre la población venezolana. Nos basaremos en Encovi 2017, realizada por las Universidades Católica Andrés Bello, Central de Venezuela y Simón Bolívar.
Basta con referirnos a la monumental inflación que devora los ingresos y aumenta la pobreza. Así, la inflación Venezuela en octubre 2018, según Ecoanalítica la inflación en Venezuela aumentó 980.000% desde noviembre de 2017 hasta octubre de 2018. Según el economista Pedro Palma en el Foro de Ecoanalítica, la inflación mensual en Venezuela se elevó 239% a partir de los precios que subieron 33,4% en octubre 2018. Según el economista Alejandro Grisanti, sobre la inflación y cómo esta afecta a los venezolanos, resalta: “Para el mes de agosto, un venezolano tiene que trabajar 930 horas para adquirir un kilo de queso”. Alertando que la producción petrolera actual por cada venezolano es de solo 18 barriles de crudo anual, dato comparable a 1927.
El FMI prevé en Venezuela inflación superior al 1.000.000% para finales de 2018, y advirtió que para 2019 se espera una contracción del PIB de 18%, en gran medida por la “significativa reducción en la producción de petróleo”. La hiperinflación diluirá los salarios, incluso a ese demencial salario mínimo de 1.800 bolívares soberanos.
Veamos. Pobreza, porcentajes: (las cifras citadas en primer lugar corresponden al año 2014 y las segundas a 2017): Total: de 48,4 a 87,0 Extrema: de 23, a 61,2. Reciente: de 33,1 a 56,2. Crónica: de 6,1 a 30,4. En 2017, las Misiones desaparecen para dar paso a las cajas/bolsas CLAP. Más de 13 millones de hogares declararon ser beneficiarios, pero Barrio Adentro atendió menos de 200.000 personas, y vinculadas al carnet de la patria 69,2% de los hogares.
Alimentación, 2107, porcentajes de hogares: 1) Ingreso insuficiente: 89,4; 2) Insuficiencia de alimentos: 70,8; 3) Recorte de comidas: al menos una vez, 63,2; 4) Ha comido menos: Sí, 79,8; 5) Ha comido menos por la escasez: 78,1; 6) Se acostó con hambre: Sí, 61,2; 7) Variación de peso 2017: perdió peso 64,3; es decir, 11,4 Kg. Frente a 8 Kg. En 2014. 8) 8% de los hogares sufre de inseguridad alimentaria.
Ante esta cámara de hambre, enfermedades y diáspora, Maduro lanzó un Plan de “Prosperidad”. El muy calificado economista venezolano Leonardo Vera, profesor titular de la UCV, e Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, en un notable ensayo en Prodavinci, el 21 de agosto de 2018, pregunta: “¿A dónde nos llevará el plan Maduro si los resortes de la sociedad no se activan? Porque el plan Maduro es falaz, infundado, retorcido y quimérico, pero también adolece de un componente esencial que requiere la economía venezolana para poner en marcha un programa de estabilización exitoso: financiamiento externo”.
La periodista Mariángela Velásquez, de Yahoo Noticias, informó el día 13 de noviembre de 2018, en un notable, crudo y objetivo reportaje, que mundialmente cada segundo que pasa, una persona se salva de vivir en la pobreza extrema. Eso significa que hay menos gente viviendo con ingresos inferiores a los 1,9 dólares diarios., 1 de cada 4 habitantes del planeta era extremadamente pobre en 2000. Para 2017, la proporción pasó a ser 1 de cada 10, según el Informe de Metas de Desarrollo Sostenible de 2018 de las Naciones Unidas. La buena noticia es que la tendencia continuará y para 2030 solo el 5,6% de los casi 8.500 millones de habitantes del planeta se encontrarán en una situación desesperada.
La mala noticia es que no todos los países lo lograrán en el mediano plazo. El Reloj Mundial de la Pobreza es una iniciativa del World Data Lab, con sede en Viena, Austria. (captura:worldpoverty.io). El continente americano será afortunado e irá avanzando hacia la erradicación de la pobreza extrema, excepto en Venezuela y Belice donde los habitantes con niveles de vida paupérrimos aumentarán en los próximos 12 años. Las cifras de esta dura afirmación la ofrece el Reloj Mundial de la Pobreza, una base de datos sobre el nivel de ingresos en el ámbito global, que se alimenta de la información pública proporcionada por la Organización de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
El deterioro venezolano: el caso más alarmante de Latinoamérica es Venezuela donde la pobreza extrema alcanzará niveles insospechados en un país que no es castigado por catástrofes naturales y posee una de las mayores reservas minerales del mundo. La población total de Venezuela era de aproximadamente 31,2 millones en 2016. Y al menos 2,9 millones eran extremadamente pobres, lo que representaba el 9,5% de los venezolanos (Captura: worldpoverty.io).
