2021 es un año de elecciones municipales, regionales y comienza a correr el tiempo para activar el referéndum presidencial. Lo más seguro es que llegará 2021 con Maduro envalentonado, atrincherado en Miraflores, gritando a los cuatro vientos que ha recuperado la Asamblea Nacional con el voto popular, soñando con su Estado Comunal. Pero, con diversas premisas del desastre económico y social que vive el país, además apuntalado en la acumulación de contradicciones innecesarias y arrogancias ha creado una situación insostenible para el heredero de Chávez. En lo político sus niveles de popularidad se mueven en menos de 16%, según nuestros estudios de opinión nacional. Hercon Consultores revela datos en negativo para el liderazgo de Maduro: 4 de cada 5 venezolanos no lo toleran o se burlan de su incapacidad. Un significativo capital político chavista sabe que Maduro ha hundido al país. Incluso, varios dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela y movimientos revolucionarios lo consideran incapaz de salvar del desplome del impopular proyecto bolivariano / chavista.
2021 puede convertirse en el año para la esperanza del tan anhelado cambio, existen espacios y oportunidades con sustancia democrática, el voto. Sin embargo, la ausencia de unidad en la oposición no ha dado ganancia política esperada, sino más oxígeno al gobierno de Maduro. Cuatro bloques opositores hasta ahora no se ponen de acuerdo, tarea que se ve difícil pero no imposible, si los líderes políticos son incapaces de unir fuerzas, los pueblos no esperan por ellos, tampoco se le paran firme a los militares y menos se inmolan por quienes manejan el arte del discurso sin acciones de un bien común.
Según las posturas pareciera que el gobierno de Nicolás no piensa en el futuro de las nuevas generaciones, que está resuelto que el país se entierre junto con su proyecto socialista del siglo XXI. Estamos viviendo uno de los momentos históricos más complejos y difíciles para la existencia democrática venezolana. Es casi axiomático, el gobierno no está dispuesto a negociar fácilmente su salida del poder central, con el largo tiempo en el poder se fraguaron muchos proyectos “libertarios” e intereses económicos exógenos y endógenos. Sus manifestaciones son tangibles, Un Maduro desafiante está convencido de no ceder a las presiones internacionales y menos nacionales para que se abran los espacios necesarios para salir de la aguda crisis económica, social y política. Es evidente que las diferentes narrativas de los máximos voceros del gobierno se apoyan en la psicología inversa, daño antropológico y secuestro emocional, que solo modela una mixtura de cinismo irritante, aproximado a lo patológico del discurso político. Son muchos los chistes de mal gusto sobre el tema alimentario, económico, social… que hacen los funcionarios y líderes políticos del gobierno, solamente consiguen el repudio casi unánime del pueblo venezolano.
El próximo año se presenta como el momento de rescatar el voto, es de elecciones municipales, concejales, gobernadores, diputados regionales y comienza el plazo para activar la consulta del referéndum revocatorio presidencial, que permitirá medir de qué tamaño es la desconfianza y el rechazo de los venezolanos con gran proporción a los responsables de la crisis que transita el país. Para la oposición es todo un dilema la realización del referéndum revocatorio. No obstante, pudiese ser su mayor desafío, 2021 es el momento de impulsarlo o convocarlo formalmente a través de las firmas; mientras la mirada del gobierno y su CNE estaría inicialmente en crear entramados y en posponerlo en medio del camino para evitar los contundentes resultados del evento de naturaleza plebiscitaria, seguramente no estaría a su favor. Los revolucionarios saben que lo pierden, y lo más vergonzoso para ellos es que son conscientes que solo con trampa o fraude pudieran ganarlo.
La sala situacional del gobierno probablemente trabaja por adelantado las 24 horas buscando estrategias para visualizar los posibles constructos victoriosos de los escenarios políticos / electorales que les vienen. En enero de 2021 la revolución va a vitorear que siguen en el poder y van por más elecciones municipales y regionales, como lo establece la Constitución Nacional, siempre desafiando a la mayoría. Es miserable saberse ineficaces; perdidos, reconocerse inviables; “apostar, como los equipos malos, porque se termine el tiempo para sacarle un pírrico empate a quien sin duda merece el triunfo”.
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