Un insólito fraude

Foto AFP

No estoy de acuerdo con la tiranía de lo políticamente correcto, esta ha llevado a una hipocresía humillante en la sociedad actual. También ha servido para instaurar una hegemonía del discurso progresista. Esto se ve claramente en lo que está sucediendo en Estados Unidos respecto a las recientes elecciones presidenciales. La verdad es que no ha sido declarado ningún resultado final en un solo Estado de la Unión.

Sin embargo, la dictadura de los medios soristas han dictaminado el triunfo de Joe Biden sin ninguna base factual. La verdad es que hay toda una conspiración del socialismo internacional para crear un estado de opinión de que Biden ganó, sin, repito, tener una base para esta afirmación.

Peor aún, lo anunciado desde junio por Trump de un fraude a través del voto postal se está verificando a niveles gigantescos en no pocos estados. La elección no está definida y es obvio que o Trump es un tarado y se dejó cometer un fraude habiéndolo prevenido, o es un gran estratega e hizo que los demócratas cayeran en una trampa, para ahora vía judicial evidenciar el fraude y hacerlos enjuiciar por ello. Yo me voy por esta segunda hipótesis, pero insisto en que por lo mínimo el resultado no está definido hasta que la justicia no dictamine conclusivamente el resultado final.

Desde cuándo se ha establecido que son los medios y los gigantes tecnológicos quienes tienen el poder de dictaminar quién gana una elección y peor aún, dictaminar qué es verdad y qué no, hasta el punto de llegar a negar la libertad constitucional de expresarse libremente al presidente Trump, censurándole sus intervenciones, sacándolo del aire. Este es el sueño totalitario de los socialistas: establecer el Big Brother de Orwell, si esto lo hacen sin tener el poder, qué se espera si llegasen a tomarlo.

En los próximos días se verán que las pruebas de fraude llegarán a los tribunales y escalarán hasta la Corte Suprema de Justicia, que fallará en derecho, dictaminando que Trump ha ganado las elecciones y por lo tanto ha sido reelegido como presidente.

No podían faltar en este fraude los inefables George Soros y Smartmatic, la cual se convirtió de la empresa de los fraudes chavistas en una estrella de la constelación de empresas dirigidas por el primero para su finalidad de implantar el gobierno socialista mundial. En una acuciosa investigación de Bethany Blankley publicada en The Center Square (www.thecentersqunational/officials-raised-concerns-for-years-about-security-of-u-s-voting-machines-software-systems/article_bec0fc86-2144-11eb-bc8c-bb85a60db758) indica que Dominion Voting Systems, el holding que implementó el software en varios Estados donde se denuncia el fraude “ha tenido varios problemas con varias de sus subsidiarias en casos alegados de fraude. Una de esas subsidiarias es Smartmatic”. La agencia de noticias AP hizo una evaluación de este software de Dominion y encontró que su gran falla es utilizar Windows 7, el cual expiró en enero de este año y por lo tanto Microsoft no da soporte técnico, lo que lo hace vulnerable a hackers. Es esto lo que se comprobará en las cortes, este software ha sido supuestamente programado para invertir los datos de las votaciones, como es uso común de Smartmatic en sus diversas elecciones donde se ha demostrado sus fraudes -Venezuela, Bolivia, Filipinas, etcétera-(https://www.cronista.com/economiapolitica/Como-le-fue-a-Smartmatic-en-otros-paises-20190808-0008.html).

Es insólito que el socialismo internacional haya querido implantar en Estados Unidos la  “tecnología de fraude registrada del socialismo del siglo XXI”, el software de Smartmatic,  que invierte los resultados de las votaciones, además de las grandes cantidades de votos postales ilegales. Pero a diferencia de Venezuela, en Estados Unidos sí existe un Poder Judicial independiente y este se abocará a comprobar el fraude y dictaminar que Trump ganó las elecciones y por lo tanto será reelecto como presidente de Estados Unidos. Así quedará al descubierto el fraude de los demócratas, con lo cual se preservará la democracia en ese país.