Pero los indicadores de los organismos multilaterales señalan que las agujas del reloj venezolano no avanzan hacia la prosperidad sino hacia el desastre. 23,7% de los 36,9 millones de venezolanos se encontrará en niveles próximos a la indigencia para 2030. O lo que es lo mismo, 8,7 millones de personas tendrán que sobrevivir con menos 2 dólares al día.
Uno de los efectos terribles de la pobreza es el hambre. Venezuela es el país que tuvo el incremento más pronunciado de ciudadanos mal alimentados de la región, al sumar 600.000 personas hambrientas entre 2014 y 2017. “Venezuela es hoy uno de los países con mayor número de personas subalimentadas en la región (3,7 millones, el 11,7% de su población), junto con Haití (5 millones, el 45,7% de su población) y México (4,8 millones, 3,8% de su población)”, dice un informe reciente de la ONU.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió una ola de críticas por un mensaje que divulgó en las redes sociales en el Día de Erradicación de la Pobreza. Sus detractores lo acusaron de sumir al país en situación tan grave que al menos 87% de los habitantes son pobres.
El FMI previó que la inflación de Venezuela alcanzará los 10.000.000% en 2019, con niveles de desempleo de 39%. El pronóstico muestra un profundo deterioro de los ya deficientes indicadores de 2018, en los que la inflación cerrará, como dijimos, en más de 1.000.000% y la tasa de desempleo quedará en 34,3%.
Fue entonces que los males se conjugaron de tal forma que la sociedad venezolana, en un estrépito, incorporó el éxodo a su realidad. En los últimos dos años la huida se precipitó como consecuencia inevitable de la tragedia, instalada en la categoría de crisis humanitaria.
El mapa de Venezuela se disgrega y se reconfigura día a día, mientras los que salen por las fronteras se cuentan por cientos de miles, en búsqueda de una salida a la hiperinflación que el FMI calcula que en 2018 cierre en 13.000%, la escasez de más de 90% de medicamentos básicos y el desabastecimiento de la comida (con un crecimiento sostenido de la desnutrición infantil), la violencia de Estado que criminaliza cualquier forma de la disidencia, incluidas las protestas por hambre, y también la violencia social.
La segunda de este siglo fue en 2006, cuando Chávez volvió a ganar las elecciones, 2007, con el cierre de Radio Caracas Televisión; 2012, cuando volvió a ganar Chávez antes de morir, fueron otros puntos de inflexión. En esos años aumentaron los asilos políticos. En su crecimiento veloz, la diáspora deja una huella hasta no hace mucho desconocida en la vida de ese país y toca la de los países limítrofes: el gobierno de Brasil aúpa la construcción de campos de refugiados venezolanos en la frontera, el de Colombia endurece las exigencias migratorias, y los dos, con el de Guyana enviaron tropas militares para reforzar las fronteras. Mientras, el presidente Nicolás Maduro niega que exista el éxodo.
Por si fuera poco, en Viena, el 13 noviembre (EFE), informó la OPEP que la extracción de petróleo en Venezuela mantuvo el pasado octubre su tendencia a la baja y se situó en 1,17 millones de barriles diarios, un 3,3% menos que el mes anterior. Ese nivel de producción es ya casi 39% menor que el promedio de 2017, según los datos recogidos en el informe mensual sobre el mercado publicado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo, de la que Venezuela es miembro. La OPEP atribuye esas cifras a “fuentes secundarias”; es decir, cálculos de diversos institutos independientes.
El ritmo de bombeo en Venezuela lleva a la baja desde 2015 y la producción actual es la menor en tres décadas, con la excepción del radical desplome en 2002 y 2003, cuando una huelga en Petróleos de Venezuela hundió las extracciones por debajo de los 100.000 barriles diarios durante varios meses. El informe no incluye los datos oficiales de las autoridades venezolanas sobre producción en octubre. Pero, ¿cuándo no?, las últimas cifras oficiales disponibles son los 1,434 millones de barriles diarios que Caracas comunicó para el mes de septiembre, 200.000 más de los que las fuentes secundarias calcularon para ese mes.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo en septiembre que la producción petrolera se duplicará en un año con el plan de recuperación que ha implementado Pdvsa, y aseguró que en ese tiempo se deben cumplir metas, entre ellas proveer “un millón de barriles para China”.
Y para los venezolanos, ¿qué? ¡El petro! ¡O sea, la canallesca estafa a los pobres! Pero, “¡tenemos patria!” Sí, para morir sobre esta misma tierra, con aguacero, sin comida, medicamentos, pero… ¡con apagones!
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